El Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de La Paz (CMSA-LPZ) señaló que los programas de gobierno para las elecciones generales 2025 priorizan el uso de biotecnología y el apoyo a la agroindustria como ejes centrales, dejando en un segundo plano la agricultura campesina e indígena, clave para la alimentación en Bolivia.
Fuente: ANF
Entre las organizaciones políticas que promueven estas medidas destacan Alianza Fuerza del Pueblo, LIBRE, Creemos-UN y APB-Súmate. Sus propuestas incluyen la mejora genética de ganado, el desarrollo de semillas resistentes al cambio climático y la creación de bancos de semillas adaptadas, junto con la flexibilización de las exportaciones.
Sin embargo, el CMSA-LPZ advierte que estas iniciativas podrían agravar problemas estructurales como la degradación de suelos, la deforestación y la escasez de agua, afectando aún más la seguridad alimentaria del país.
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Los programas también proponen incentivos económicos para el sector agroindustrial, como la eliminación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), la titulación de tierras y créditos supervisados para aumentar la productividad. Estas medidas, según el Comité, están orientadas principalmente a la exportación y no a fortalecer los sistemas alimentarios locales.
Uno de los puntos más controvertidos es el uso de semillas transgénicas, que según el CMSA-LPZ, podría profundizar la dependencia de insumos externos y amenazar la biodiversidad nativa. «Estas prácticas van en desmedro de sistemas alimentarios sostenibles y justos», señaló el Comité en una publicación.
Mientras tanto, el apoyo a la agricultura campesina e indígena, que sustenta gran parte de la alimentación en Bolivia, es casi inexistente en las propuestas electorales. Esta omisión preocupa a organizaciones que defienden la soberanía alimentaria y la protección de los pequeños productores.
La seguridad alimentaria requiere políticas integrales que combatan problemas como el cambio climático y la desigualdad en el acceso a recursos, en lugar de centrarse únicamente en aumentar la producción para la exportación.
A pesar de los riesgos señalados, los partidos políticos insisten en que la biotecnología y la agroindustria son herramientas clave para reactivar la economía. No obstante, críticos argumentan que estas medidas benefician principalmente a grandes empresarios y no garantizan alimentos accesibles para la población.
Ante este escenario, el Comité hizo un llamado a priorizar sistemas alimentarios resilientes y justos, que incluyan a todos los actores de la cadena productiva, especialmente a los pequeños agricultores.
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