Sokol asume el mando de la Policía con tres órdenes estratégicas para la transformación institucional


El nuevo comandante general de la Policía, posesionado por el presidente Rodrigo Paz, ordena el fin de los cobros, llama a romper la cadena de coimas y advierte al crimen organizado: ‘Esto se acaba hoy’

eju.tv / Video: Bolivia TV

El nuevo comandante general de la Policía Boliviana, Mirko Antonio Sokol Saravia, asumió el cargo con un mensaje contundente que reorganiza las prioridades de la institución en tres frentes: tolerancia cero a los cobros policiales, ruptura de la cadena de coimas entre policías y ciudadanos, y guerra directa contra las organizaciones criminales que, dijo, han operado en el país como si fuera ‘su patio trasero’.



La Policía Boliviana inició este viernes un nuevo ciclo institucional con la posesión de Sokol Saravia como comandante general, en un acto encabezado por el presidente Rodrigo Paz Pérez y el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo. En un discurso inusualmente frontal, el jefe policial trazó una línea de ruptura con las prácticas que, según su consideración, han degradado durante décadas a la institución.

Por ello, Sokol prometió que su gestión estará marcada por una política de ‘tolerancia cero’ a la corrupción y de combate directo al crimen organizado. Desde el inicio de su discurso, Sokol imprimió un tono personal y religioso, agradeció a Dios, a su familia y a la institución que –dijo– ‘me ha dado todo’. Pero el eje central de su intervención fue un mensaje institucional dirigido al Gobierno, a la tropa, a la sociedad civil y a las organizaciones criminales que operan en el país.

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“Jamás en toda mi vida profesional he recibido un solo centavo de ningún ciudadano boliviano ni de ningún funcionario público policial”, sostuvo. Y añadió que su nombramiento representa la oportunidad de un cambio profundo de la institución, después de haber enfrentado durante dos décadas un ‘sistema corrupto’, que incluso lo relegó y le quitó derechos dentro de su carrera.

Uno de los anuncios centrales del nuevo comandante fue dirigido a los miles de efectivos policiales. “No quiero que cobren un solo centavo a ningún ciudadano, por ningún motivo, y peor aún a ningún policía”, afirmó para luego advertir a los uniformados que no permitirá prácticas que han dañado la imagen institucional y que usará ‘todos los mecanismos que la ley otorga’ para sancionar a quienes incurran en estas conductas. “Si su comandante no va a recibir un centavo, el último sargento tampoco”, enfatizó.

Foto: captura de pantalla

El mensaje fue una clara advertencia sobre una supuesta estructura informal de cobros y recaudaciones paralelas que han acompañado a la Policía Boliviana durante décadas y que han sido denunciadas desde distintos niveles del Estado y la sociedad civil. En ese sentido, Sokol también dirigió un llamado a la sociedad; la corrupción, dijo, ‘es un delito que tiene dos actores’, por eso pidió a la ciudadanía dejar de lado la costumbre de intentar ‘arreglar’ problemas al margen de la ley.

Asimismo, anunció que en los próximos días presentará mecanismos de denuncia para que la población pueda reportar a los malos policías y romper la cadena de corrupción y coimas que ha contaminado la relación entre efectivos y ciudadanos. “No es solo la lucha del comandante, es la lucha del país entero”, sostuvo.

El flamante comandante de la Policía dirigió un mensaje a las organizaciones criminales, recordó que grupos dedicados al robo de vehículos, narcotráfico, delitos violentos y redes transnacionales “se han paseado por el país como si fuera su patio trasero”, en buena parte porque algunos policías les brindaban cobertura y protección. “Eso se acaba a partir de hoy”, sentenció. Y aseguró que no habrá tolerancia hacia policías que colaboren con estructuras delictivas.

En consecuencia, anunció que presentará al presidente Paz un paquete de normas para impulsar la ‘transformación real’ de la Policía Boliviana con miras a su Bicentenario, que se cumplirá en los próximos meses. Planteó una institución “moderna, humana y respetuosa del ser humano”, acorde con estándares internacionales. Sokol cerró su discurso con un compromiso personal: “Mi integridad, mi dignidad y mi honor no tienen precio. No me voy a arrodillar ante nada ni nadie. Primero está Dios, luego la patria, mi familia y mi institución”.