Por qué la cumbre de la OTAN en Países Bajos puede ser «la más importante desde el fin de la Guerra Fría»


Los aliados europeos están desesperados por demostrarle que se equivoca, y esperan convencerlo de que no retire las tropas ni los recursos estadounidenses del continente.

Rutte y Trump
Mark Rutte, secretario general de la OTAN, y Donald Trump, quien se espera que sea el protagonista de la cumbre.

Fuente: BBC

Katya Adler



Mientras el mundo contiene la respiración para ver qué sucede después de que Estados Unidos lanzara ataques directos contra instalaciones nucleares iraníes, se espera que el presidente estadounidense, Donald Trump, llegue este martes a Países Bajos para asistir a la cumbre de la OTAN.

Esta será la primera reunión de Trump con la OTAN desde que fue reelegido.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

En el pasado, Trump ha expresado su molestia con respecto a que los miembros de la alianza se beneficien de las garantías de seguridad de Estados Unidos sin poner de su parte.

Los aliados europeos están desesperados por demostrarle que se equivoca, y esperan convencerlo de que no retire las tropas ni los recursos estadounidenses del continente.

«Las relaciones con Europa han sido tan tensas desde que Trump regresó a la Casa Blanca, por los aranceles y otras cuestiones, que hace unas semanas ni siquiera estábamos seguros de que fuera a asistir a esta cumbre», me dijo un diplomático de alto nivel bajo condición de anonimato.

«Con Rusia y China atentos a cualquier signo de debilidad de Occidente, eso habría sido un desastre».

Aún con Trump, Moscú y Pekín seguramente estarán siguiendo la cumbre con palomitas.

Cumbre de la OTAN 2024 en Washington

Fuente de la imagen,Jakub Porzycki/NurPhoto vía Getty Images

Pie de foto,La cumbre en La Haya que comenzará este martes será la primera desde que Donald Trump regresó al poder.

Aumento del gasto

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, diseñó esta cumbre en torno a Trump. Su objetivo era complacerlo acordando grandes aumentos en el gasto en defensa, para demostrar que los europeos ahora asumirían una mayor responsabilidad sobre su propia seguridad.

Rutte también espera que, al centrar la reunión exclusivamente en el tema económico, pueda evitar posibles enfrentamientos o altercados entre Trump y sus aliados.

Ese plan cuidadosamente elaborado podría estar desmoronándose.

Ahora que Irán ha lanzado misiles contra una base aérea estadounidense en Qatar en respuesta a los ataques del sábado contra sus instalaciones nucleares, el comandante en jefe de Estados Unidos podría decidir quedarse en la Sala de Crisis en Washington.

Si finalmente viaja a Europa, como se espera, ¿cómo va a ser posible no hablar de Medio Oriente, teniendo en cuenta lo que está en juego? Hacerlo, sin embargo, supone el riesgo de que el presidente estadounidense entre en un desacuerdo con sus aliados europeos, que han abogado por la diplomacia en lo que respecta a Irán.

Trump, rodeado de el vicepresidente, JD Vance, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth

Fuente de la imagen,EPA-EFE/Shutterstock

Pie de foto,Trump anunció desde la Casa Blanca este sábado que EE.UU. atacó tres instalaciones nucleares en Irán.

Una alianza incómoda pero necesaria

A Trump le encanta ganar y se ofende con facilidad. No querrá sentir ningún tipo de desaprobación en la reunión de la OTAN.

Por otra parte, se le había asegurado una victoria que acapararía los titulares en la cumbre. Los países europeos se comprometerían a destinar un 5% del PIB a defensa, exactamente lo que él exigió en sus primeras semanas de vuelta en la Casa Blanca.

En palabras del embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, «esta cumbre se trata de la credibilidad».

España afirmó el domingo que había logrado conseguir salirse del nuevo plan de gasto, algo que Rutte negó posteriormente.

Otros aliados europeos que están teniendo dificultades para encontrar el dinero extra también han mostrado su descontento.

La conclusión es que Europa necesita mantener a su lado a la gran potencia militar y nuclear que es Estados Unidos. Así es como Rutte logró convencer a los líderes reacios, salvo España, para que se sumaran al nuevo plan de gasto. Se trata de un compromiso enorme.

Pero, como me dijo la exembajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Julianne Smith, incluso así, no hay ninguna garantía con Trump.

