La tempestuosa proclamación del diputado Céspedes, lejos de ser un comentario aislado, ha encendido los ánimos en el panorama político boliviano y deja entrever los complejos equilibrios de poder que rodearán al gobierno de Rodrigo Paz.
El diputado evista del MAS, Anyelo Céspedes, provocó una fuerte polémica al afirmar que el vicepresidente electo, Edman Lara, podría asumir la presidencia de Bolivia en un plazo de seis meses con el apoyo de afines a Evo Morales. Además, acusó al presidente electo, Rodrigo Paz, de traicionar a su compañero de fórmula y alinearse con Jorge Tuto Quiroga y la derecha.
«Así es la derecha y si Rodrigo Paz sigue en esta actitud, le aseguro que si Edman Lara quiere puede pedir apoyo de la gente y en menos de seis meses puede ser él el nuevo presidente del Estado Plurinacional de Bolivia», afirmó Céspedes y con sus declaraciones incendiarias planteó una crisis política incluso antes de la posesión de los nuevos gobernantes.
El fundamento de esta audaz proyección se basa, según Céspedes, en una supuesta deslealtad de Paz. El diputado evista lo acusó de haber traicionado a Lara al aliarse con el expresidente Quiroga y de copiar su agenda de gobierno que incluyen propuestas como judicializar al expresidente Evo Morales, restablecer la alianza con Estados Unidos y la DEA, y romper relaciones con Cuba, Venezuela y Nicaragua.
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La polémica se intensificó con la afirmación de Céspedes sobre el origen de la victoria electoral de Paz. El diputado aseguró que Paz llega a la presidencia gracias al «voto evista» que, según él, Lara logró captar para la fórmula.
Estas declaraciones no tardaron en recibir fuertes críticas desde la propia Asamblea Legislativa. El diputado androniquista del MAS Hilarión Mamani descalificó las palabras de Céspedes y señaló que «hay diputados que siempre son deschavetados, hay diputados que declaran por declarar» y advirtió que quienes emiten ese tipo de declaraciones «responderán al país».
Desde la oposición, el diputado de Creemos, Walty Eguez, calificó las declaraciones como «deseos trasnochados de los masistas». Eguez argumentó que se trata de una estrategia de un sector que no se resigna a la pérdida del poder y que, a través de Lara y sus «señales inmaduras», busca generar convulsión para intentar volver al gobierno, algo que, en su opinión, no va a suceder.
En un llamado a la cordura institucional, el diputado masista José Luis Flores Colquillo enfatizó la necesidad de respetar la decisión popular. «Primero hay que respetar la democracia. El pueblo boliviano ha decidido que Rodrigo Paz es el presidente y Lara es el vicepresidente«, manifestó y agregó que es la obligación de todos los actores políticos de aceptar el resultado y permitir que el nuevo gobierno trabaje.
La tempestuosa proclamación del diputado Céspedes, lejos de ser un comentario aislado, ha encendido los ánimos en el panorama político boliviano y deja entrever los complejos equilibrios de poder que rodearán al gobierno de Rodrigo Paz.
