Vida, pasión y muerte del gas


image

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Vida, pasión y muerte del gas

  2. Bajo el Penoco, El Día: Otra cosa es sin maquillaje

  3. Los Tiempos: NÉSTOR KIRCHNER HA MUERTO

  4. El Deber: Los viajes del Presidente

  5. Cambio: Gracias, querido hermano Néstor

  6. La Prensa: Las preocupaciones chilenas

  7. El Diario: Otra vez Ilo

  8. El Mundo: Regulación

  9. Opinión: Las leyes hasta fin de año y la agenda futura

  10. Clarín, Argentina: Néstor Kirchner, un hombre de la política y el poder


El Día: Vida, pasión y muerte del gas

65 personas murieron en octubre de 2003 por la consigna “Gas para los bolivianos”, que enarbolaron los actuales gobernantes, quienes además de conducir a esa gente al martirio, destruyeron un proyecto energético de proporciones continentales, cuyas exequias finales estamos presenciando en estos días.



Con la confirmación de que Bolivia tiene apenas un tercio de las reservas que se calculaban hace siete años, no sólo se puede afirmar con toda certeza que esas muertes ocurrieron en vano, sino que se ha sepultado también y tal vez para siempre, el proyecto de convertir a Bolivia en la potencia gasífera del Cono Sur.

Si las autoridades del Gobierno, desde el Vicepresidente hasta el titular de YPFB, afirman que las reservas de gas calculadas hace una década estaban infladas, tienen que admitir entonces que ellos mismos engañaron al pueblo y que condujeron a la muerte a esos 65 bolivianos, sabiendo que se estaba peleando por nada. Esa es una gran falacia, como lo fue la nacionalización de los hidrocarburos y como lo sigue siendo el planteamiento de la recuperación de los recursos naturales para beneficio de los bolivianos. En este momento a Bolivia apenas le alcanza el gas para abastecer a los mercados de exportación y cada vez le queda menos para los consumidores nacionales. Sigue en las mismas condiciones aquella señora que cocinaba a leña el 2003 y por la que supuestamente se fue a una Guerra y además de ella, han comenzado a sufrir también las cementeras, las industrias de cerámica de El Alto y los habitantes de Tarija, que debieron postergar hace años los proyectos de expansión de la red de gas domiciliaria. Habrá que prepararse para seguir usando por muchos años más la incómoda y costosa garrafa de GLP, aunque existe el riesgo de que se terminen agotando las divisas que usa el Gobierno para importar este combustible. En esas circunstancias lo más seguro seguirá siendo la poca leña que dejen los chaqueos.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Y no es que los 27 ó 30 trillones de metros cúbicos de gas que se calculaban en el pasado hayan desaparecido o se hubieran esfumado. Esa era una estimación sobre la base de la actividad petrolera de esa época, de los proyectos existentes, las inversiones y sobre todo los mercados comprometidos. Era una fotografía que mostraba las perspectivas del gas boliviano, que por cierto, eran muy prometedoras, tanto que Brasil transformó su matriz energética sobre la base de esos cálculos. El hecho de que hoy se calculen un poco más de ocho trillones, aunque hay otros que afirman que son seis (lo mismo da), es la muestra del nivel al que ha caído la industria, refleja su destrucción, la sequía de capitales que la rodea, la ausencia de planes de exploración, en otras palabras y para usar términos de un especialista, la peor tragedia que ha sufrido este sector, cuyo dinamismo en su momento, llevó a los actuales conductores del régimen a montar sobre él un proyecto político que ahora no sabe cómo reemplazarlo.

La caída de las reservas de gas tampoco es señal de que ese proceso no se pueda revertir. El problema es que mientras en 2003 el gas era escaso, hoy sobra en el mundo y Bolivia está rodeado de nuevas potencias gasíferas, que incluso podrían convertirse en nuestros proveedores, con gas más barato y sobre todo, más seguro.

Mientras en 2003 el gas era escaso, hoy sobra en el mundo y Bolivia está rodeado de nuevas potencias que podrían proveernos más barato.

