La analista en políticas públicas de la Fundación Jubileo, Carla Cordero, destacó dos datos que reflejan el estado de situación del país, que la mitad de la población rural en Bolivia es pobre y que Bolivia es “campeón en la informalidad”.
Foto: ANF
“Las consecuencias y causas (de la pobreza) en nuestro país se deben especialmente al tema de la informalidad. En Bolivia somos campeones en la informalidad, respecto a todos los países en Sudamérica, dónde 85 de cada 100 trabajadores viven en esta condición; es decir, no aportan a la seguridad social, lo que limita al empleo de calidad”, señaló Cordero.
Jubileo presentó un informe titulado: “Al próximo gobierno le espera afrontar la crisis heredada con medidas de ajuste”. En el acápite sobre la pobreza, resaltó que los datos que presenta el gobierno nacional reflejan una marcada diferencia en la incidencia entre las áreas urbanas y rurales.
“Mientras que en 2023, la pobreza moderada en las ciudades se ubicó en torno al 30%, en las zonas rurales afectó al 52% de las personas que residen en esos lugares. Esta brecha ha sido persistente a lo largo de los años y refleja la desigualdad en el acceso a las oportunidades económicas y sociales”, reza parte del informe presentado por esa institución.
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Sin embargo, más allá de los porcentajes, la institución dice que es importante analizar el número absoluto de personas en situación de pobreza; considerando, además, que la mayor parte de la población habita en áreas urbanas. En 2023, fueron 4,46 millones de personas en situación de pobreza. En las áreas urbanas, el número de personas en pobreza fue de 2,62 millones, mientras que en las zonas rurales se situó entre 1,84 millones.
Es más preocupante la pobreza extrema en Bolivia, que en 2023, fue de 11,9%: 5,9% en áreas urbanas, mientras que en las zonas rurales fue 26,5%. En otras palabras, casi 1 de cada 3 personas en el área rural no tiene recursos suficientes para alimentarse adecuadamente, lo que genera efectos adversos en la salud, el rendimiento educativo y la productividad laboral.
Cordero acotó que hablar de la pobreza extrema es cuando “las personas no tienen la capacidad de alimentarse”. Considera que el empleo es uno de los principales determinantes del bienestar económico y social de la población.
No obstante, Bolivia enfrenta una de las tasas más altas de informalidad laboral en Sudamérica, alcanzando a 84,5% en 2023, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto significa que más de 8 de cada 10 trabajadores carecen de acceso a seguridad social, beneficios laborales y estabilidad en el empleo, lo que perpetúa la pobreza y limita la movilidad social.
Jubileo también recomendó al próximo gobierno de Bolivia asumir medidas estructurales para afrontar la crisis económica del país. Propuso actualizar el tipo de cambio del dólar oficial que se mantiene en Bs 6,96, levantar la subvención a los hidrocarburos y reducir el gasto público.
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