El exministro en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada advirtió que el llamado del presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para que los exiliados regresen al país carece de fuerza real si no se eliminan los procesos judiciales que califica de ‘injustos y aberrantes’.
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Dieciséis años, siete meses y diecinueve días. Ese es el tiempo que Guido Áñez, más conocido como Chelelo, contabiliza que está fuera del país por un juicio iniciado contra él y otros ministros del gabinete del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada por las muertes de octubre de 2003, proceso que califica de ‘injusto y aberrante’ y sin asidero legal que pueda sostenerlo, porque es eminentemente político.
Guido ‘Chelelo’ Áñez, exministro y exiliado en Estados Unidos desde hace más de 16 años, responde al gesto del presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Rómer Saucedo, quien recientemente alentó a los bolivianos desterrados a retornar al país. Áñez reconoció que el anuncio abre una expectativa inédita, pero es categórico: “mientras no se anulen los procesos indebidos, esa invitación no pasa de ser simbólica”.
Áñez recuerda que carga en sus espaldas con un mandamiento de aprehensión y la confiscación de sus bienes desde hace 21 años, tras ser acusado de genocidio junto a otros exministros del expresidente Sánchez de Lozada. “Nunca en la historia se acusó de genocidio a un ministro de Agricultura. Es absurdo, jamás he levantado un arma ni he dado una orden. Fue una aberración jurídica”, denuncia.
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Foto: captura pantalla
El exministro sostiene que el retorno de miles de exiliados -muchos desde 2009- no será posible sin decisiones concretas de la justicia boliviana. “El TSJ debe pronunciarse por la nulidad de estos procesos amañados. Sólo así podremos volver a vivir como ciudadanos normales, recuperar nuestras propiedades y dejar de cargar con esta espada de Damocles”, remarca el político mirista tras recordar que el proceso en su contra inició hace 21 años.
Áñez diferencia entre indulto y amnistía, y advierte que solo esta última podría cerrar definitivamente las heridas políticas: “El indulto perdona al sentenciado, pero la amnistía reconoce que el Estado se equivocó al acusarnos. Y eso fue lo que pasó”. Sin embargo, enfatiza en que la sociedad en su conjunto no criminalizó a los exministros; “es decir, la sociedad dijo que nosotros éramos delincuentes, siempre hemos estado completamente libre de las sospechas ciudadanas de que habríamos cometido algún delito”.
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“Primero nos acusaron a nosotros de ser cómplices de Sánchez de Lozada en el genocidio y como vieron que Sánchez de Lozada nunca iba a volver a Bolivia nos acusaron de ser autores directos de genocidio, entonces esta situación es totalmente irregular, es totalmente un indebido proceso y lo que correspondería es que aparte del comunicado que hace su presidente, El Tribunal Supremo de Justicia se pronuncie por la nulidad del proceso a los ministros que fuimos acusados indebidamente”, enfatiza.
Aunque reconoce que la nueva coyuntura política genera esperanza, alertó que la historia reciente obliga a ser cautelosos. “Ya vivimos un intento de retorno en 2019 y terminó en frustración. Hoy no queremos un ‘verano democrático’ que se apague rápido, queremos consolidar una democracia que dure 20 o 30 años”. ‘Chelelo’ queda a la espera de una decisión institucional que tome el Órgano Judicial que lo ayude a retornar a la patria a la brevedad posible, pero sin la amenaza de tener un juicio político en su contra.