La oposición se perfila como ganadora de las elecciones


 

 



 

A menos de un mes de las elecciones generales, se perfilan los candidatos opositores empatados Samuel Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga con aproximadamente 21% de la intención de voto, según la última encuesta de El Deber.

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Ambos tienen posibilidades de ganar y derrotar a la izquierda, cuyo fracasado Socialismo del Siglo XXI ha llevado a Bolivia a la quiebra. Los bolivianos miran a la derecha como salvadora de la crisis.

En tercer lugar, se encuentra el postulante centrista, Manfred Reyes Villa, con el 10% y en el cuarto, el populista y otrora masista, Andrónico Rodríguez, actual presidente del senado con el 8%.

Aún queda por analizar, sin embargo, donde irá el voto de la izquierda, de los indecisos y los votos en blanco.

El presidente Arce ha pedido a los partidos populistas que se unan en un bloque para ganar las elecciones. Sin embargo, el candidato Rodríguez le respondió que “no es candidato y debe concentrarse a concluir su gestión”.

También es importante considerar dónde irán los votos de Evo Morales, que si bien está inhabilitado por la Constitución y no figura en las encuestas, no tiene aliados, ha perdido su sigla, y se ha enemistado con los candidatos de izquierda. Aparentemente, se niega a entregar sus votos que se estima alcanzan al 15%.

Esto demuestra que la izquierda está dividida con dudosas posibilidades de ganar. Rodríguez ni siquiera asiste a los debates. Estos se llevan a cabo con los candidatos de la oposición cuyo tema principal es el económico.

Se cree, sin embargo, que ninguno llegaría a obtener la mayoría absoluta de votos o el 40% que se requiere con 10 puntos de diferencia con el que le sigue.

También se estima que, a estas alturas, el panorama electoral no cambiará.

En diciembre pasado, la oposición acordó armar un bloque único con un solo candidato, pero las ambiciones personales de los líderes políticos bolivianos sobrepasaron aquella idea inicial.

Los candidatos de oposición han llegado a dicha intención de voto por el hartazgo de los bolivianos a raíz de la crítica situación económica, política y social que vive el país que los tiene en un agobiante estado de crispación. A estas alturas, sólo miran a un candidato que saque al país del caos.

Hace 20 años, el Movimiento al Socialismo (MAS)recibió a un país casi sin deuda externa, con mercados seguros para la venta de gas y con importantes proyectos mineros.

El MAS de Evo Morales y luego de Arce han destruido a Bolivia. Probablemente, sea la peor crisis desde el año 1985 cuando hubo una hiperinflación y el presidente se vio obligado a renunciar.

Los bolivianos hemos vivido durante 20 años una dictadura parecida a la de Cuba y Venezuela, cargada de desaciertos económicos y con tal grado de corrupción que ha llegado a los niveles más altos del poder.

Según los índices del World Justice Project, Bolivia es el país más corrupto de la región y en el mundo ocupa el penúltimo lugar (141) antes que la República del Congo.

Es más, el partido gobernante ha destruido las instituciones, no hay seguridad jurídica, ha violado los derechos humanos, hay presos políticos y enraizado al narcotráfico, destruyendo así el sistema democrático y las libertades ciudadanas.

No hay dólares (a veces ni el mercado paralelo) que se cotizan al doble que el  precio oficial y hay escasez de gasolina y diesel y los bolivianos se ven obligados a hacer colas infinitas. Los choferes del transporte público, hacen filas de noche para trabajar de día. También hay escasez, ocultamiento y especulación de alimentos.

¿Como se entiende que Bolivia sea una potencia gasífera ahora esté quebrada así como Venezuela que posee las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo?

Porque el MAS – entre otros – no invirtió en perforar pozos de gas, derrochó el dinero sobredimensionando el aparato estatal creando ministerios innecesarios y 600.000 cargos públicos destinados a los miembros del partido, mantuvo la paridad del dólar a Bs. 6.96 desde el año 2011, y sigue subvencionando la gasolina y el diesel que sale de contrabando a países vecinos.

El MAS no tomó medidas radicales como devaluar el peso boliviano o quitar la subvención a los hidrocarburos porque eran impopulares y querían mantenerse en el poder. Hoy no pueden pagar la deuda externa y hay que  reprogramar.

Según Bloomberg la inflación es la cuarta en Latinoamérica después de Venezuela, Cuba y Argentina. El Instituto Nacional de Estadística (INE) no ofrece registros actuales.

Bolivia importa más de la mitad de sus insumos productivos y con la escasez de dólares, los precios se han duplicado y los sueldos y salarios se mantienen congelados. Los importadores se encuentran en figurillas.

El hecho es que los bolivianos, desesperados por la situación económica y que el sueldo no alcanza a fin de mes, miran hacia quienes puedan sacar a Bolivia del caos económico y con deseos de recuperar un país.