Fernando Romero advierte que el país ya rompió récords de precios y que el alza tiene causas estructurales.
Alimentos de la canasta familiar de primera necesidad. Foto: Archivo.
El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, advirtió este jueves que Bolivia podría cerrar la gestión 2025 con una inflación de hasta el 30%, debido a múltiples factores que han desatado una espiral de precios sostenida e histórica en el país.
Romero explicó que, aunque la inflación de junio del 5,1% fue la más alta en los últimos 40 años para ese mes, la verdadera preocupación está en la tendencia acumulada: en el primer semestre del año, los precios se incrementaron en 15,53%, más del doble de la meta oficial anual del 7,5% del Gobierno y superior al 15,6% proyectado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“La inflación acumulada que tenemos a junio es mayor que cualquier tasa anual registrada entre 1991 y 2024. Y la interanual, que roza el 24%, también marca un récord en casi cuatro décadas”, advirtió el economista.
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En su análisis, Romero atribuyó esta situación a un conjunto de causas estructurales y coyunturales. Según sus estimaciones, la escasez de divisas y la presión del tipo de cambio explican el 30% de la inflación actual, mientras que la especulación, el agio, la emisión monetaria, el contrabando a la inversa, los bloqueos, la falta de carburantes y el clima adverso conforman el resto del problema.
“La emisión monetaria creció cerca del 20% en 2024, mientras que la economía real creció menos del 2%, lo que refleja un desbalance que alimenta esta inflación. A eso se suman dos semanas de bloqueos por parte de sectores afines al expresidente Evo Morales, que desataron desabastecimiento y dispararon precios de la canasta básica”, sostuvo.
Romero afirmó que la economía boliviana atraviesa un momento crítico en el que el poder adquisitivo se ha visto duramente golpeado. “Nuestra moneda se ha devaluado al menos en un 80% en los últimos 12 meses. Es decir, si antes 100 bolivianos alcanzaban para algo, hoy valen 20 bolivianos. Estamos frente a un deterioro real del bolsillo boliviano”, indicó.
El experto señaló que, si bien la inflación de 2025 aún es incierta, las proyecciones apuntan a un cierre de año con una tasa en torno al 30%. Considera que más allá de medidas paliativas, el principal factor será político.
“Todo dependerá de quién gane las elecciones. Un cambio de modelo podría frenar esta espiral inflacionaria, que hoy actúa como un cáncer económico y empuja a más bolivianos hacia la pobreza”, afirmó.