Dos tercios en la Asamblea y un pacto son la receta para una futura gobernabilidad


El gran desafío para el próximo presidente de Bolivia es lograr el respaldo pleno del Legislativo para aprobar todas las leyes para gobernar, según los asambleístas salientes. Un experto ve que lo más conveniente sería evitar una segunda vuelta

 

La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, reúne a diputados y senadores representantes de todo el país
La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, reúne a diputados y senadores representantes de todo el país.

 

Fuente: El Deber
Yolanda Mamani Cayo

Después de la elección del nuevo jefe de Estado y tras que éste asuma el mando del país, su tarea principal e inmediata será asegurar su gobernabilidad para los próximos cinco años. ¿Y, cómo lo puede lograr? Legisladores salientes y que no son candidatos, identificaron al menos unos cuatro factores clave que el nuevo gobierno debería tomar en cuenta.



Entre esos elementos están, que en la Asamblea Legislativa se garantice los dos tercios de respaldo al Ejecutivo, que las nuevas autoridades tengan una amplia capacidad de diálogo con todos los sectores del país y organizaciones sociales, que logre un acuerdo o pacto político con los otros frentes, sin la ‘vieja práctica del cuoteo’, y que la persona que ocupe la vicepresidencia tenga la capacidad de concertar acuerdos y normas con todas las bancadas de la Asamblea.

Los planteamientos surgen también a propósito de los anuncios que realiza el evismo y otras facciones radicales del MAS, que se adelantaron y ya anunciaron una “guerra sin cuartel” al próximo presidente bajo el supuesto de que éste será alguien de “la derecha”. Para el bloque populista, ningún presidente de la oposición tendrá legitimidad.

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Estrategia

A la hora de lanzar sus planteamientos, los consultados por EL DEBER, toman en cuenta todos estos factores que dibujan un posible escenario complejo para el comienzo de la nueva administración del Estado.

La primera tarea del nuevo gobernante es tomar decisiones urgentes para solucionar la crisis económica, la escasez de combustibles y de dólares, entre otros temas, y para ello, se debe tener con “una alta capacidad política”, afirmó el diputado opositor, Enrique Urquidi, representante de Oruro.

“El próximo gobierno tiene que garantizar una gobernabilidad institucional y legislativa que pasa por tener los dos tercios de votos parlamentarios. La gobernabilidad parlamentaria es imprescindible, tomando en cuenta además el tipo de medidas que se van a tomar”, indicó el legislador.

El otro factor que identifica Urquidi es que el próximo mandatario y sus colaboradores deberán tener la “capacidad de gestión política, de diálogo y de generar un vínculo permanente con la ciudadanía y con todos los sectores de la sociedad civil”.

Uno de los factores que erosionó la administración del Gobierno saliente fue la poca representatividad que tiene en el Parlamento, esto tras la pelea interna del MAS que fracturó su bancada. De 166 asambleístas, el gobierno de Luis Arce apenas tiene el respaldo de 40, según datos del propio Ejecutivo. Y una de las consecuencias de ese quiebre fue el rechazo a la aprobación de créditos internacionales, o el “bloqueo económico” que denuncia Arce en los últimos tres años.

Para el diputado tarijeño, José Luis Porcel, el lograr los dos tercios en la Asamblea es uno de los requisitos indispensables que debe garantizar el nuevo gobierno, pero además de aquello, se deben recuperar los principios democráticos que rigen el país.

“El tener dos tercios en la Asamblea Legislativa es totalmente determinante. Además, no hay que olvidar que el Legislativo es el primer poder del país. Pero para tener una gobernabilidad estable, es fundamental lograr un trabajo conjunto entre los órganos del Estado. Todos tienen que trabajar al unísono pensando en el bienestar de los bolivianos”, concluyó Porcel.

Pero además de esa coordinación, para Porcel es importante que desde el principio, el nuevo gobernante, haga cumplir la supremacía del orden constitucional y no permitir el desarrollo de actos que intenten vulnerar la democracia.

La senadora potosina, Daly Santa María, partió por el rol  que tiene que cumplir el presidente de la Asamblea Legislativa, para darle gobernabilidad a los nuevos administradores del Estado.

