El empresario y político Samuel Doria Medina reconoció que la medida económica generará rechazo, pero -insistió- era necesaria para asegurar inversiones y generación de empleo
El empresario y líder de la alianza Unidad, Samuel Doria Medina, defendió el retiro de la subvención y subida del precio de los hidrocarburos y afirmó que fue una medida necesaria, para enfrentar lo que dejó el gobierno del MAS, comparable a un cáncer que requiere medidas difíciles para superar la enfermedad y “volver a la vida”.
“Nos han dejado un desastre tan terrible en la economía que es comparable a un cáncer, por eso la solución tiene que ser, también, radical y equivalente a una quimioterapia. La quimioterapia, yo la he sufrido, es compleja, pero te asegura que, después de un tiempo vuelva a la vida normal. Eso se ha hecho con estas medidas”, afirmó en un video publicado en su cuenta en Facebook.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En un mansaje a la nación, el presidente Rodrigo Paz informó la noche del miércoles del retiro de la subvención a los hidrocarburos y de la subida del precio de los carburantes. La gasolina especial subió a Bs 6,96 el litro, el diésel a Bs 9,80, la gasolina Premium a Bs 11, la gasolina de aviación a Bs 10,57, el kerosene a Bs 5,64, el jet fuel a Bs 10,74 y el GNV a Bs 2,73.
La subvención a los hidrocarburos tiene origen en 1997, en el gobierno del extinto Hugo Banzer, pero tuvo un ajuste en el gobierno de Carlos Mesa y en el inicio del gobierno de Evo Morales, en 2006, terminó de consolidarse. Este miércoles 17 de diciembre acabó la subvención y se fijó nuevos precios vigentes por los próximos seis meses.
Doria Medina, aliado de la administración de Paz, aseguró que era una medida necesaria, para sincerar la economía.
“No podía seguir la subvención del diésel y la gasolina, para que se lo lleven a los países vecinos. Seguramente nadie va a estar contento con estas medidas, pero no hay otro camino que pasar por esta quimioterapia, para tener vida económica hacia adelante, vuelvan las inversiones el 2026, y pueda haber empleo y crecimiento”, explicó.
La administración de Paz denunció que la corrupción por la subvención a los hidrocarburos se llevaba anualmente hasta $us 1.000 millones. Bolivia importa el 95% de diésel y el 55% de la gasolina que demanda el mercado interno, por lo que la subvención terminó convirtiéndose en una carga millonaria para el Estado.
El incremento de los precios de los combustibles provocó que los choferes suban de forma unilateral el precio de los pasajes del servicio público, en una primera reacción del mercado. Diferentes sectores de la sociedad rechazaron la medida y amenazaron con protestas.
