Entre 45 y 55 delegaciones internacionales, cinco presidentes extranjeros y miles de ciudadanos participarán del acto. El plan contempla cuatro anillos de seguridad, control tecnológico y coordinación interinstitucional.
eju.tv / Video: DTV
El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, informó que el Gobierno dispuso un plan integral de seguridad para garantizar que la posesión del presidente electo, Rodrigo Paz Pereira, se desarrolle en un entorno ‘seguro, eficiente y sin contratiempos’; la ejecución de este involucra a la Policía Boliviana, las Fuerzas Armadas, varios ministerios y la Alcaldía de La Paz, bajo un esquema de interoperabilidad, control territorial y despliegue tecnológico sin precedentes.
Aguilera señaló que el Ministerio de Gobierno afina los últimos detalles de la estrategia de seguridad que estará activa desde el viernes para la posesión del Rodrigo Paz y del Edman Lara. Según el viceministro Jhonny Aguilera, el plan se apoya en acciones preventivas que buscan garantizar el desarrollo normal de los actos protocolares y la seguridad de las delegaciones extranjeras el sábado 8 de noviembre, pero sin afectar los derechos ni la movilidad de los ciudadanos.
El viceministro explicó que se trata de una operación de tres fases: preparación, evaluación y ejecución, que ha sido coordinada directamente con la oficina del presidente electo y diversas instituciones del Estado. “Se ha conformado un comité estratégico de coordinación en el que participan la Cancillería, los ministerios de la Presidencia, de Gobierno, de Salud y la Alcaldía de La Paz. Todos los niveles – nacional, departamental y municipal – están articulados para garantizar la seguridad del evento”, afirmó.
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En esta planificación se han identificado los puntos neurálgicos donde se concentrarán las actividades oficiales: la Asamblea Legislativa Plurinacional y el Palacio de Gobierno, escenarios de los actos de juramento y la investidura presidencial. En estos espacios se realizarán labores de supervisión, control del flujo de personas, tránsito vehicular y atención de emergencias. “Lo cual se ha materializado fundamentalmente en desechar las amenazas que hubieran podido empañar este acto de democracia”, apuntó.
El operativo de seguridad contará con cuatro anillos de protección que funcionarán como filtros de control. El primero abarcará las zonas consideradas ‘estériles’, que incluyen el Palacio Quemado y la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP); el segundo, las ‘áreas amarillas’, donde se permitirá el acceso restringido de prensa y personal autorizado previamente acreditado; y el tercer y cuarto anillo conformarán las ‘áreas verdes’, destinadas al público que participará de la ceremonia.
“Las restricciones de tránsito o de acceso no vulneran derechos. Son medidas temporales de control y seguridad que buscan minimizar el impacto en la comunidad”, puntualizó Aguilera. Confirmó que, como es habitual, las vías en un radio de dos cuadras alrededor de la Plaza Murillo permanecerán cerradas y delimitadas por vallas metálicas. “En todo caso, son áreas de tránsito y de movilidad que van a estar coordinadas con nuestra alcaldía (de La Paz) para minimizar, yo diría, el impacto en nuestra comunidad”, añadió la autoridad.

El dispositivo de seguridad incluye además equipos tecnológicos avanzados, entre ellos, escáneres, drones y sistemas de monitoreo en tiempo real, que permitirán detectar cualquier amenaza o intento de sabotaje. El operativo de inspección previa revisará cada espacio que será ocupado por autoridades y delegaciones, con apoyo de canes adiestrados y personal especializado en explosivos. “Tenemos personal previamente clasificado para esta labor, por tanto, vamos a poder brindar esa seguridad a lo largo de toda su permanencia”, enfatizó.
La Unidad de Seguridad de Dignatarios (USEDI) será responsable de la protección directa de los jefes de Estado y representantes internacionales. Se estima que participarán unas 50 delegaciones oficiales, entre ellas, las presididas por los mandatarios de Argentina, Paraguay y Chile y, muy probable, Ecuador y Uruguay; además de misiones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).
El viceministro subrayó que el plan de seguridad se pondrá en marcha desde las seis de la mañana del día del acto, con el despliegue de unos 1.800 efectivos. “El análisis y la planificación permitirán medir la eficiencia, eficacia y capacidad de coordinación del Estado boliviano en un evento que coloca al país en el centro de la atención internacional”, enfatizó. “Cada uno de los anillos va a ser un filtro para minimizar cualquier nivel de riesgo y que permita que esta fiesta democrática no tenga ningún nivel de amenaza”, aseguró.

El funcionario alegó que toda la información sobre las restricciones y rutas alternativas será difundida oportunamente para evitar perjuicios a la población. “Como es habitual, por lo menos en lo que corresponde a las dos cuadras a la redonda de la Plaza Murillo, estas vías van a estar cerradas y protegidas con vallas que van a garantizar el acceso de personas y va a permitir que la Cancillería, la oficina del presidente entrante y la Policía Boliviana puedan controlar a quienes están autorizados a ingresar a esos eventos”, subrayó.