Israel ha hecho una apuesta audaz pero aterradora


El mundo estaría más seguro si Irán abandonara sus sueños nucleares, pero ese resultado puede resultar inalcanzable.

Por The Economist

Misiles lanzados desde Irán son interceptados en Tel Aviv, Israel. 13 de junio de 2025. REUTERS/Jamal Awad

Fuente: Infobae



 

Por tres décadas, el primer ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, ha advertido que la mayor amenaza externa para Israel es Irán. Ninguna amenaza iraní es más grave que su programa para adquirir una bomba nuclear. Israel es un país pequeño y densamente poblado, que se encuentra dentro del alcance de los misiles de la República Islámica. Un Irán con armas nucleares pondría en riesgo su propia existencia.

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Nadie que conozca la historia reciente de Oriente Medio podría dudar de que Israel tiene razón al considerar a Irán como una amenaza. La República Islámica ha ejercido una influencia maligna en la región, patrocinando terroristas, milicias violentas y regímenes despóticos, incluido el de Bashar al-Assad en Siria. El líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, ha amenazado repetidamente con destruir a Israel. Irán apoyó a Hamas, que lanzó un ataque letal contra el país desde Gaza el 7 de octubre de 2023.

Una bomba nuclear iraní empeoraría todo esto. Podría llevar a países de Oriente Medio, como Arabia Saudita, a buscar sus propias armas. Incluso sin proliferación nuclear, un Irán armado con armas nucleares sería visto en la región como una limitación a la capacidad de maniobra de las Fuerzas de Defensa de Israel. Desde la perspectiva de Israel, esto socavaría la disuasión que lo mantiene a salvo en un vecindario peligroso.