*Norma Yalila Casanova El término teleología hace alusión a la razón de hacer algo, motivados por un fin, dicho de otra forma, el fin o la meta, justifica a la razón de ser, al por qué y para qué de un suceso. Pero, las acciones teleológicas, no responden sólo al fin, es necesario que éste fin haya sido asimilado, asumido de manera crítica y consciente por quienes lo posicionan, quedando fuera de los mimetismos inertes, irreflexivos y muchas veces alienados.A lo largo de la historia se han construido mitos y se han realizado cultos a los héroes, transmitida de generación en generación con relatos verbales en los que el personaje tuvo hazañas que pasaron de lo humano a lo sobrenatural. Esta transmisión oral, fue interpretada desde la subjetividad inocente de un infante a la intencionalidad racional de los adultos, que buscan causar impresión al transmitirlo para tomar protagonismo. Más aún, cuando la historia se afianzaba en las mentes ansiosas de tener algo nuevo en qué creer y a quien “adorar”, ya que la fe, es un motivante para ver la vida más allá de lo real.La localidad del mito, se desborda de las fronteras al ser un personaje internacionalmente conocido, buscado por el ejército boliviano y por los organismos mundiales que luchaban contra la instauración del comunismo. Su participación en la revolución cubana no fue la que le dio el mérito, fue más bien la manera en la que se le dio fin y la espeluznante forma de glorificar el castigo con muerte a quien pregonaba el sueño de un mundo mejor, que pasa de soñador rebelde a “guerrillero heroico”. Es la apología del “crimen” de quienes ostentaban poder el año 1967 que parió al gran mito del Che.Las nuevas generaciones no reparan en los trasfondos políticos de ideologías y paradigmas otrora foráneas, que la generación de hombres y mujeres hoy cincuentones entendemos por vivencia y roce con los discursos de una izquierda revolucionaria, que confrontaba al poder absoluto. Las nuevas generaciones seguirán camino a Vallegrande a rendirle homenaje al sueño de libertad, al sueño de un mundo mejor, al sueño al que le cantaron Carlos Erasmo Aguirre, Silvio Rodriguez, Nathalie Cardone, Cesar Vallejo y todos los que guitarreamos las canciones en la época universitaria.El mito es ahora fuente de sobrevivencia de muchos pobladores que reciben a los turistas, que cuentan historias, que venden la rica culinaria de “aviones” y kjaras, de asaditos colorados y escabeches. Los que elaboran tragos de leche, huevo, singani y canela, y la ofrecen como la bebida favorita del Che, de los que hacen paquetes turísticos hasta la Higuera. Una nueva forma de economía que permite que los pobladores permanezcan en la zona, que sientan orgullo de haber tenido un ícono foráneo al que le rinden culto, le rezan y hasta les ayuda a encontrar a las vacas perdidas.Rescato un verso de Una Canción Necesaria de Vicente Feliú, que resume lo dicho en palabras más sencillas: “Y haga leyenda tu imagen formadora, y haga imposible el sueño de alcanzarte, y aprenda algunas de tus frases de memoria, para decir: «seré como él», sin conocerte. Y lo pregone sin pudor, sin sueños, sin amor, sin fe. Y pierdan tus palabras sentido de respeto”.Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales – JOM, U.A.G.R.M*Socióloga. [email protected]