El Código Niña, Niño y Adolescente establece que cualquier ocupación retribuida no debe afectar su derecho a la educación ni a la recreación. No les debe pagar menos de un salario mínimo ni extender su horario después de las 22:00, pero eso no se cumple
Deisy Ortiz Duran
Fuente: eldeber.com.bo
Tiene 16 años y abandonó la escuela hace dos años, cuando estaba en primero de secundaria, para ayudar a sustentar a su familia.
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Forma parte de la Asociación Siglo XX. Vestido con chaleco amarillo, su distintivo de trabajo, se abre paso entre angostos pasillos, sorteando puestos de venta y el ir y venir de los compradores. Sobre su carretilla carga pesadas bolsas de papa, cebolla y otras verduras.
Se transporta en trufi y no tiene un horario fijo de trabajo, empieza cuando llega y se queda hasta que cae la noche. “Desde 2023 no voy a la escuela porque decidí trabajar. Prefiero que salgan adelante mis hermanitos”, cuenta mientras hace un descanso en su rutina.
Como Luis, hay 160 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años que trabajan, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unicef. Esto significa que uno de cada diez niños en el mundo trabaja, y de ellos, la mitad realiza una labor peligrosa.
Lo más preocupante es que más de un tercio de los niños y niñas en situación de trabajo no están escolarizados, y aquellos que realizan trabajos peligrosos tienen aún menos probabilidades de asistir a la escuela.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) establece que el trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales, porque los aleja de las condiciones que por derecho le corresponde para su desarrollo físico y mental.
En el país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 había aproximadamente 297.000 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años en actividades laborales o trabajos prohibidos, debido a que son peligrosos, insalubres o atentatorios a su dignidad.
El Código Niña, Niño y Adolescente fija como edad mínima para trabajar los 14 años.
Las defensorías de la niñez y adolescencia de los municipios son las instancias responsables para autorizar el trabajo a los menores, que no debe exceder las ocho horas diarias ni pasar de las 22:00, por lo que no pueden realizar trabajo nocturno. Tampoco se debe atentar su derecho a estudiar y a tener actividades recreativas, pero esto no se cumple.
El jefe de la Defensoría de la Niñez, Raúl Fernando Yabeta, lamentó que el trabajo infantil en el país es precario, porque se incumple la norma y muchas veces se lo hace en la informalidad.
Explica que el trabajo que realiza el menor, por ningún motivo debe afectar su salud ni sus derechos educativos o culturales. Además, tiene que ser con consentimiento del menor.
Los niños cada vez van tomando conciencia de sus derechos y eso también obliga a intervenir a las autoridades. Este fue el caso de un adolescente de 15 años que se cansó del trabajo nocturno que hacía en la carnicería de su padre y lo comunicó al colegio. Los representantes de la Defensoría acudieron a evaluar el caso y brindaron orientación al padre.
El jefe de la Defensoría de la Niñez manifiesta que muchas veces los papás justifican sus acciones indicando que a ellos los ponían a trabajar desde niños y esos patrones los van repitiendo.
“Cualquier trabajo no puede afectar la escolaridad. No hay que olvidar que un trabajo forzado es un tipo de violencia para los menores”, remarca Yabeta al indicar que no se les puede pagar menos que el salario mínimo nacional y se tienen que garantizar los derechos laborales.
En cuanto a la escolaridad, señala que nueve de cada diez niños en el país terminan la primaria, pero preocupa la deserción en el nivel secundario, toda vez que cuatro de cada diez abandonan sus estudios, muchas veces porque comienzan a trabajar.
Lo que no está permitido
Según la normativa, están prohibidas las actividades laborales y trabajos peligrosos, insalubres o atentatorios a la dignidad de los menores, y aquellos que pongan en riesgo su permanencia en la escuela.
El Código Niña, Niño y Adolescente prohíbe el trabajo con carga excesiva, en la minería, en fundiciones y en fábricas con tóxicos o explosivos. Tampoco pueden usar maquinarias peligrosas o productos químicos (como insecticidas).
No se puede exponer a los menores a actividades como recolección de caña, algodón o castaña que impliquen riesgo.
Tampoco deben trabajar en lugares que afecten su dignidad, como bares, cantinas, discotecas y otros. Sin embargo, muchos niños están expuestos a trabajos que no están permitidos y a situaciones de peligro.
En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra el 12 de junio, la Unicef llama a unir esfuerzos para erradicar esta problemática.