Las diferencias entre tres encuestas dadas a conocer en menos de un mes muestran contrastes en los niveles de indecisión y la dstancia de la ventaja entre los principales candidatos.
La encuesta de Captura Consulting es la última que se conoció. Foto: captura pantalla Cadena A
Tres encuestas nacionales sobre la intención de voto para los comicios nacionales, difundidas entre el 1 y el 29 de junio, muestran diferencias notorias en los porcentajes alcanzados por los principales candidatos. Pese a que fueron elaboradas con muestras de tamaño similar, las tres tuvieron 2.500 entrevistas, y márgenes de error comparables, los resultados —y particularmente el nivel de voto indeciso— varían de forma significativa.
La primera encuesta, elaborada por Ipsos Ciesmori para Unitel y difundida el 1 de junio, muestra un escenario de un empate técnico entre Samuel Doria Medina (18,5%) y Jorge Tuto Quiroga (17,8%), la diferencia apenas era de 0.7%; con Andrónico Rodríguez, cuya candidatura recién despegaba, en un tercer lugar (14,2%), pero no muy alejado de los dos primeros. En ese estudio, el 10% del electorado se declaró indeciso.
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El 18 de junio, el diario El Deber publicó un estudio realizado por la empresa Spie Consulting, que muestra un incremento sustancial en el porcentaje de los dos primeros en la intención de voto: Doria Medina sube a 24,02% y Quiroga a 22,07%, y se amplía la brecha entre ambos a casi dos puntos; en tanto, Rodríguez sube levemente a 14,69%. Lo llamativo de esa muestra es que el voto indeciso se reduce drásticamente al 3,01%.
Los indecisos varían entre una y otra encuesta. Foto: captura pantalla Cadena A
Finalmente, el domingo 29 de junio, Captura Consulting presentó en Red Uno y Cadena A un nuevo sondeo, en el que Doria Medina, candidato de la alianza Unidad obtiene 19,6%; Tuto Quiroga, de Libre, 16,6% y Andrónico Rodríguez, de Popular, 13,7%. Sin embargo, el nivel de indecisión es nuevamente alto y trepa hasta un 15,5%. La aparente contradicción genera preguntas válidas: ¿cómo puede variar tanto la proporción de indecisos en apenas 28 días?, ¿reflejan estos estudios realidades distintas o formas distintas de medición?
La respuesta no está en un cambio repentino del electorado, sino en las diferencias metodológicas que cada encuestadora aplica al momento de diseñar y procesar los datos, según el experto en estas investigaciones, Carlos Aldana. Posición que va en la línea del politólogo y especialista en opinión pública Guillermo L. O’Donnell, quien afirma que los estudios de opinión “no solo captan una fotografía del momento, sino que construyen esa imagen con el encuadre que elige el encuestador”.
Según el análisis inferido, Spie Consulting, a diferencia de Ipsos y Captura, parece haber utilizado un método de reducción o redistribución del voto indeciso. En la práctica, esto significa que si un encuestado declara ‘no sé’ o no responde, el sistema le insiste o lo reubica según un modelo estadístico, por ejemplo, en función del recuerdo de voto anterior o su afinidad partidaria previa. Es una práctica válida que disminuye visiblemente el porcentaje de indefinición y a la que apelan algunas encuestadoras.
La muestra de SPIE Consulting tiene diferencias más marcadas con las otras dos. Foto: El Deber
Por el contrario, Ipsos y Captura pueden haber optado por mostrar los resultados brutos, es decir, sin forzar respuestas ni redistribuir a los indecisos. De ahí que reflejen con mayor nitidez el nivel de volatilidad o apatía electoral en una parte del electorado. “En las encuestas de manera general el dato de indecisión no es tan relevante como en las encuestas políticas y principalmente electorales, por lo que no debería obviarse ese resultado, es además indicador de disconformidad, falta de una propuesta contundente o de candidatos nada sólidos como para recibir su votación”, señala Aldana al respecto.
Otro aspecto técnico clave es la formulación de la interrogante. No es lo mismo preguntar: ‘¿Por quién votaría si las elecciones fueran hoy?’ con una lista cerrada de nombres, que dejar la respuesta abierta o permitir explícitamente la opción ‘no sabe / no responde’. En los estudios donde el encuestador no ofrece una salida neutral, el encuestado tiende a elegir una opción, aunque no la tenga definida, por lo que el nivel de indecisión baja artificialmente.
Asimismo, algunas encuestas conforman sus cifras sobre el total de la muestra, es decir, el voto bruto, mientras otras presentan los resultados tomando en cuenta solo el voto válido, que excluye a los indecisos, nulos y blancos. Esta diferencia de presentación puede modificar los porcentajes en varios puntos, aunque la base estadística sea la misma. Probablemente eso podría haber pasado en la encuesta de Spie, que haya ponderado la intención de voto bajo ese criterio.
La encuesta de Ipsos Ciesmori fue la primera de las tres conocidas en junio. Foto: Unitel
Empero, para comprender realmente una encuesta, no basta con mirar quién va primero. Es indispensable leer la ficha técnica: cómo se hizo, qué método se usó (presencial, telefónico, en línea), si los resultados muestran el total o el voto válido, y cómo se trató al encuestado que no eligió a nadie. Como advierte el sociólogo chileno Patricio Navia, “la encuesta es un espejo, pero también es una construcción: refleja algo real, pero con bordes difusos que el lector debe interpretar con cuidado”.
Aunque los números varían, las tres encuestas coinciden en que Doria Medina y Quiroga encabezan la carrera, mientras Rodríguez se mantiene rezagado, sin lograr despegar. La diferencia está en cuán firme parece esa ventaja y cuánta gente sigue sin decidir su voto. Si bien, entre la primera y la tercera investigación, el empresario parece ser el más beneficiado con los números, el margen de error no da para sentirse triunfador.
Los expertos en este tipo de estudios afirman que no es que una encuesta mienta y la otra diga la verdad; lo que sucede es que cada una mide un aspecto distinto del mismo fenómeno, lo que depende mucho de su enfoque técnico. En consecuencia, para que la población tenga los elementos necesarios para establecer un discernimiento crítico e informado, el entender cómo se elaboran las encuestas es tan importante como conocer sus resultados.