Quedó revalidado el triunfo del Partido Demócrata Cristiano, PDC, con el 32,06% del total de votos válidos, frente al 26.70% de la Alianza Libertad y República, Libre, y serán los candidatos Rodrigo Paz Pereira y Jorge Quiroga Ramírez, quienes tantearán fibras y razón en la segunda vuelta a realizarse el 19 de octubre.
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Sin embargo, de la diferencia de poco más de cinco puntos porcentuales, el PDC no alcanzó mayoría en las cámaras legislativas, obtuvo 16 escaños en el Senado y 49 en diputados, seguido de Libre con 12 senadores y 37 diputados, lo que obligará a ambas fuerzas políticas, a buscar acuerdos, en su caso, intentar lograr pactos con Alianza Unidad de Samuel Doria Medina que logró siete senadores y 26 diputados, quedando claro que habrá alianzas para tener mayoría absoluta o dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional, siempre y cuando esté primero el país y no sus mezquinos intereses.
En cambio, la solitaria senadora de APB Súmate y los 13 diputados de Alianza Popular, APB y del MAS, serán innocuos y marginales en las decisiones, sin descartar posibles escisiones, ya que los elegidos, y lo digo con firmeza, no tienen formación política ni responden a una ideología, lo que anticipa que en algún momento jugarán a sus propios intereses.
Con los porcentajes obtenidos por el PDC, Libre y Alianza Unidad, queda claro que del 19.69% de la Alianza de Doria Medina, un 12% o 14% podría migrar hacia Quiroga Ramírez, ya que ese voto no es partidario, y en contrapartida, del 19,78% de votos nulos -descontando un 5% o 6% tradicional-, el 13% o 14% fueron inducidos por Morales para salvar la sigla del MAS, empero, ese porcentaje jamás migrará a favor de Quiroga, sino que reforzará el 32.06% obtenido por Rodrigo Paz, y al que sumaría un 5% y 7% de votos que Doria Medina logró en la primera vuelta, lo que sería suficiente para el triunfo por mayoría absoluta de la candidatura democristiana. De ahí que observo el evidente nerviosismo de Quiroga Ramírez, que anticipa en echarle la culpa a Rodrigo Paz si algo raro le pasa a él, además de acusar al Presidente -muy fiel al estilo de su aliado Evo Morales y sin presentar prueba alguna-, de ser carcelero, mientras que Paz Pereira sigue en lo suyo, visitando áreas periurbanas, suburbanas y zonas rurales, porque es ahí donde logrará aumentar un 8% o 10% más de votos, algo que Quiroga no puede ni podrá, por su arrogancia, su forma despectiva de tratar a la gente y porque sabe que no lo recibirían en gran parte de municipios rurales del país.
La candidatura de Libre en Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosi y Cochabamba, no conecta con la gente y no tiene posibilidad de acrecentar el porcentaje de su votación, por lo que sus operadores acuden a armas innobles, como la ch’ichi guerra, que fortalecen a Rodrigo Paz en zonas rurales y populares, a pesar de la inestabilidad emocional y falta de equilibrio de Edman Lara Montaño.
El apoyo y el voto no se gana desde el escritorio, se gana en el territorio, hablando y compartiendo con la gente, ese es el gran mérito de Rodrigo Paz que, el 19 de octubre próximo, podría arrebatarle a Quiroga varios puntos porcentuales en los departamentos de Santa Cruz y Beni, con lo que consolidaría su llegada a la Presidencia de la República.
Gane quien gane, la crisis actual no se superará de inmediato, será un proceso de al menos dos años, siempre y cuando, el próximo gobierno adopte medidas adecuadas, de lo contrario, la situación podría empeorar y la democracia sacrificarse.