Carismático, polémico y sin disciplina partidaria, Edman Lara se ha convertido en el centro de la segunda vuelta. Su papel en el debate del 5 de octubre podría ser decisivo para consolidar o hundir la candidatura de Rodrigo Paz.
eju.tv / Video: La Hora Pico de eju.tv
En la historia democrática del país, nunca un candidato vicepresidencial había tenido tanto protagonismo como ahora. Edman Lara, un excapitán de la Policía Boliviana convertido en una estrella de TikTok, es al mismo tiempo el activo más potente y el riesgo mayor de la fórmula de Rodrigo Paz y del Partido Demócrata Cristiano (PDC), porque esa efervescencia del aspirante a la Vicepresidencia provoca afectos y desafectos llevados al extremo, en algunos casos.
Para el analista Armando Ortuño, lo inédito es justamente ese peso: “el protagonismo de Lara en la campaña de segunda vuelta, y la importancia que tiene Lara, las palabras de Lara y el personaje Lara, le da una particular importancia al debate del día domingo; es inédito en cierto sentido que un candidato vicepresidencial, tenga tanta importancia en la campaña, eso se debe a esta particularidad de la dupla Paz-Lara, esta será una de las 04) oportunidades donde lo vamos a ver a Lara en un espacio institucional, por fuera de su 24-7) TikTok, Eso ya es un elemento novedoso e importante”, afirmó en el programa La Hora Pico de eju.tv.
Lara es popular, conecta con sectores juveniles y marginales, y ha logrado darle frescura a la campaña. Pero también es impredecible. Ricardo Paz advierte: “el Capitán Lara no le hace caso a nadie; entonces él es muy espontáneo y lo pueden provocar, lo pueden picar, en fin, podría haber una sorpresa en ese debate (…) El capitán Lara tendrá que controlar su carácter, tendrá que controlar su espontaneidad, para decirlo de una manera suave, y tratar de ser un poquito más estratégico en su desempeño”.
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El contraste con Velasco es evidente. Mientras el candidato de Quiroga se apega a los libretos y obedece disciplinadamente a sus estrategas de campaña, Lara representa un estilo desbordado, en el que los errores se disimulan con disculpas rápidas. Esa táctica le ha permitido sobrevivir a múltiples polémicas, pero también lo ha vuelto un actor difícil de controlar. “El capitán Lara vive metiendo la pata y pidiendo perdón, pero eso le funciona porque pasa rápido de tema. Si se hubiera quedado negando, como Velasco, ya estaría destruido”, ironizó Ricardo Paz.
Edman Lara en un acto proselitista. Foto: APG
El debate será, por tanto, una prueba de fuego para el exoficial de Policía. La interrogante es si Lara podrá mantener la frescura sin perder seriedad, o confirmará los temores de quienes lo ven como un factor ingobernable. Los analistas coinciden en que el electorado fiel difícilmente cambiará de posición, pero los indecisos sí podrían inclinarse según el desempeño del capitán. “Hay mucha curiosidad en verlo frente a frente con otro político, en un terreno donde no basta el TikTok”, apuntó Ortuño.
Ricardo Paz enfatiza aún más la importancia de Lara en la recta final, porque estima que los indecisos no se debaten entre el respaldo al PDC o Libre, sino si serán parte del voto residual o terminarán apoyando a la fórmula Paz – Lara. “Yo sigo pensando que la mayoría de los indecisos están indecisos no entre Tuto y Rodrigo; están indecisos entre votar nulo, abstenerse o votar por Rodrigo – Lara”, apuntó para luego sostener que quienes está en duda sobre todo son los seguidores de Evo Morales y la gente que aún no decide si votará por ese binomio o, por último, se abstendrá.
Por ende, salvo alguna carta que salga de la manga en el momento menos esperado, quien toma ventaja es el binomio Paz – Lara y la ventaja se hace más grande por la falta de tino – dice Paz – en el manejo de la crisis producto de los supuestos tuits racistas. “A mí me parece que tiene que hacer algo la campaña de Tuto Quiroga en estas dos semanas si realmente quiere tener chance y quiere tener oportunidad”, dicta el estratega político.
De todas maneras, en una campaña cerrada como la actual, cualquier error puede amplificarse. Y Lara, el candidato inesperado que se robó el protagonismo, es también quien carga con la responsabilidad de no dinamitar la estrategia de su propia dupla. Son 18 días en los que el excapitán de Policía y el senador tarijeño tendrán que cuidar esta ventaja imprevista que les da la coyuntura actual. El debate del domingo 5 será el punto de inflexión para fidelizar a sus adeptos, o espantarlos.