Pedro Sánchez

Fuente de la imagen,Alberto Gardin/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images

Pie de foto,«Nosotros, como país soberano, elegimos no hacerlo», dijo el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, sobre invertir un 5% del PIB en defensa.

No está claro si Estados Unidos firmará una declaración al término de la cumbre en la que se identifique a Rusia como la principal amenaza para la OTAN.

La confianza de Europa en Estados Unidos como su protector último se ha tambaleado por el enfoque aparentemente blando de Trump con Moscú y por su fuerte presión sobre Kyiv, en su intento por poner fin a la guerra en Ucrania.

Además, el viernes por la noche, casi se podía oír a los diplomáticos europeos rechinar los dientes, después de que Trump justificara alegremente el enorme gasto en defensa del 5% que ha exigido a sus aliados, mientras se eximía a sí mismo y a Estados Unidos de ese compromiso.

«No creo que debamos hacerlo, pero creo que ellos sí», afirmó. «Llevamos mucho tiempo apoyando a la OTAN… Así que no creo que debamos hacerlo, pero creo que los países de la OTAN sí deben hacerlo, sin lugar a dudas».

Por otra parte, los líderes europeos deberían estar mejor preparados a estas alturas en materia de autodefensa.

Puede que sea el más franco e impredecible, pero Trump no es el primer presidente estadounidense que quiere desviar la atención y la inversión militar de Europa hacia otras zonas prioritarias, en particular el Indo-Pacífico. El presidente Obama ya había sido muy claro al respecto en 2011.

Banderas de la OTAN y sus países miembros en La Haya

Fuente de la imagen,Dursun Aydemir/Anadolu vía Getty Images

Pie de foto,La Haya acogerá la cumbre de líderes de la OTAN este 24 y 25 de junio.

Lo que está en juego para Europa

Estados Unidos tiene armas nucleares almacenadas en Italia, Bélgica, Alemania y Países Bajos. Cuenta con 100.000 soldados listos para el combate estacionados en toda Europa, 20.000 de ellos en países de la OTAN de Europa del Este, enviados allí por el presidente Biden tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

El continente podría compensar el déficit de efectivos, especialmente ahora que Alemania y Polonia tienen previsto aumentar considerablemente sus fuerzas terrestres en los próximos años.

Pero la dependencia de Europa respecto a Estados Unidos es más profunda, dice Malcolm Chalmers, subdirector general del Royal United Services Institute, un importante centro de estudios británico sobre asuntos de defensa y seguridad.

Ha dependido de Washington para la recopilación de información, la vigilancia, las capacidades aéreas y el mando y control. Estados Unidos ha desempeñado un papel de liderazgo crucial en la OTAN, cohesionando a sus miembros y fuerzas.

Estas son precisamente las capacidades que escasean y que necesita el ejército estadounidense en Asia, afirma Chalmers. Si las retira de Europa, tomaría mucho tiempo replicarlas.

No hace mucho, varios países de la OTAN en Europa evitaron desarrollar capacidades continentales por temor a que Estados Unidos dijera: «Bueno, ya no nos necesitan. ¡Nos vamos!».

Ahora, Europa se está viendo obligada a asumir más responsabilidades en materia de seguridad, no solo para intentar persuadir a Washington de que se quede, sino también en caso de que el presidente estadounidense decida retirarse de Europa en mayor o menor medida.

Soldados estadounidenses realizan un ejercicio de defensa en el río Danubio

Fuente de la imagen,DANIEL MIHAILESCU/AFP vía Getty Images

Pie de foto,Soldados estadounidenses realizan un ejercicio de defensa en el río Danubio.

El ejército terrestre más poderoso de Europa

Nadie sabe cuáles son las intenciones de Trump. Los líderes europeos de la OTAN se sintieron enormemente aliviados recientemente, cuando su administración anunció que el teniente general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Alexus Grynkewich asumiría el cargo tradicionalmente ocupado por Estados Unidos de comandante supremo aliado en Europa. Eso implicaba un compromiso con la alianza defensiva.

Pero Washington está llevando a cabo su propia revisión del gasto militar y de defensa. Los anuncios se esperan para otoño, y se cree que es poco probable que incluyan más financiación estadounidense para Ucrania. Es muy probable que los 20.000 soldados adicionales desplegados en Europa del Este sean las primeras fuerzas estadounidenses en retirarse del continente.

