El estancamiento en la producción, la caída del empleo y la falta de confianza empresarial profundizan la crisis estructural del sistema dirigido desde Beijing.
La industria manufacturera de China sumó tres mes de caída y evidencia el desgaste del modelo económico de Xi Jinping (EFE/YU FANGPING/Archivo)
(Con información de EFE y The Associated Press)
Fuente: infobae.com
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La industria manufacturera de China volvió a registrar contracción en junio, manteniéndose por tercer mes consecutivo por debajo del umbral que marca crecimiento, según cifras divulgadas este lunes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) del régimen. El índice gerente de compras (PMI, por sus siglas en inglés) se ubicó en 49,7 puntos, levemente por encima del 49,5 reportado en mayo, pero aún por debajo de los 50 puntos que separan la expansión de la contracción.
Aunque el dato superó por escaso margen las previsiones de algunos analistas, el sector fabril continúa mostrando señales de debilidad estructural. El repunte marginal fue atribuido en parte al retraso temporal en la aplicación de aranceles estadounidenses, acordado por el presidente Donald Trump a principios de mayo, lo que generó una reacción puntual de algunas industrias que intentaron anticipar sus operaciones antes del vencimiento de la prórroga, el 9 de julio.
Los datos oficiales indican que de los cinco subíndices que componen el PMI manufacturero, sólo producción, nuevos pedidos y plazos de entrega se mantuvieron por encima del nivel de 50.
Los datos oficiales indican que de los cinco subíndices que componen el PMI manufacturero, sólo producción, nuevos pedidos y plazos de entrega se mantuvieron por encima del nivel de 50 (EFE/Christian Escobar)
Por el contrario, los índices de inventarios de materias primas y de empleo permanecieron en zona de contracción, lo que refleja persistentes dificultades tanto en la acumulación de insumos como en la contratación de personal.
El portavoz de la ONE, Zhao Qinghe, intentó presentar los datos de forma optimista, destacando una supuesta “recuperación de la demanda” en sectores como alimentos y maquinaria especial. No obstante, reconoció también que la “actividad de mercado sigue siendo insuficiente” en áreas como metales no ferrosos y materiales de construcción, dos rubros clave para la economía industrial china.
En paralelo, el PMI del sector no manufacturero —que incluye servicios y construcción— apenas subió de 50,3 en mayo a 50,5 en junio. El crecimiento fue impulsado exclusivamente por el sector de la construcción, que pasó de 51 a 52,8, mientras que los servicios —uno de los motores más rezagados de la economía china desde la pandemia— continuaron prácticamente estancados en 50,1.
Pese a estos indicadores de fragilidad, el régimen chino insiste en proyectar una imagen de estabilidad. En contraste, fuentes del sector privado y expertos independientes advierten sobre un deterioro sostenido en la confianza empresarial, presionado por el control estatal, la represión tecnológica y las tensiones comerciales con Occidente.
El estancamiento en la producción, la caída del empleo y la falta de confianza empresarial profundizan la crisis estructural del sistema dirigido desde Beijing (EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI)
“El repunte observado se debe principalmente a un efecto de anticipación provocado por el aplazamiento de los aranceles. No refleja una mejora estructural de la economía”, advirtió Marcel Thieliant, analista de Capital Economics, en un informe regional. “El aumento moderado de la producción muestra que las empresas no están capitalizando de forma sostenida la tregua comercial”, añadió.
El propio presidente Trump subrayó en declaraciones a Fox News que no prevé extender la pausa de 90 días en la imposición de aranceles, lo que representa una presión directa sobre Beijing. “China va a pagar muchos aranceles”, afirmó el mandatario, al tiempo que reiteró que el déficit comercial entre ambos países es inaceptable.
La pausa arancelaria permitió que algunos grandes fabricantes chinos aceleraran su actividad de exportación en el corto plazo, pero dejó fuera a las pequeñas y medianas empresas, que siguen enfrentando contracción productiva y dificultades de financiamiento. La contratación, tanto en el sector manufacturero como en el de servicios, continuó en retroceso.
Mientras tanto, en otras economías asiáticas también se observan síntomas de desaceleración. En Japón, la producción industrial creció apenas 0,5 % en mayo, muy por debajo del 3,5 % previsto. En Corea del Sur, la producción de toda la industria cayó un 2,9 % interanual, con fuertes caídas en los sectores automotriz y tecnológico.
Fuentes del sector privado y expertos independientes advierten sobre un deterioro sostenido en la confianza empresarial, presionado por el control estatal, la represión tecnológica y las tensiones comerciales con Occidente (EFE/Yu Fangping)
A pesar de los intentos del régimen chino por presentar un panorama controlado, los datos revelan una economía dependiente de medidas coyunturales, sin señales sólidas de recuperación sostenible. Las tensiones estructurales internas, junto con la presión externa, continúan limitando la capacidad del modelo autoritario de Beijing para generar crecimiento genuino y estable.