El voto rural aún pesa a favor del MAS, concentra hasta un 43%, afirma Galvez


Galvez como Añez concluyeron que, mientras el MAS sigue capitalizando su base rural, la oposición sigue dividida y sin una estrategia clara para generar gobernabilidad.

eju.tv /Video: La Hora Pico



Santa Cruz.- El investigador social José Luis Gálvez sostuvo que el voto rural sigue siendo un factor clave que favorece al Movimiento al Socialismo (MAS), otorgándole una ventaja comparativa de hasta un 43% frente a sus rivales, esto de cara a las elecciones presidenciales del 17 de agosto.

En entrevista con el programa La Hora Pico de eju.tv que conducen Belén Mendivil, Jorge Robles y Ernesto Justiniano, Gálvez sostuvo que, aunque el área rural representa una menor proporción del padrón electoral, su influencia en los resultados nacionales es significativa debido a su concentración de apoyo hacia el MAS.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

“La intención de voto para las opciones del MAS concentra hasta un 40 a 43% en las áreas estrictamente rurales. Aunque estas zonas representan alrededor del 30% del padrón, su impacto termina elevando algunos puntos a nivel nacional por el peso desbalanceado que generan”, explicó el investigador.

Además, Gálvez alertó sobre una tarea pendiente del sistema electoral: la necesidad de una revisión de la cartografía electoral y los escaños uninominales, que actualmente mantienen una sobrerrepresentación rural.

Por su parte, Guido Áñez, exministro y analista político, complementó esta mirada señalando que el peso del área rural ronda el 30% del padrón, pero que el problema de fondo radica en la crisis estructural del sistema político boliviano.

“Estamos entrando a un nuevo ciclo de inestabilidad. Nadie puede gobernar con un 20 o 25% de apoyo. Y si los candidatos de oposición no logran unirse, estaremos condenados a vivir otro proceso político frágil e incierto”, advirtió.

Áñez recordó que momentos históricos similares ocurrieron tras los gobiernos del MNR y de Banzer, cuando transiciones sin fuerza política en el Parlamento ni respaldo popular terminaron en crisis institucionales.

También criticó la actual debilidad de la Asamblea Legislativa, marcada por una desideologización profunda. “Hoy hay diputados que se venden, que están ahí por negocios y no por convicción ideológica. Eso agrava aún más la fragilidad del sistema democrático boliviano”, manifestó.