A pesar de ello, Polonia dice que asistirá a la cumbre de la OTAN de esta semana con confianza. En marcado contraste con España, Varsovia cree que está dando ejemplo al destinar una mayor parte de su presupuesto nacional a defensa (actualmente el 4,7 % del PIB) que cualquier otro miembro de la OTAN, incluido Estados Unidos. Su objetivo, según afirma, es construir el ejército terrestre más poderoso de Europa.

Durante la Guerra Fría, Polonia vivió bajo la sombra de la Unión Soviética. Es vecino de Ucrania. No es difícil convencer a los polacos de que la defensa es una prioridad absoluta.

Para los políticos de países más alejados de Rusia, el argumento es más complicado. Los medios de comunicación españoles están llenos de especulaciones sobre si los desacuerdos en materia de gasto en defensa podrían derrocar al precario gobierno de coalición del país.

Schoof y Rutte

Fuente de la imagen,Reuters

Pie de foto,El saliente primer ministro de Países Bajos, Dick Schoof, junto a Mark Rutte, secretario general de la OTAN.

5% en defensa

En un intento por apaciguar a Trump aceptando sus demandas en materia de gasto en defensa, y a la vez endulzarles la píldora a los líderes europeos con menos liquidez, la OTAN propone dividir el objetivo del 5% en dos partes: un 3,5 % del PIB para defensa y un 1,5 % adicional del PIB para cuestiones «relacionadas con defensa», como la ampliación de los puertos marítimos de mercancías en Países Bajos o la inversión de Francia en ciberseguridad.

Esto tiene la ventaja añadida de que equipara a Europa con el gasto militar de Estados Unidos, que es del 3,4 % del PIB, un hito enorme, según Camille Grand, exsecretaria general adjunta de Inversión en Defensa de la OTAN y actual experta en defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

Se mire como se mire, estamos hablando de que los gobiernos tendrán que gastar miles de millones más en defensa. El dinero tiene que salir de algún sitio.

O bien con nuevos impuestos, un método que ha probado Estonia, o bien con más préstamos, lo que resultará enormemente costoso para países como Italia, que ya tienen una elevada deuda pública.

Otra opción es reducir el gasto social, lo que se conoce como la economía de «las armas o la mantequilla» o «los tanques o las pensiones».

Con su Revisión Estratégica de Defensa, Reino Unido subrayó recientemente ante la opinión pública la necesidad de aumentar el gasto militar, pero Chalmers afirma que ni Downing Street ni la mayoría de los demás gobiernos europeos han preparado plenamente a sus electores para las concesiones que requerirán las enormes nuevas inversiones en defensa.

El calendario para alcanzar el objetivo del 5% es fundamental. Los aliados de la OTAN han pedido un plazo de entre 7 y 10 años. El secretario general de la OTAN ha sugerido que eso podría ser demasiado tarde.

Con la economía de Moscú en pie de guerra, Rusia podrá atacar un país de la OTAN en un plazo de cinco años, afirma Rutte.

Putin

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,El aumento en el gasto de defensa busca que Europa pueda responder a la amenaza que supone Rusia, con o sin EE.UU.

Defender Europa no es solo una cuestión de cuánto gastan los gobiernos. Es igual de importante en qué gastan ese dinero.

Una gran debilidad europea es que hay muchas capacidades duplicadas e incompatibles en todo el continente. Se dice que solo en la UE hay 178 tipos diferentes de sistemas de armas y 17 marcas diferentes de tanques. Dejar de lado los contratos de defensa nacionales y el orgullo patrio, y poner en común los recursos europeos en nombre de la eficiencia, es otro debate espinoso que probablemente quedará relegado a un segundo plano en la cumbre de esta semana.

Entonces, ¿qué resultados concretos podemos esperar?

Eso depende en gran medida del hombre que llegue a Países Bajos en el Air Force One.

El embajador de Trump ante la OTAN dice que la reunión podría ser histórica.

«Un momento decisivo», me dijo otro diplomático de alto nivel, y posiblemente «la cumbre más importante de la OTAN desde la Guerra Fría»: el momento en que Europa comenzó a gastar tanto como Estados Unidos en defensa y a asumir verdaderamente la responsabilidad de su propia seguridad.