La elección de 2025 pasará a la historia como la que puso fin a la hegemonía azul y dio paso a un nuevo ciclo político, donde la ciudadanía apostó por el cambio, la moderación y la esperanza en un futuro distinto.
eju.tv
La Paz.-
Bolivia vivió este domingo un giro político histórico. Según los resultados de conteo rápido del Sirepre, al 98% el binomio Rodrigo Paz – Edman Lara logró imponerse en la segunda vuelta con el 54% de los votos, frente al 45% obtenido por Jorge Tuto Quiroga y Juan Pablo Velasco, asegurando así la Presidencia de Bolivia para los próximos cinco años.
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La victoria de Paz marca el fin de dos décadas de dominio político del Movimiento al Socialismo (MAS), que desde la llegada de Evo Morales al poder en 2006 había mantenido el control del Estado, directa o indirectamente. Este resultado reconfigura el mapa político nacional y abre una nueva etapa en la historia democrática del país.
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, el nuevo mandatario electo construyó una candidatura desde cero, sin el respaldo de las viejas estructuras partidarias y apostando por un discurso de reconciliación nacional, transparencia y renovación institucional. Su mayor logro, según analistas, fue conquistar el voto indígena y popular, que en esta elección se mostró fragmentado y huérfano de liderazgo tras la desarticulación del MAS.
“Rodrigo Paz representa una generación que no vivió la guerra política del pasado, sino que mira al futuro con un enfoque de unidad y reconstrucción”, comentó un analista político tras conocerse los resultados preliminares.
El acto de posesión presidencial está previsto para dentro de 20 días, en una ceremonia que promete ser simbólica por el retorno de la alternancia democrática. Con su victoria, Paz deberá enfrentar desafíos inmediatos: recomponer la economía, restablecer la institucionalidad del Estado y tender puentes entre regiones polarizadas.