Zúñiga afirma que «el poder no es eterno» tras la aprehensión del exministro Eduardo del Castillo


En su pronunciamiento, Zúñiga, quien se declara «preso político», afirma que la detención del exministro simboliza el derrumbe de un poder que se creyó permanente. «La historia empieza a poner las cosas en su lugar».

El exgeneral Juan José Zúñiga, en una anterior conferencia de prensa.

eju.tv

Desde el penal de El Abra, el general Juan José Zúñiga difundió este martes una carta pública en la que sostiene que «el poder no es eterno» y que la reciente aprehensión del exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, marca el inicio de la caída de quienes, según considera, utilizaron el aparato del Estado para «perseguir políticamente a militares, policías y civiles» durante la gestión del presidente Luis Arce.



La misiva fue hecha pública luego de que la Fiscalía de Santa Cruz confirmó la aprehensión de Del Castillo en el aeropuerto internacional de Viru Viru, la madrugada de este martes, cuando la exautoridad intentaba salir del país rumbo a Chile y luego a China. El exministro enfrenta cargos por presunta obstrucción a la función policial y su situación jurídica será definida en las próximas horas por el Ministerio Público.

Además refleja la expresión de su felicidad por la aprehensión: «No voy a mentirle al pueblo: sí, celebro de verdad y me alegra la caída y la detención de otro verdugo quien tanto daño hizo a Bolivia. Y sí, le doy también la bienvenida a las cárceles del pueblo. Pero Bolivia espera que muy pronto rindan cuentas ante la justicia por todo el daño que hicieron: por el terror que sembraron en la población, por la maquinaria de venganza política que crearon y por el odio a las Fuerzas Armadas».

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

En su pronunciamiento, Zúñiga, quien se declara «preso político», afirma que la detención del exministro simboliza el derrumbe de un poder que se creyó permanente. «La historia empieza a poner las cosas en su lugar», escribió el exjefe militar, al sostener que el encarcelamiento de Del Castillo representa, aunque de manera parcial, lo que vivieron cientos de familias afectadas por procesos judiciales impulsados desde el poder político.

«No estoy solo encarcelado aún hay cientos de presos políticos militares, policías y muchos civiles en las diferentes cárceles del pais, por órdenes políticas. Cada uno de nosotros es testigo de la venganza política que se ha ejercido contra las Fuerzas Armadas y el pueblo boliviano y, mientras, cae este otro verdugo, nosotros seguimos presos», manifestó. En ese marco, enfatizó que «la celda no encarcela la dignidad» y que, pese al encierro, «el honor permanece».

En su mensaje, Zúñiga concluye que ningún poder es eterno y que, tarde o temprano, quienes ejercieron autoridad sin límites deberán rendir cuentas. «El poder puede gritar y la soberbia puede amenazar, pero la Patria permanece», señala el documento.