El debate vicepresidencial en el ojo crítico: expertos coinciden en que Lara y Velasco no aterrizaron en las ideas


El enfrentamiento entre Edman Lara (PDC) y Juan Pablo Velasco (Alianza Libre), organizado por el TSE, terminó en una lluvia de acusaciones y gestos performáticos. Analistas de distintas áreas —tecnología, política, economía y comunicación— coinciden: el debate careció de propuestas y reflejó la precariedad del sistema político boliviano.

Ola de críticas al debate vicepresidencialJP Velasco y Edman Lara se vieron la cara en el debate del TSE. Foto: ATB

eju.tv 



El debate vicepresidencial de este 5 de octubre, celebrado en Santa Cruz bajo la organización del Tribunal Supremo Electoral (TSE), tenía el propósito de ofrecer a la ciudadanía un espacio de deliberación sobre temas estratégicos: legislación prioritaria, crisis económica, modernización institucional y ética pública. Sin embargo, lo que debía ser un ejercicio de exposición programática terminó siendo, para la mayoría de los analistas, un espectáculo de ataques, frases vacías y gestos simbólicos sin sustento.

Desde la perspectiva del presidente de Fundetic, Sergio Valle, el encuentro “dejó una sensación de improvisación y falta de visión estructural”. El especialista en tecnología y gobernanza observó tres deficiencias graves. “Se mencionó la digitalización del Estado, pero sin modelos, metas ni articulación con estándares internacionales. No se abordaron temas críticos como gobierno digital, interoperabilidad, ciberseguridad o gestión de datos públicos”.

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Para Valle, la ausencia de una agenda tecnológica concreta revela una desconexión entre discurso y realidad: “Las propuestas económicas fueron genéricas y desconectadas del potencial tecnológico. No se plantearon estrategias para fomentar la industria digital, el talento boliviano ni la adopción de tecnologías emergentes”. El experto lamentó que ni Lara ni Velasco hayan aprovechado el debate para “alinear el futuro de Bolivia con la transformación digital y el desarrollo sostenible”.

En una línea mucho más dura, el politólogo Fernando Untoja calificó el debate como ‘un circo’. “El debate vicepresidencial, que debía ser un espacio de confrontación de ideas y propuestas para Bolivia, terminó siendo un espectáculo vacío. Los candidatos no mostraron visión de país ni capacidad de responder a los cinco ejes temáticos planteados. En lugar de política, lo que vimos fue gestos, símbolos y escenografía sin sustancia”, escribió Untoja en las redes sociales.

El politólogo describió a Lara como un orador “repetitivo y acusador”, enfocado en exigir disculpas por los tuits racistas de su rival. “La wayaka que portaba, mal interpretada por comentaristas como una ch’uspa, fue usada con un tono de jocosidad para marcar lo ‘originario’, pero sin ninguna densidad política”. Sobre Juan Pablo Velasco, Untoja opinó que “apenas logró rescatarse una propuesta de su parte: la apertura de Bolivia a la inversión extranjera directa. Fue el único planteamiento con algún peso, aunque expuesto con debilidad y sin un marco programático claro”.

Juan Pablo Velasco y Edmand Lara en el debate VicepresidencialLos aspirantes vicepresidenciales se enfrascaron sobre todo en los ataques. Foto: APG

El exjefe de campaña del MAS, José Llorenti, prefirió observar el debate ‘solo desde las reacciones’. Su análisis cuantitativo muestra cómo la contienda también se libró en las redes: “En Twitter ganó JP; en Facebook, por poco; en TikTok ganó Lara, también por poco” pero argumentó que ‘ninguno perdió’, aunque prevé un desenlace “similar al de Tuto y Rodrigo, pero sin tanto apasionamiento, porque ambos piensan casi igual”.

Según Llorenti, “el tema que quedó instalado fue el racismo, quién es y quién no es”, y ese eje marcó todo el encuentro. “Quienes pensaban votar por JP bajo el criterio de que Lara no es capaz, están más convencidos. Quienes pensaban votar por Lara, también lo harán: el tema del racismo es sensible, y no entiendo por qué no responde JP”, cuestionó.

Para el periodista y corresponsal internacional, Gabriel Romano, el debate fue “una muestra de precariedad intelectual y política”. “Los candidatos no han trabajado sus debilidades y no dan la talla para ser la cabeza del nuevo Parlamento. Se combinaron dos extremos: la insolencia, soberbia y precariedad intelectual ante lo andino, la repetición absurda de consignas y la falta de preparación”, escribió en su comentario posdebate.

El analista económico Gonzalo Chávez fue lapidario: “Velasco vs. Lara, un debate para el bostezo”. Chávez lamentó que el evento repitiera los mismos vicios de la política tradicional: “Los debates, más que foros racionales de confrontación de ideas, terminan convirtiéndose en espectáculos de agresión verbal. Los candidatos parecen más preocupados por demostrar superioridad retórica que por persuadir mediante ideas”.

Velasco y Lara confrontan visiones de país en debate vicepresidencialEl debate tuvo momentos de tensión e interrogantes no respondidas. Foto: El Deber

Para el economista, la pobreza del contenido fue estructural: “En los temas económicos, institucionales y jurídicos, ambos mostraron una preocupante superficialidad. Todo se redujo a frases de coyuntura, repetición de eslóganes y clichés mediáticos. Todo sugiere que su formación política proviene más de los algoritmos de YouTube que del estudio sistemático”.

“El reciente debate entre Lara y J.P. Velasco encarna con claridad estas distorsiones. Pese a su juventud y a la expectativa de renovación que proyectaban, ambos reprodujeron los viejos hábitos de la política tradicional: el ataque personal, la repetición cansina de un guion político sin alma, la caricaturización del adversario y la incapacidad de sostener un intercambio argumentativo de altura. La paradoja es evidente: proclaman querer transformar la política mientras replican sus vicios más arcaicos”, lamentó.

Chávez responsabilizó también al TSE por la falta de profundidad. “La metodología aplicada por el Órgano Nacional Electoral contribuyó decisivamente a la pobreza del debate: estructurada con tiempos absurdamente breves, dos minutos para abordar temas tan complejos como la economía, treinta segundos para preguntas y un minuto para réplicas, redujo la discusión a un intercambio de consignas sin profundidad. Los periodistas, en lugar de actuar como moderadores críticos que interpelan y contrastan, se limitaron a contextualizar, diluyendo cualquier posibilidad de debate real”, puntualizó.

De las cuatro lecturas, surge una posición coincidente: el debate no fortaleció la democracia deliberativa, sino que confirmó su crisis. Entre acusaciones de racismo, gestos teatrales y respuestas vacías, Lara y Velasco no lograron articular visiones de país ni propuestas coherentes. Más allá de quién “ganó” en las redes, los analistas concuerdan en que Bolivia perdió una oportunidad de escuchar ideas que puedan refrescar el ambiente político y generen certidumbre en la población.