Recesión declarada en plena campaña: economía colapsa mientras los candidatos prometen milagros


Con un decrecimiento de 2,4 % al primer semestre y proyecciones del FMI que colocan al país en una senda precaria, los análisis más duros ya hablan de una recesión estructural inédita.

Humberto Arandia del INE da a conocer el panorama sombrío para el país. Foto: Erbol

eju.tv



Si ya el panorama electoral estaba supeditado a la crisis económica y energética que atraviesa el país, conocidos ayer dos informes – lapidarios, según los expertos – del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Instituto Nacional de Estadística (INE), el escenario actual es tan crudo como pocas veces visto en una campaña presidencial. Mientras los candidatos recorren el país con promesas que rozan lo mágico, la realidad macroeconómica los desmiente.

Un reciente informe del INE revela que la economía boliviana se contrajo 2,4 % en el primer semestre de 2025. Esa cifra justifica hablar de recesión técnica por más de dos trimestres consecutivos de caída y, más aún, como una crisis de mayor envergadura. Pero, sobre mojado, llovido. Este dato va acompañado de la proyección que el Fondo Monetario Internacional (FMI) consigna en el último informe de “Perspectivas Económicas Mundiales” (WEO, por sus siglas en inglés), hecho público el martes. El organismo detecta un crecimiento económico del 0,6% en 2025 y una inflación acumulada del 26,2% al finalizar el año.

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Pero ese crecimiento, así dicho, suena a estancamiento si el país ha entrado de lleno en territorio negativo. Es más, el oscuro panorama planteado por el FMI va más allá, ya que, a diferencia de otros países de Latinoamérica y el Caribe, Bolivia es el único que no tiene proyecciones para el período 2026-2030. “Se omitieron las proyecciones para 2026–2030 debido a la significativa incertidumbre sobre las perspectivas económicas”, aclara el informe.

En cuanto al informe del INE, su director, Humberto Arandia, si bien reconoce el impacto del ‘panorama complejo’ que produce el decrecimiento registrado después de 39 años, señala que, sin conflictos políticos y sociales ni shocks adversos, ‘se puede observar un mejor desempeño de la economía’, en alusión a que los candidatos deben prever acciones de manejo de la crisis en caso de que sean favorecidos con el voto. Una tarea titánica en las condiciones actuales de la economía nacional.

El FMI augura un estancamiento de la economía nacional. Foto: FMI

Ante ese diagnóstico sombrío, el economista Gonzalo Colque lanza una sentencia: “Oficialmente, Bolivia entra en recesión económica, por primera vez después de 40 años (dejando fuera 2020, año de distorsión estadística a causa del Covid).” Él recuerda aquella recesión histórica de 1982 que se prolongó cinco años, con caídas de PIB que rondaron –3,9 %, –4 %, –0,2 %, –1,7 %, –2,6 % consecutivos, una época de convulsión política que terminó con elecciones anticipadas y un relevo presidencial.

Aludiendo a ello, Colque lanza la advertencia: “Hoy, más de uno podría decir que estamos como en 1982, cuando Siles asumió prometiendo resolver la crisis en 100 días. Pero no, esta vez nos parece demasiado tres meses. Por eso hemos sacado del juego los «100 días carajo» de Samuel. Por eso hemos mandado a la segunda vuelta a Rodrigo y Tuto, porque prometen inundar el país de gasolina y diésel el mismo día de la posesión presidencial”, puntualizó.

Mientras tanto, Carlos Augusto Aranda Herrera aporta una mirada técnica sobre el salto metodológico del INE: el cambio de año base 1990 al nuevo 2017 y el uso de precios encadenados (“bolivianos encadenados”) revela un ajuste estadístico profundo. Aranda señala que con esa actualización metodológica se descubrió que la economía ha sufrido una contracción real del 2,43 % interanual y que los datos retenidos por el INE no eran una cuestión de demora, sino parte de un ajuste técnico mayor.

Según él: “estamos en recesión, ya que la economía acumula tasas negativas de crecimiento durante más de dos trimestres consecutivos.” Y más aún: acusa que el ‘masismo esperó hasta este punto y no hizo nada’, y deja al próximo gobierno una ‘economía quebrada por el estatismo’. El analista asevera que en ningún momento se dedicaron a ordenar el ajuste que permita un daño menor en la economía de los hogares bolivianos.

El líder del MAS, Evo Morales, y el presidente, Luis Arce. ARCHIVOEvo Morales y Luis Arce son responsabilizados por la crisis actual. Foto: Opinión

“Un amable recordatorio: el masismo esperó hasta este punto y no hizo absolutamente nada, ninguna decisión que en su momento pudiera haber implicado un ajuste más ordenado y con las familias menos golpeadas por la crisis. Te mintieron, te empobrecieron y luego dejaron al siguiente gobierno la herencia de una economía quebrada por el estatismo que practicaron. Esto no exculpará al nuevo gobierno de los errores que pueda cometer; si actúan de la misma forma, lo volverás a sufrir tú y tu familia”, subrayó.

Estas voces resultan especialmente preocupantes en el actual contexto político: invocan no solo culpa del pasado, sino advertencia de que las promesas de campaña chocarán con una herencia explosiva. Si ambos candidatos circunscribieron su oferta económica a la devolución de los dólares al sistema financiero nacional y la provisión de combustible ‘al día siguiente que asuman’, para eliminar las filas en los surtidores; ahora, el contexto es diferente, Bolivia tiene una economía en recesión.

Pero hay otras miradas que agravan este diagnóstico. El economista tarijeño Luis Fernando Romero advierte que el informe del FMI evidencia que la economía boliviana presenta un escenario desfavorable en comparación con otros países de la región. “Al menos en temas de crecimiento económico e inflación tendremos de los rendimientos y escenarios menos favorables de la región, donde la ‘estanflación’ estará vigente este 2025, y posiblemente entremos a una recesión debido al desequilibrio fiscal y monetario que vive el país”, auguró.

Si se analiza ambos informes sin apasionamientos, los datos del INE muestran que el país ya está en crisis profunda, mientras el FMI proyecta un horizonte agreste de bajo crecimiento, una deuda elevada y reservas exiguas. Los analistas Colque y Aranda reivindican que no se trata ya de gestión política, sino de supervivencia económica. Las promesas electorales que aluden a inundar de gasolina o reactivar gasto público deben leerse frente a la realidad de una economía que se está contrayendo, con desequilibrios fiscales y un riesgo latente de ajuste social.

Rodrigo Paz y Tuto Quiroga, uno de ellos debe encarar la recuperación económica. Foto: archivo

En este contexto, lo que exige la ciudadanía a Paz-Lara y Quiroga- Velasco no son discursos inflamados, sino acciones concretas como los instrumentos con los que pretenden revertir la recesión, cómo sostener la deuda, cómo evitar que la inflación devore el ingreso familiar. No se trata de electoralizar el escenario, sino de ofrecer una ruta crítica real para salir de la crisis. Si el nuevo gobierno no tiene claro que empieza con un país al borde del abismo, firmará su sentencia.