El presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Reynaldo Pardo Fernández, aseguró que, a la fecha, se movilizó casi medio millón de toneladas de desechos metalúrgicos para mitigar 55 hundimientos detectados sobre la cota 4.400 del Cerro Rico de Potosí.
El trabajo se realiza en coordinación con la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí (Fedecomin).
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“El Cerro Rico es un asunto definitivamente importante para la Comibol y la gerencia en Potosí tiene la responsabilidad de preservar geológicamente íntegro el macizo rocoso, coordinando con los operadores mineros que trabajan en actividades extractivas por debajo de la cota 4.400”, sostuvo Pardo, según un reporte institucional.
Desde 1987, el Cerro Rico de Potosí figura como Patrimonio Natural de la Humanidad declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El macizo rocoso es uno de los yacimientos mineros más significativos del mundo.
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Es importante para Bolivia, sobre todo en la actual coyuntura debido a que en el lugar se explotan varios minerales que luego son exportados. Por ejemplo, plata, estaño, plomo y zinc.
Cerro Rico
Sin embargo, la extracción minera que promueven decenas de cooperativas mineras dejó un notable incremento en la inestabilidad física del cerro, lo que aumentó la inseguridad de las propias labores mineras que se desarrollan en su interior.
Desde 2022, Comibol definió realizar trabajos para preservación morfológica de Cerro Rico.
“Llamado también relleno seco, el material minero en desuso permitió el sostenimiento geológico del macizo que debido a la explotación minera de hace décadas y, el paso del tiempo, presenta un proceso natural de degradación”, comentó el ingeniero Gregorio Socaño, técnico responsable de trasladar el material.
A la fecha existen 144 hundimientos de los cuales 55 reciben relleno seco (desechos mineros provenientes de los ingenios). Se movilizó más de 22.000 volquetas de alto tonelaje para llevar el material hasta la cúspide del macizo.