Otra vez jurado: excusas insólitas, la resignación por la ‘mala suerte’ y la responsabilidad de cuidar el voto


El Órgano Electoral sorteó más de 211 mil jurados para la segunda vuelta del 19 de octubre. Mientras unos ven la designación como un castigo, otros recuerdan que se trata de un rol clave en la democracia.

eju.tv / Video: RRSS

la indignación de una persona en las redes sociales por haber sido designada jurado electoral por sexta vez muestra que para los ciudadanos el tomar esa responsabilidad es un ‘castigo’ antes que ser considerado un aporte al sistema democrático del país. Si bien el caso es extremo, las largas filas que se forman en las oficinas de los tribunales electorales departamentales (TED) revelan que los elegidos buscan revertir con las excusas más disparatadas la ‘mala suerte’ de haber sido nominado el juez de una mesa para el balotaje.



Los bolivianos volverán a acudir a las urnas el próximo 19 de octubre para elegir presidente y vicepresidente en una histórica segunda vuelta nacional. Para garantizar la transparencia de esa jornada, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) sorteó a más de 211 mil ciudadanos que deberán cumplir como jurados electorales, una tarea que, para muchos, se vive con resignación y hasta con cierto humor: en redes sociales abundan los comentarios de quienes dicen sentirse ‘condenados’ cada vez que su nombre sale sorteado.

Una de las ‘premiadas’ en varias oportunidades envía un mensaje a las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional (OEP): “hoy me levante con la triste noticia de que soy jurado electoral, es la sexta vez; mi pregunta es ¿no hay más bolivianos? He pasado por reelecciones, referéndums, golpe versus fraude, ¿qué más? Yo ya debería estar trabajando en el Órgano Electoral, debería ser una vocal, ¿qué están esperando para contratarme? Tengo una vasta experiencia”, reclama la ciudadana entre la molestia y la resignación.

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Foto: captura pantalla

Desde el lunes y hasta este domingo 28 de septiembre, los TED reciben las solicitudes de excusa. Y como suele suceder, no faltan las justificaciones curiosas. La presidenta del TED La Paz, Zonia Yujra, reveló que entre los motivos más frecuentes aparecen dolores de cabeza, ‘estrés’, la imposibilidad de estar de pie, ser ‘hijo único’ o tener que cuidar a algún pariente; empero, ninguna de esas razones está prevista en la ley, que solo admite 10 causales concretas, entre ellas enfermedad, embarazo, ser mayor de 60 años, cambio de destino laboral o tener a cargo un menor lactante.

Para cada excusa, además, se requiere respaldo documental. En caso de enfermedad, por ejemplo, se exige un certificado médico válido; si se trata de viajes, los pasajes deben comprobar la ausencia. La norma es clara: quienes falten a su deber sin justificativo serán sancionados con una multa de 1.375 bolivianos y la inhabilitación temporal en el padrón electoral. Así que la mayoría de la gente intenta tener la ‘buena suerte’ de que le acepten la excusa, aun cuando sea inverosímil; caso contrario, solo queda la resignación.

Aun así, la percepción de ‘mala suerte’ pesa en muchos ciudadanos que han sido sorteados varias veces. ‘¿Será azar o castigo?’, ironizan en las redes. La explicación es menos mística: el sistema toma en cuenta la edad (entre 18 y 55 años preferentemente), el número de habilitados por mesa y la paridad de género. En mesas con pocos electores, la probabilidad de repetición aumenta. “Todos los que fuimos jurados ya no deberíamos entrar a sorteo, como si no hubiera más ciudadanos, es mi reclamo”, señala otro de los ‘ungidos’.

Fila en el Tribunal Electoral de La Paz. Foto: APGLas largas filas en los TED de aquellas personas que buscan evitar ser jurados electorales. Foto: El Deber

La presidenta del TED La Paz recordó que el rol del jurado es esencial: son los responsables directos de administrar la votación y contar los sufragios. “Es importante su participación. Les pedimos que asuman este compromiso siendo parte del control social”, afirmó. En la primera vuelta, el número de excusas fue masivo, una señal de que la ciudadanía todavía percibe la designación más como un fastidio que como una responsabilidad democrática y, al parecer, en el balotaje sucederá lo propio.

El debate no es menor: mientras miles de bolivianos buscarán formas de liberarse de la tarea, el 19 de octubre será la primera vez que el país defina a su presidente en una segunda vuelta. La transparencia de esa jornada dependerá, en buena medida, de esos ciudadanos que, con bajo la égida del Órgano Electoral y actas en mano, harán posible que cada voto cuente. Castigo o deber, sin lugar a dudas el jurado es la bisagra invisible de la democracia.

A modo de reflexión, ser jurado electoral no debería sentirse como una condena, sino como una pequeña cuota de participación en la vida democrática del país. Aunque muchos lo viven como una carga, la jornada también puede convertirse en una experiencia curiosa, con anécdotas que luego se cuentan en la familia o en las redes. Después de todo, no todos los días toca estar del otro lado de la urna y ser parte, en primera fila, de una elección que marcará la historia de Bolivia.