Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, durante entrevista con el Que No Me Pierda, afirma que el modelo económico estatista del país ha fracasado.
Ligia Portillo
Fuente: Red Uno/Que no me pierda
Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, lanzó duras críticas al modelo económico del Movimiento al Socialismo (MAS) durante una entrevista con el programa Que No Me Pierda, afirmando que Bolivia enfrenta una crisis de abastecimiento de combustibles comparable únicamente con la de Cuba, y advirtió sobre el riesgo de una diáspora similar a la de Venezuela si no se reconocen errores y se adoptan cambios urgentes.
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«Todo esto es consecuencia del modelo económico que ha impuesto el MAS, un sistema estatista que controla precios y desincentiva la producción y exportación», sostuvo Ríos. «Este es el mismo fenómeno que ocurre en Cuba: se impide producir y exportar, y los ciudadanos terminan sin energía eléctrica ni combustibles».
El exministro fue enfático al señalar que la caída en la producción energética se debe a la inacción de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que «desde 2015 no ha explorado ni industrializado el país», generando un declive continuo.
«Sin energía no hay economía», advirtió. «No podemos trasladarnos, producir alimentos, recoger basura ni ir a trabajar sin gasolina. Y eso es lo que estamos enfrentando ahora».
Ríos aseguró que Bolivia, junto con Cuba, es el único país en la región con desabastecimiento crónico de combustibles. «Las filas ahora son para conseguir aceite, arroz y gasolina. La población se ha acostumbrado a esto, pero no debemos permitirlo. Le exigimos al presidente que garantice el abastecimiento».
También denunció que el contrabando de combustibles se ha disparado debido al tipo de cambio y a la diferencia de precios con países vecinos. «Estamos desabasteciendo nuestro mercado interno y beneficiando a las economías fronterizas».
Finalmente, calificó de «cuento de piratas» la explicación del presidente de YPFB sobre supuestas marejadas que habrían afectado las importaciones de combustible. «No quieren reconocer que el modelo estatista ha fracasado. El gobierno sigue creyendo que tiene el mejor modelo económico, cuando la realidad demuestra lo contrario», concluyó.