Los operativos, que resultaron en siete aprehendidos en total, demostraron una coordinación estatal para atacar a sectores clave del narcotráfico, desde la producción en Cochabamba hasta el transporte aéreo en Santa Cruz.
eju.tv
En una serie de operativos realizados entre el 24 y 27 de noviembre, las fuerzas antidroga de Bolivia asestaron un duro golpe al crimen organizado transnacional al incautar más de 560 kilogramos de droga, destruir 18 fábricas móviles y afectar el patrimonio de estas organizaciones en aproximadamente $us 1.9 millones, según el reporte del viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano.
El operativo de mayor impacto se desarrolló en Turubá, Santa Cruz, donde fue intervenida una pista clandestina y secuestrada una avioneta Cessna, que resultó en la incautación de 484 kilos de cocaína y marihuana, y la aprehensión de dos ciudadanos brasileños, con un golpe económico al narcotráfico estimado en 1.4 millones de dólares.
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Paralelamente, en Huracán, Cochabamba, los controles vehiculares sobre 200 automotores y 480 personas permitieron desarticular una red de fabricación en la que se destruyó 18 fábricas móviles, se incineró droga líquida y secuestró 29 kilos de cocaína base en una primera jornada, para luego desmantelar una cocina en la que se transportaba drogas y aprehender a cinco personas, entre ellas un extranjero, en una segunda intervención.
“Estamos recuperando el territorio, cerrando rutas criminales y consolidando un Estado fuerte. Bolivia no cede frente al narcotráfico”, escribió Justiniano, en sus redes sociales, y así resumió el objetivo estratégico de estas acciones que buscaron golpear directamente la logística y la infraestructura financiera de las organizaciones criminales.
Los operativos, que resultaron en siete aprehendidos en total, demostraron una coordinación estatal para atacar a sectores clave del narcotráfico, desde la producción en Cochabamba hasta el transporte aéreo en Santa Cruz.