Los cardenales presentes en la Capilla Sixtina revelaron detalles desconocidos de la histórica elección. Cuándo comenzó a gestarse su candidatura
La figura de Robert Prevost emergió de un perfil discreto hasta ser la opción de consenso líder (Reuters)
Fuente: infobae.com
Una investigación publicada por el Corriere della Sera revela, a través de los testimonios de al menos una docena de cardenales, los entretelones del último cónclave.
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La votación inicial mostró un empate entre el italiano Pietro Parolin, el conservador húngaro Peter Erdő y el estadounidense Robert Prevost.
La división del bloque italiano debilitó a Parolin, mientras que Erdo no logró ampliar su base. Prevost, designado días antes para coordinar las reuniones previas, fue ganando respaldo hasta imponerse en la cuarta votación.
La elección mostró la caída de Erdo y Parolin frente a la unidad que representaba Prevost
Cuando alcanzó los 89 votos requeridos, los presentes estallaron en una ovación. Él permaneció sentado, abrumado.
La figura de Robert Prevost: del perfil bajo al consenso rotundo
El silencio espeso de la Capilla Sixtina se rompió con una celebración. Los cardenales, de pie, aplaudían entre lágrimas mientras el nuevo Papa permanecía sentado, incrédulo. Fue necesario que alguien lo ayudara a levantarse.
Este instante, narrado por testigos directos al diario italiano, marcó la consagración del estadounidense Robert Francis Prevost como nuevo líder de la Iglesia católica. Pero su elección no fue una sorpresa repentina: fue el resultado de una presencia sólida, constante y cada vez más valorada en los días previos al cónclave.
La creciente confianza de sus pares otorgó a Prevost una posición destacada inesperada (Photo by Tiziana FABI / AFP)
El cardenal Prevost, agustino nacido en Chicago, no figuraba entre los favoritos iniciales para suceder a Francisco. Sin embargo, fue ganando terreno a medida que se desarrollaban las reuniones previas al cónclave.
El sábado 3 de mayo, cinco días antes del inicio formal de la elección, fue designado por sorteo para colaborar en la organización de las sesiones diarias. Su estilo sobrio, metódico y dialogante llamó la atención de muchos.
Cardenales como Joseph Tobin, de Newark, vieron en él una figura que generaba confianza. “Bob, podrían proponerte a ti”, le dijo, según relató al Corriere.
Joseph Tobin elogió la habilidad de Prevost para generar confianza y cohesión entre los votantes (Composición Infobae Perú)
Esa percepción fue creciendo hasta transformar a Prevost en una figura de consenso frente a otros candidatos que dividían al colegio electoral.
De carácter reservado, Prevost es visto como un continuador del espíritu reformista impulsado por Francisco, aunque con un talante más contemplativo.
La elección de Robert Prevost sugiere una continuidad y respeto hacia la visión reformista de Francisco (Foto: Vatican News)
En la cuarta votación, las papeletas se inclinaron en su mayoría hacia su nombre. Lo observaron hacer respiraciones profundas, incluso aceptar un caramelo ofrecido por el cardenal Tagle, que intentaba aliviar su tensión.
Los italianos divididos: un bloque debilitado
Durante décadas, el bloque italiano en el Colegio Cardenalicio representó una fuerza decisiva en los cónclaves. No fue el caso esta vez.
Según reconstruye el Corriere della Sera, la falta de cohesión entre los cardenales italianos jugó un rol determinante en la caída de las opciones del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y principal representante de la diplomacia curial.
Parolin, a pesar de su experiencia, se vio debilitado por una falta de cohesión interna (Reuters)
Los testimonios señalan que ya en la primera noche del cónclave se evidenciaron las grietas internas. De vuelta en la residencia de Santa Marta tras una votación preliminar sin resultados claros, varios cardenales advirtieron que la falta de unidad entre los italianos debilitaba seriamente a Parolin.
A diferencia de otras ocasiones, no se logró forjar un bloque nacional sólido capaz de negociar apoyos con otras regiones.
Esta fragmentación abrió paso a candidaturas que venían de fuera del eje tradicional de poder vaticano. Mientras Parolin quedaba atrapado en las fracturas de su propio grupo, Robert Prevost se consolidaba como figura neutral y confiable para muchos sectores, incluidos algunos italianos sin candidato propio.
Peter Erdő: el intento fallido del bloque conservador
Erdő, aunque sólido inicialmente, no logró ampliar su coalición de apoyo dentro del cónclave (Reuters)
El cardenal Peter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest, fue uno de los nombres fuertes al comienzo del cónclave. Con setenta y dos años y una sólida formación teológica y jurídica, representaba la apuesta de un grupo de cardenales conservadores que buscaban un cambio de orientación tras los años de Francisco.
Su candidatura, según el Corriere della Sera, fue apoyada por una alianza que incluía a varios prelados africanos y europeos alineados con posturas doctrinales más rígidas.
Sin embargo, el perfil de Erdo, intelectual, reservado y vinculado a sectores menos proclives al diálogo, no logró romper el techo de cristal.
A pesar de un arranque sólido, no supo captar los votos de aquellos cardenales nombrados por Francisco, que representaban la mayoría del Colegio. Su dificultad para tender puentes en un electorado muy plural terminó por aislar su candidatura.
El enfoque conservador de Péter Erdő no resonó con el espíritu reformista predominante en el cónclave (EFE)
Una ovación en la Sixtina: el momento en que Prevost fue Papa
La tarde avanzaba en la Capilla Sixtina. Luego de varias rondas de votación y con los ánimos tensos, llegó el cuarto escrutinio.
Fue entonces cuando el nombre de Robert Prevost comenzó a repetirse con fuerza. El cardenal Lazarus You Heung-sik, de Corea del Sur, relató que “las papeletas se volcaron de forma abrumadora” hacia el estadounidense.
Lazarus You Heung-sik destacó por su papel conciliador durante las votaciones decisivas (AP Photo/Bernat Armangue)
La barrera simbólica de los 89 votos, los dos tercios necesarios, fue superada.
Y en ese instante, según describió el cardenal David de Filipinas, la sala “estalló en una ovación de pie”.
Pero Prevost no reaccionó de inmediato. Permaneció en su asiento, con la cabeza entre las manos, abrumado por la emoción.
Tuvo que ser levantado por otros. La escena, según el Corriere della Sera, fue profundamente emotiva. Varios cardenales tenían lágrimas en los ojos. Las felicitaciones comenzaron incluso antes de que se confirmara el conteo final, que se acercaba a las tres cifras.
Bajo el nombre de León XIV, Robert Prevost lidera la transición hacia un nuevo capítulo en la Iglesia (Reuters)
“El Espíritu Santo nos guió a una decisión unánime”, dijo uno de los presentes. Y otro agregó: “Fue un momento de comunión, no de cálculo político”.