“Bolivia tendrá un presidente tierno”: Jaime Paz Zamora reivindica la política desde el afecto


El expresidente reflexiona sobre la victoria de su hijo, Rodrigo Paz, y destaca el valor de la ternura y la formación familiar en la política boliviana. “El pueblo lo maduró”, afirma.

eju.tv / Video: Radio Fides

En una emotiva y profunda reflexión sobre el triunfo de su hijo en la segunda vuelta electoral, el expresidente Jaime Paz Zamora reivindicó el lado humano de la política boliviana y definió a Rodrigo Paz Pereira como ‘un presidente tierno’ que llega para servir al país, una expresión cargada de simbolismo que busca rescatar la sensibilidad y la nobleza como virtudes necesarias para gobernar sobre todo en las épocas difíciles como la que atraviesa el país en las que es fundamental la empatía y la solidaridad.



‘Bolivia tiene un presidente tierno para el bien de la nación’, expresó el exmandatario, en un testimonio que combina nostalgia, memoria y análisis político. “Se fue formando, pero siempre con el cariño y el amor de una familia tierna. Yo considero que mi familia es una familia tierna, y los hijos salen tiernos, y la ternura yo creo que es la más alta expresión del ser humano”, insistió. “Yo considero que Bolivia tiene un presidente tierno para el bien de la nación. Y estoy seguro que las cosas han de ocurrir bien”, declaró al programa Café de la mañana de radio Fides.

Jaime Paz habló no sólo como expresidente, sino como el padre que tuvo que soportar, en la distancia y en el exilio, la formación de sus hijos en tiempos de clandestinidad. El exmandatario reconstruyó pasajes de esa vida que marcó la infancia de Rodrigo y su hermano Jaime, expulsados del país junto a su madre, Carmen Pereira. “Tuvieron que vivir en 30 países mientras yo estaba oculto. Durmieron una semana en un parque de Santiago de Chile, la mamá y los dos chicos, apretados sobre el asiento. Todo eso fue una escuela”, relató para mostrar el trasfondo humano detrás del liderazgo que hoy llega al poder.

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Foto: captura de pantalla

Paz Zamora trazó además un paralelismo entre la evolución personal de su hijo y la madurez del electorado boliviano. “El pueblo boliviano lo maduró. Uno fue Rodrigo que partió a iniciar su campaña electoral hace unos años, otro el que llegó. Llegó un Rodrigo más maduro, porque la naturaleza, el espacio, el paisaje lo maduró”, sostuvo, al destacar que la experiencia del periplo que inició hace más de cuatro años, peso más que los cálculos partidarios y se convirtió en su verdadera escuela política porque fue vivencial.

El exjefe de Estado también admitió que su hijo ya no lo consulta tanto y que Rodrigo discrimina las cosas que le va a preguntar, porque en varias otras tiene la suficiente experiencia y sabiduría para tomar sus determinaciones por cuenta propia sin acudir a terceros. “Me consulta menos, lo cual me tranquiliza, porque veo que tiene ya la madurez, la estatura, el nivel presidencial que se requiere para resolver sin tener que estar preguntando al papá o a un asesor”, resaltó.

Paz Zamora no disimula su satisfacción al observar lo que el considera que es una herencia intangible transmitida a través del ejemplo. “Como un simple carpintero que nota que su hijo se aficiona a jugar con las tablas y después termina carpintero también. Uno siente cargada alguna huella en el alma de los hijos, y eso satisface profundamente”, reflexionó sobre el camino que les tocó enfrentar a dos de sus hijos, Jaime y Rodrigo, quienes siguieron la huella política que dejo el expresidente.

Jaime Paz con Rodrigo cuando este cumplía 15 años. Foto: Radio Fides

La victoria de Rodrigo Paz – que se impuso con 9 puntos de diferencia a Tuto Quiroga–, según su padre, expresa también una nueva comprensión ciudadana de la democracia y rechazó la lógica de algunos políticos y analistas en insistir en que el balotaje confirma que el país está escindido en dos. “El voto ciudadano es uno solo. No pueden decir que el país está dividido. El voto, por definición, es unitario”, concluyó a manera de reivindicar la madurez del electorado frente a los discursos de fragmentación.

“No pueden decir, ganó en aquel departamento todo y es el dueño de eso, y este otro ganó acá, este es dueño de este otro lado, están locos. O sea, sencillamente, el voto por definición es unitario. Entonces, en este caso, Rodrigo ganó en seis, Tuto en tres, pero sus votitos, cada uno de ellos son nacionales, no se los cuenta. Sí, se sabe que vienen de regiones, pero al final se los cuenta como nacionales, esto lo digo como una reflexión para que vayamos cada día mejorando mejor nuestra comprensión de la democracia electoral”, apuntó.

El expresidente observa con satisfacción que su hijo Rodrigo tenga la responsabilidad de dirigir el país tal cual sucedió con él cuando estuvo al frente entre 1989 y 1993; pero, también aflora su amor por los suyos y añade el componente sentimental a su valoración. Con tono sereno, entre la emoción del padre y la mirada del político veterano, Jaime Paz sintetizó un mensaje que va más allá del resultado electoral: la ternura como fuerza política, y la política como una forma de ternura.