El vicepresidente apela al cambio cultural y simbólico: cuestiona el ‘populismo conservador’ en alusión al gobierno entrante, reivindica el pensamiento de los pueblos originarios y abre una nueva bandera de género para el futuro político boliviano.
eju.tv / Video: Bolivia TV
En su última intervención como vicepresidente del Estado Plurinacional, David Choquehuanca señaló este viernes de manera simbólica que ‘el décimo Pachacuti’ advierte que está cerca el tiempo de mando de las mujeres y afirma que ‘nuestros abuelos nos han advertido que el honor de un pueblo radica en el modo en que tratamos a las mujeres’. Con esa frase cargada de cosmovisión andina, tal cual fue su característica durante los cinco años de gestión, el vicepresidente marcó lo que considera el inicio de una nueva era política en Bolivia.
Entre llamados a dejar de lado la división interna y priorizar la unidad, Choquehuanca desplegó un discurso que combinó crítica al conflicto político y una mirada cultural-antropológica sobre el futuro del país. “Aprendimos todos que el tejido social no se transforma con el sabotaje y el boicot. Dejemos de destruirnos entre los bolivianos, destruyamos la corrupción, la división, las mentiras, el racismo, la calumnia, el fanatismo y el egoísmo”, sostuvo al inicio de su alocución.
En clara alusión al gobierno entrante, el aún vicepresidente denunció que el ‘populismo conservador’ pretende aprovecharse de los pedidos de renovación, aunque dio el beneficio de la duda al señalar que el tiempo mostrará si la gestión de Paz realmente tiene un programa de gobierno para mejorar la vida de los bolivianos. Empero, delineó también un horizonte político que, según él, debe incluir necesariamente el liderazgo de las mujeres. “Nuestros abuelos nos han advertido que el honor de un pueblo radica en el modo en que tratamos a las mujeres. Mientras las mujeres sean respetadas, ningún pueblo será exterminado”.
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El vicepresidente también advirtió contra la continuación de modelos de poder centralizados o caudillistas en referencia al conflicto interno que experimentó el Movimiento al Socialismo (MAS) con la intención de Evo Morales Ayma de continuar con el liderazgo del bloque de izquierda del país: “La consigna, mandar obediendo, sigue siendo utopía. El culto al liderazgo ha desplazado el don de servir. La división interna ha pulverizado a nuestros héroes”, reclamó.

La autoridad saliente resaltó el pensamiento originario como una tercera vía política para sustituir la confrontación ideológica entre la izquierda y la derecha, además de resaltar la importancia de la colectividad en las decisiones que deben marcar el destino de una nación. “El pensamiento originario no necesita de un regente iluminado porque se conoce que cada uno emana de la colectividad, que la individualidad y la comunidad no están separadas; (pero) el pensamiento con raíces propias sigue siendo discriminado y menospreciado”, subrayó.
Para el vicepresidente, Bolivia entra en un ‘tiempo de las mujeres’, planteamiento que apunta a una participación efectiva del liderazgo femenino el cual, según su lógica, sustituirá el modelo actual dominado por los varones. En ese contexto, Choquehuanca insistió en que “nadie lo hará por nosotros, sólo el pueblo salva al pueblo. El pueblo siempre apoyará el diálogo, la concertación y la construcción del bien común para vivir bien, reparar la convivencia en equilibrios”.
“Hermanas y hermanos, el insulto y la denigración son el recurso de la incapacidad, son la voz de quienes no pueden pensar, el refugio de quienes no pueden construir. Cuando se desconoce la historia, cuando se ignora la realidad política, social y cultural, de un pueblo solo queda el ruido. Hace 20 años los bolivianos decidimos tomar el camino de nuestros ancestros, de la unidad, del equilibrio, de la vida, sin asesores externos, tomando el camino de la transformación hacia el horizonte del vivir bien”, aseveró como reivindicación de las casi dos décadas de mando del MAS.