Con lágrimas en los ojos y rodeado de personas que lo apoyaron, Richard lamentó el tiempo perdido: “No tengo palabras. Estar aquí nueve años fue muy doloroso para mí y para mi familia. Llegué a mis 19 años, ahora estoy recuperando mi libertad de manera injusta. ¿Quién me devuelve toda mi juventud perdida?”, expresó entre sollozos.
eju.tv / Video: Seo TV
Richard Mamani, hoy de 28 años, salió de la cárcel entre sollozos y con la voz quebrada, luego de pasar toda su juventud tras las rejas por una acusación de violación contra una menor de edad que resultó ser falsa. A los 19 años, Richard fue aprehendido y enviado con detención preventiva a la cárcel de Morros Blancos, en Tarija, tras ser señalado en 2016 por un delito que no cometió en la población de Villa Charcas, en Chuquisaca.
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El caso dio un giro en su caso cuando se descubrió que la supuesta víctima mintió en sus declaraciones. El juez dispuso su libertad tras comprobarse la inconsistencia de la denuncia que lo mantuvo encerrado durante casi una década.
Con lágrimas en los ojos y rodeado de personas que lo apoyaron, Richard lamentó el tiempo perdido: “No tengo palabras. Estar aquí nueve años fue muy doloroso para mí y para mi familia. Llegué a mis 19 años, ahora estoy recuperando mi libertad de manera injusta. ¿Quién me devuelve toda mi juventud perdida?”, expresó entre sollozos.
“Fue muy duro, pasé muchas cosas aquí, tenía ganas hasta de quitarme la vida, pero gracias al padre Miguel eso no pasó”, manifestó sobre el apoyo que le dio Miguel Sotelo, a quien describió como un padre, al igual que el apoyo a la Defensa Pública y la Defensoría del Pueblo.
Contó que durante su tiempo en prisión, se refugió en la carpintería para no rendirse, pero admite que, de no ser por el apoyo espiritual y humano que recibió, su historia pudo haber terminado de la peor forma. Comentó que analizará si retorna a Chuquisaca o si se queda en Tarija.