El activista Tomás Becker recomendó al Gobierno de Bolivia seguir el trámite con atención porque -según su versión- la administración de Donald Trump envió a algunos procesados a otras naciones.
eju.tv / Video: Noche son Tregua
El abogado Tomas Becker anunció que el exministro de Gobierno, Arturo Murillo, saldrá de la cárcel de Estados Unidos el 21 de junio, casi un mes antes de lo anunciado por las autoridades de ese país. El Gobierno anunció que está en trámite su extradición.
Becker recomendó al Gobierno de Bolivia seguir ese trámite con atención porque puede surgir un riesgo de fuga puesto que -según su versión- la administración de Donald Trump envió a algunos procesados a otras naciones.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
«Si una persona comete un delito de alto nivel, soborno, lavado de dinero, como sucede con Murillo, expulsa a esta persona, o deporta a esta persona, pero con Trump, han mandado a otros países, ha mandado a Salvador y otros países; entonces, el Gobierno de Bolivia tiene que seguir», señaló el activista en una entrevista con Noches sin Tregua que se difunde en Cadena A.
Murillo debe enfrentar en el país otros procesos penales, entre ellos el caso Senkata y Sacaba y otros.
El exministro de Gobierno de Jeanine Áñez debía ser liberado el 21 de julio de 2025, según la información publicada en el sitio web de la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos, pero según Becker este plazo se adelantó para junio.
Indicó que inclusive Murillo puede pedir asilo en Estados Unidos, una posibilidad que no se puede llegar a conocer porque esos trámites son de orden privado. Recordó que Murillo visitó Estados Unidos en el primer Gobierno de Trump.
«Lo más probable es que va a ir a un centro de detención de migrantes, donde se puede decidir lo que va a pasar. Entonces, esto puede demorar unas semanas, unos meses, mucho depende del ritmo, y también depende si ha presentado una solicitud de asilo», sostuvo.
Murillo cumple una condena en Estados Unidos tras admitir su participación en delitos de lavado de dinero y recepción de sobornos.
Inicialmente, Murillo fue sentenciado el 4 de enero de 2023 a 70 meses de prisión (equivalentes a cinco años y 10 meses), en relación con un esquema de corrupción que involucró la compra de gases lacrimógenos con sobreprecio para el Estado boliviano.
El exministro fue detenido en mayo de 2021 por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Ese tiempo de detención previa ha sido descontado de su condena, lo que explica su próxima liberación, pese a que, en principio, se proyectaba su salida para abril de 2027.