“Si el vicepresidente que al mismo tiempo es presidente de la Asamblea Legislativa, no tiene principio de autoridad y no sepa promover el diálogo, vamos a estar perdidos los cinco años como está sucediendo ahora”, advirtió y agregó que además de lograr los dos tercios, la cabeza del Legislativo debe tener la capacidad de ser un articulador. “Caso contrario va a ser tipo (David) Choquehuanca”.

La legisladora observó que existe una contradicción en la Carta Magna cuando se refiere a la independencia de los cuatro órganos del Estado, ya que, si bien el vicepresidente con ese título forma parte del Órgano Ejecutivo junto al presidente, al mismo tiempo es presidente de la Asamblea Legislativa, que es la institución fundamental del Órgano Legislativo. Plantea que ese punto merecería un ajuste.

Pero, además, para lograr esos dos tercios, se requiere lograr un acuerdo político partidario entre las organizaciones políticas que tengan representación en el Parlamento, ejercicio que si se da no sería la primera vez en Bolivia y fue conocida como la “democracia pactada”, que fue muy criticada en el gobierno de Evo Morales.

Por lo menos, en dos ocasiones en la historia contemporánea de Bolivia, se suscribieron dos acuerdos político partidarios para garantizar la gobernabilidad. Uno de ellos fue en 1985, el “Pacto por la democracia”, un acuerdo firmado entre Víctor Paz Estensoro (MNR) y Hugo Banzer (ADN).

En 1994 se firmó el “Pacto por la gobernabilidad”, un acuerdo político entre el MNR, Condepa, UCS y el MBL. Esa época Bolivia fue gobernada por Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997).

Para Urquidi, estos acuerdos o pactos políticos “no tienen nada malo” porque son parte de la esencia del sistema democrático, más bien plantea que se los debería reivindicar.

Rechazo

El posible retorno de la oposición al poder del Estado, tiene un rotundo rechazo de organizaciones sociales vinculadas al MAS y al evismo. Adelantan que no permitirán el regreso de “la derecha” al poder y anticipa movilizaciones.

“No vamos a permitir hermanos, seguramente a través de nuestras organizaciones va a haber movilizaciones ¿A qué va a volver la derecha?, seguramente a saquear. El único recurso que tenemos es nuestro litio, eso están mirando cómo saquearnos”, afirmó el ejecutivo de la confederación de campesinos arcista, Lucio Quispe.

Desde el Legislativo, los evistas adelantaron también que van a rechazar a un nuevo Gobierno “de la derecha” y apenas se instale van a ejecutar una serie de acciones como la revocatoria de mandato.

ANÁLISIS

«Se debe asegurar toda la legitimidad» /Fabián Yasik (analista)

El próximo Gobierno tiene que dotarse de la mayor legitimidad posible y tiene que darse un pacto de gobernabilidad por los dos tercios.

Si las encuestas se mantienen en esta perspectiva está claro que el nuevo gobierno va a ser de la oposición. Sería deseable un escenario que las fuerzas políticas principales garanticen los dos tercios en la Asamblea Legislativa, no es suficiente la mayoría. Ésa es una condición sine qua non para generar condiciones de una nueva gobernabilidad.

El segundo escenario posible para lograr la gobernabilidad es que sería ideal que quien pretenda ser el presidente ojalá gane con algo más de cinco puntos de diferencia para que no se hable del ‘empate técnico’. Eso podría implicar que el segundo, podría dar una señal clara al país, desistiendo de la posibilidad de ir a una segunda vuelta. La ley le faculta desistir.
Por tanto, podríamos tener presidente la próxima semana. Con eso se puede asegurar una transición ordenada ya que no vamos a tener que esperar a la segunda vuelta para conocer al presidente.

Con eso se da más certezas y menos chance a los conspiradores anticipados que pretenden generar un cuadro de desestabilización quitándole legitimidad al que gane en las urnas. Todo ese intento de desestabilización se puede neutralizar, frenar muy rápidamente.
Pero si va la segunda vuelta, puede ser un pretexto para que Evo Morales insista en sus planes y Andrónico puede salir liquidado con la campaña por el voto nulo que impulsa Morales.

Si esa campaña resulta exitosa será para liquidar a su delfín. El señor Evo Morales se va apropiar de todos los votos nulos y blancos, se va a atribuir la representación de ambos votos y la abstención. Por eso es importante que la ciudadanía participe.