El asesinato del venezolano Javier Alfonso Saavedra, de 32 años, hallado en una maleta en el río Piraí, bajo el puente Foianini, el pasado 15 de mayo, ha sido atribuido a una organización criminal transnacional dedicada a actividades ilícitas, como préstamos “gota a gota”, trata de personas y prostitución agravada.
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Así lo confirmó este martes el director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Gustavo Astilla, quien brindó detalles de los últimos avances en las investigaciones, que derivaron en múltiples aprehensiones y órdenes de detención preventiva.
“Hemos logrado establecer los móviles económicos y de disputa de poder dentro de esta organización criminal, que no solo cometía asesinatos, sino que también estaba involucrada en delitos mucho más complejos, como trata y tráfico de menores”, informó Astilla.
La investigación comenzó con la aprehensión de la exesposa de la víctima, quien intentó reclamar el cadáver en la morgue. Posteriormente, se identificó a Giovanna Álvarez Almeida de Justiniano, presunta operadora financiera de la red, acusada de manejar el dinero como «palo blanco». Fue enviada a Palmasola con detención preventiva de 180 días.
También fue capturada Giovana Ruiz Justiniano, inicialmente desvinculada del hecho, pero luego relacionada tras un allanamiento a su domicilio, donde se hallaron pruebas incriminatorias en su contra. El juez determinó su detención preventiva por 60 días.
Autores materiales identificados y prófugos
Los presuntos autores materiales del crimen fueron identificados como los venezolanos José Miguel Briceño García y Carlos Eduardo Zavala, ambos de nacionalidad venezolana, actualmente prófugos, según informó Astilla.
Las autoridades policiales realizaron operativos para capturar a otros integrantes de la organización, logrando la aprehensión de la boliviana María René Gutiérrez Moreira, el colombiano Deiser Schneider Sandoval y los venezolanos Dagoberto Tortolero Higueros y Carlos Alberto Argote Castallares.
Durante los allanamientos fueron secuestrados el vehículo y la motocicleta usados para trasladar el cuerpo del fallecido hasta el río Piraí, donde fue abandonado. También se encontraron cuadernos, tarjetas y documentos que vinculan a esta red con esquemas de préstamos extorsivos tipo “gota a gota”. El crimen habría surgido de una disputa de poder y dinero dentro de la organización.
“Se trata de una estructura criminal bien organizada con móviles económicos claros. Hemos recibido el agradecimiento de las víctimas, pero las investigaciones continúan para dar con el resto de los implicados”, puntualizó Astilla.