“Yo acabo de llegar ayer en la madrugada con mi vagoneta Land Cruiser y tuve que forzar mi vehículo porque no hay caminos, me fui por desvíos. El transporte de la provincia de Santa María ya se ha declarado en quiebra; estamos hablando de millones de pérdidas. Nuestros compañeros que manejan buses, apenas pueden llegar hasta un cuarto del camino», dijo un dirigente.
eju.tv / Video: Gigavisión
El dirigente de la Central de Transporte Franz Tamayo del municipio de Apolo, en La Paz, Ronald Llojlla, pidió “auxilio” para los habitantes que viven en es región, debido a que están incomunicados hace más de dos meses por el mal estado de las carreteras y la pérdida de plataforma en el tramo carretero Charazani – Apolo, lo que incluso genera que no les llegue alimentos ni combustibles. Asimismo, desmintió al ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, por el supuesto envío de maquinaria pesada.
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“Queremos desmentir, nosotros como operadores del sector, que haya maquinaria trabajando y dándonos transitabilidad. Seguimos aislados y perjudicados porque no existe la maquinaria que realice el mantenimiento y garantice la transitabilidad del tramo Charazani – Apolo”, cuestionó.
En ese sentido, demandó a la autoridad de Gobierno que sea serio cuando publica fotos de supuestas empresas que trabajan en el sector. Dijo que sólo hay una maquinaria pequeña, pero que no garantiza la transitabilidad de la vía.
“Yo acabo de llegar ayer en la madrugada con mi vagoneta Land Cruiser y tuve que forzar mi vehículo porque no hay caminos, me fui por desvíos. El transporte de la provincia de Santa María ya se ha declarado en quiebra; estamos hablando de millones de pérdidas. Nuestros compañeros que manejan buses, apenas pueden llegar hasta un cuarto del camino, porque no se puede transitar más allá, sólo llegan a la población de Jerusalén”, expresó.
Dijo que a partir de esa comunidad la gente debe peregrinar en busca de transporte que haga trasbordo y así continuar con su viaje. No obstante, indicó que lo peor es que también se les afecta en la provisión de alimentos y los que llegan al municipio, son a un doble del precio, lo que afecta a los habitantes del lugar.
“Por eso pedimos auxilio. Asimismo, el problema del diésel es un cuento de nunca acabar desde el año pasado. Aquí en la ciudad ya se ven las filas; imagínese lo que pasa en las provincias. Antes el viaje duraba 14 horas, ahora las cisternas tardan más de dos semanas y el combustible no llega para el transporte”, protestó.