A veces, se mostraba bastante reflexivo y parecía visiblemente vulnerable al hablar del intento de asesinato. Era evidente que no se sentía cómodo con el tema. Para un presidente idolatrado por sus partidarios por hablar sin filtros, hubo largas pausas y momentos de introspección rara vez vistos en público.
Fuente: BBC News Brasil
Donald Trump tiene la costumbre de hacer llamadas sorpresa a los periodistas. El presidente de Estados Unidos parece preferir una conversación telefónica improvisada a una entrevista formal ante las cámaras.
El lunes 14 de julio por la noche, me tocó a mí. Y, sinceramente, estaba dormido cuando llamaron de la Casa Blanca.
Pasé casi cinco días creyendo que había una remota posibilidad de conseguir una entrevista con él para conmemorar el primer aniversario del intento de asesinato en su contra en Butler, Pensilvania.
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Mi cobertura de ese ataque captó la atención mundial y probablemente la del presidente. Pensé que esta conexión podría ser la clave para conseguir una entrevista presidencial, algo bastante inusual para los medios de comunicación extranjeros en Estados Unidos.
El domingo por la noche, me avisaron que la llamada estaba a punto de ocurrir, así que mi equipo y yo nos preparamos para grabar. Pero nunca llegó.
La noche siguiente, ya me había dado por vencido con la entrevista. Tras semanas viajando sin descanso, estaba exhausto y me eché una siesta. Entonces sonó el teléfono.
Aún somnoliento, respondí. La voz de la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, se escuchó por el altavoz: «Hola, Gary, estoy aquí con el presidente. Puedes hablar con él».
Corrí a la sala, intentando alcanzar la grabadora digital. La línea se cortó y pensé que había perdido mi oportunidad. Pero la llamada regresó y pasé casi 20 minutos hablando con Trump de todo: desde la noche del ataque a Butler hasta sus frustraciones con Vladimir Putin, su nueva perspectiva sobre la OTAN y su opinión sobre el Reino Unido.
Aquí están los cinco aspectos más destacados de nuestra conversación sorpresa.
- Trump muestra otra cara al hablar de Butler
A veces, se mostraba bastante reflexivo y parecía visiblemente vulnerable al hablar del intento de asesinato. Era evidente que no se sentía cómodo con el tema.
Para un presidente idolatrado por sus partidarios por hablar sin filtros, hubo largas pausas y momentos de introspección rara vez vistos en público.
Cuando le pregunté si el intento de asesinato lo había cambiado, Trump mostró cierta vulnerabilidad al responder que intenta pensar lo menos posible en el episodio.
«No me gusta pensar demasiado en ello, porque si lo hiciera, ya sabes, podría ser transformador… y no quiero que lo sea», dijo.
Luego explicó que cree en «el poder del pensamiento positivo, o del pensamiento positivo sin pensar».
También hubo una larga pausa cuando le pregunté si confiaba en el presidente ruso Vladimir Putin.
Al final respondió: «Para ser sincero, no confío en casi nadie».
- No hay compromiso con las cifras de deportaciones en Estados Unidos
Volviendo a la política interna estadounidense, pregunté si el plan de deportación masiva estaba funcionando, tanto en términos de velocidad como considerando que algunas personas estaban siendo deportadas aunque no fueran parte del público objetivo.
El presidente insistió en que su equipo estaba haciendo un «gran trabajo» para cumplir las promesas de campaña, citando la dramática caída en el número de migrantes que cruzan la frontera con México.
Algunos funcionarios de la administración han expresado su frustración por la lentitud de las deportaciones. Cuando presioné a Trump para que dijera cuántas deportaciones se considerarían un éxito en su segundo mandato, se negó a dar una cifra.
«Bueno, no le pongo una cifra, pero quiero sacar a los criminales rápidamente, y eso es lo que estamos haciendo, como saben», respondió. «Los estamos enviando de regreso a El Salvador, entre muchos otros lugares».
Trump expresó su frustración con el presidente ruso Vladimir Putin, culminando un día en el que amenazó con golpear la economía de Moscú con sanciones secundarias si no se llega a un acuerdo sobre la guerra en Ucrania dentro de 50 días.
Después de hacer campaña con la promesa de terminar rápidamente la guerra, Trump parecía perplejo por no haber podido aún llegar a un acuerdo con su homólogo ruso para poner fin al conflicto.
Una vez más, sugirió que había una discrepancia entre las palabras y las acciones de Putin: «Pensé que ya habíamos llegado a un acuerdo cuatro veces. De repente, llegas a casa y descubres que han bombardeado una residencia de ancianos en Kiev. Pensé: ‘¿Qué demonios ha sido eso?'».
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y otros líderes europeos ya han acusado a Putin de no estar comprometido con el fin de la guerra. Para ellos, esta duda no es nueva.
Pero cuando le pregunté a Trump si había renunciado al líder ruso, dejó la puerta abierta: «No he terminado con él, pero estoy decepcionado».
- Nuevo tono en la OTAN
Le recordé a Trump que ya había insinuado que la OTAN estaba obsoleta. Respondió que ahora cree que la alianza militar occidental se está convirtiendo en lo contrario.
Acababa de reunirse con el nuevo Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, con quien aparentemente mantiene una buena relación. Ambos intercambiaron elogios ante las cámaras y anunciaron que Estados Unidos vendería armas a la OTAN, que posteriormente serían transferidas a Ucrania.
Durante nuestra conversación, Trump indicó que estaba dejando atrás el resentimiento por el hecho de que Estados Unidos gasta proporcionalmente más en defensa que sus aliados.
«Fue muy injusto, porque Estados Unidos pagó casi todo. Pero ahora pagan sus propias cuentas, y creo que eso es mucho mejor», dijo, refiriéndose a un compromiso reciente de los miembros de la OTAN de aumentar el gasto de defensa al 5% del PIB de cada país.
«Hemos cambiado muchas cosas en la OTAN», dijo.
- Respeto por Starmer y el Reino Unido
Trump enfatizó su respeto por el Reino Unido y el primer ministro Sir Keir Starmer, con quien firmó un acuerdo el mes pasado para reducir las barreras comerciales. «Me cae muy bien el primer ministro, aunque sea liberal», dijo.
Subrayó que la relación entre ambos países sigue siendo «especial», como a muchos británicos les gusta creer, y añadió que cree que el Reino Unido lucharía junto a Estados Unidos en una guerra.
El presidente estadounidense parecía tranquilo ante posibles desaires. Aunque su visita de Estado al Reino Unido, programada para este año, no incluirá un discurso ante el Parlamento, Trump no exigió que se citara a los legisladores. «Que se diviertan», dijo.
Trump calificó al rey Carlos como «un verdadero caballero». Le restó importancia a un discurso reciente del monarca en el Parlamento canadiense, considerado por algunos como una defensa de la soberanía de Canadá ante las amenazas de Trump.
Incluso hubo un chiste: «¿Tienes muchos nombres diferentes, verdad?», bromeó. «Inglaterra, si quieres quitarle algunas partes. Luego está el Reino Unido, luego está Gran Bretaña. Creo que es el país con más nombres de la historia».