Medinaceli revela que hasta 40 cisternas de cada 100 con combustible son desviadas antes de llegar a destino


Bolivia mantiene subvencionado el precio de la gasolina y el diésel. Al desvíos se suman problemas en la parte operativa y logística 

eju.tv



Entre 30 y 40 cisternas de 100 destinadas al mercado interno son desviadas antes de llegar a su destino, lo que se agrava con problemas en la logística y operativos, como el arribo de buques cargueros con combustible a los puertos, reveló el ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli.

“El Estado está sin dinero, la logística tiene problemas por el desvío y el control es muy difícil”, afirmó y añadió que a toda esta situación se suman temas operativos, como retrasos en la llegada de buques con combustible a los puertos chilenos y otros obstáculos logísticos.

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Justamente el presidente Rodrigo Paz admitió el martes, en una reunión con la dirigencia de los choferes, problemas en la provisión de diésel y comprometió su solución, aunque cuestionó que hayan bloqueado cuando no lo hicieron en dos años de filas por la escasez de combustible.

Según Medinaceli, entre 30 y 40 cisternas cargadas con combustible de cada 100 no llegan a su destino, lo que hace complejo atender la alta demanda.

“Yo quedo pasmado con la indolencia de estos compatriotas bolivianos que desvían combustible y no tienen la más mínima piedad, ni siquiera con el prójimo”, lamentó, citado en un boletín institucional.

En Bolivia los combustibles están subvencionados, lo que fue identificado como uno de los factores centrales para el desvío de carburantes al contrabando y a actividades ilícitas.

Quienes se dedican a esta ilícita actividad lo hacen, dijo, “en complicidad con muchas instituciones”, los que configura toda una estructura que es complejo desmontar.

Si bien existen recursos comprometidos y apoyo de organismos internacionales, el Estado enfrenta tensiones financieras que complican tareas como el abastecimiento de combustibles o el pago de beneficios sociales, como la Renta Dignidad.

 “La gestión anterior nos dejó una planificación ineficiente, marcada por la corrupción y sin visión de largo plazo. Aunque la situación es complicada, aún estamos a tiempo de corregir el rumbo, y lo estamos haciendo con responsabilidad”, agregó.