El asambleísta de Comunidad Ciudadana (CC) pide al gobierno dictar el estado de excepción para que las Fuerzas Armadas coadyuven a la Policía en el resguardo de la estabilidad y la paz social.
eju.tv / Video: DTV
El diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Alberto Astorga, denunció haber sido víctima de amenazas por parte de presuntos seguidores del expresidente Evo Morales; según su relato, el incidente ocurrió la noche del martes en la zona de Miraflores, en La Paz, donde fue interceptado por un grupo de personas que, afirma, tenían la intención de agredirlo físicamente, tal cual consta en las imágenes de una cámara de seguridad.
Astorga relató que el hecho sucedió cuando esperaba a su esposa e hijo, entonces, fue rodeado por individuos a los que identificó como seguidores del exmandatario. “Me vieron solo en ese momento y me empezaron a rodear y llaman a otro grupo de evistas que se encontraban por la esquina, me empezaron a amenazar y decían que aquí está el Astorga, hay que golpearlo, hay que matarlo”, relató el asambleísta opositor.
Foto: captura de pantalla
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El legislador afirmó que la oportuna intervención de los vecinos del lugar evitó que sea víctima de una probable agresión física; en virtud de ese hecho, sostuvo que este hecho demuestra la presencia activa de ‘grupos terroristas’ que operan en la sede de Gobierno con acciones intimidatorias como aquella que le tocó sobrellevar. “Se puede observar nomás que estos grupos terroristas a la cabeza de Evo Morales están realizando distintos atentados”, expresó.
Además, señaló que también se enteró de la existencia de mensajes escritos en paredes que lo amenazan de muerte, por lo que enfatizó que cualquier atentado contra su integridad física ‘va a ser responsabilidad de Evo Morales’; empero, dejó en claro que no teme al líder de las seis federaciones del trópico de Cochabamba, ni tampoco cederá a esos amedrentamientos de sus seguidores que tienen el fin de acallarlo.
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“Para mí, Evo Morales es un delincuente, un terrorista, que está haciendo daño a nuestro país”, puntualizó a propósito de los sucesos violentos de la pasada jornada en el municipio potosino de Llallagua y los disturbios registrados en Parotani, Cochabamba; en consecuencia, exigió al presidente Luis Arce declarar un estado de excepción para evitar la convulsión que, según el, está comandada por el exmandatario desde el Chapare.
Sin embargo, el expresidente deslindó responsabilidad sobre las movilizaciones y aseguró que son producto del malestar de los sectores empobrecidos por la aguda crisis económica que atraviesa el país y que ha provocado que los precios de los artículos de primera necesidad se disparen; empero, advirtió que las protestas que se registran en el país y piden la renuncia de Luis Arce ‘son imparables’.
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Astorga hizo hincapié en que, ante los hechos de violencia reportados en los departamentos de Potosí y Cochabamba, entre ellos, los aciagos acontecimientos ocurridos en Llallagua que dejaron el saldo trágico de tres policías fallecidos y varias personas heridas, el presidente Luis Arce debe declarar un estado de excepción, para garantizar la seguridad ciudadana y la realización de futuras elecciones generales en un clima de estabilidad.
“He mandado una nota al presidente Luis Arce para que de una vez se ponga los pantalones y para que dicte el estado de excepción, basta de ser pusilánime, basta de tenerle medio al patrón del Chapare y de una vez que actúe el presidente Arce, deje de ser el ‘tilín’ de Bolivia y que saque a los militares y, en ese sentido, otorgue paz a Bolivia, es necesaria la intervención de los militares, porque estos grupos terrorista están en toda Bolivia”, precisó.
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El país atraviesa una etapa de alta tensión política, marcada por las violentas movilizaciones de los sectores sociales afines a Evo Morales, que ponen en vilo a la población nacional, sobre todo del occidente del país, habida cuenta que los bloqueos determinados por el exjefe de Estado asfixian a varias ciudades a las que no llegan los alimentos, lo que ha provocado el incremento desmesurado de los precios; esta situación ha provocado que otros sectores sociales salgan a las calles para pedir al gobierno una solución urgente a este problema que amenaza con crecer.