Ir al Indice

Bajo el Penoco, El Día: Otra cosa es sin maquillaje

Murió el ex presidente argentino Néstor Kirchner y hay quienes dicen que se ha ido quien en realidad sostenía el timón del aparato estatal en Buenos Aires. Esas mismas lenguas afirman que mientras el abnegado esposo manejaba el poder desde la Casa Rosada, la señora Cristina Fernández se dedicaba a elegir vestuario, escoger zapatos, recibir a estilistas, peluqueros y cosmetólogos e inyectarse botox en el rostro, proceso que a veces tomaba todo el día. No había de qué preocuparse, Néstor era un verdadero animal político, un perfeccionista del poder, que coordinaba hasta con el último de los dirigentes de su partido. Con su muerte, algunos se preguntan no sólo por cómo va a lucir la presidenta, porque a lo mejor  no va a tener tanto tiempo para acicalarse, sino quién va a tomar el mando, en un contexto delicado, lleno de buitres y hienas. Cuando se habla de poder siempre existen esas dualidades y Bolivia no es la excepción. Por acá no parece haber conflictos a la vista aunque la pregunta que cabe ¿cómo sería el Gobierno sin todo el circo que estamos viviendo? Habría que prepararse para cuando acabe el maquillaje.

Ir al Indice

Los Tiempos: NÉSTOR KIRCHNER HA MUERTO

La presidenta Cristina Fernández pierde a su compañero y mejor operador y socio político, que deja un vacío que será muy difícil de llenar

La prematura y súbita muerte del ex presidente de Argentina Néstor Kirchner ha conmocionado a su pueblo, como es obvio, y a la región. Debido a los diversos papeles que cumplía: ex mandatario, esposo de la Presidenta, diputado, jefe del principal partido político, virtual candidato a la reelección presidencial y secretario ejecutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), deja un vacío que además de ser difícil de llenar provoca una situación de incertidumbre que tendrá consecuencias importantes en el futuro inmediato tanto dentro como fuera de Argentina.

Su rápido pero contundente paso por la política argentina obliga a analizar su vida desde diversos enfoques para poder comprender el grado de su impronta en su país y la región.

En este sentido, parece pertinente comenzar afirmando que con el ascenso de Kirchner al poder se confirmó aquello de que hay circunstancias en las que aparece el hombre preciso en el momento preciso. Argentina vivía una de sus más profundas crisis desde su creación. Su población se encontraba vapuleada por una serie de desaciertos de orden económico y social, y decepcionada por crecientes niveles de corrupción de su sistema político. Había diversas monedas emitidas por algunas de sus provincias y una inflación galopante. Así, este país caminaba, como varios especialistas postularon en su momento, a su desintegración en un proceso que comenzó con el derrocamiento del presidente radical Fernando De la Rúa y continuó con una sucesión de presidentes peronistas que terminó con Eduardo Duhalde, quien tuvo que detener ese avance hacia el despeñadero y convocar a elecciones generales.

Fue entonces que surgió la figura de Néstor Kirchner, un gobernador peronista de una provincia alejada de Buenos Aires que se animó, con el apoyo de Duhalde, a competir con quien fuera su jefe y presidente, Carlos Ménem. Instalado en el poder, y como siempre sucede en la política, Kirchner comenzó a jugar su propio juego. Impetuoso y apasionado, gobernó desde el primer día abandonando rápidamente a sus mentores y, como coinciden varios analistas, demostrando tener un gran olfato político, con capacidad de cambiar en forma permanente sus adhesiones, enconos, lealtades e incluso la historia, en función a la reproducción de su poder.

En ese orden y para cerrar un primer análisis de Kirchner y el "kirchnerismo", conviene recordar que como Ménem, Rodrígez Saa y Duhalde -los tres presidentes de la Argentina y que se mantienen en las lides políticas- son peronistas, Kirchner lo es y todos ellos han tenido la habilidad de convertir sus programas de gobierno y su práctica política, profundamente opuestos entre sí, en legados naturales de Juan Domingo Perón, fundador del justicialismo, un movimiento político que ha podido ser de izquierda, como de derecha o centro, en función de mantenerse en el uso y gozo del poder.

Con la muerte de Kirchner es previsible que esas fuerzas opuestas y duras se desaten luego de un receso momentáneo con violencia precisamente porque tomará tiempo encontrar a quien pueda volver a dominarlas. En ese proceso, se puede sostener que además del dolor de la separación de su compañero de vida y proyectos, la presidenta Cristina Fernández pierde su mejor operador y socio político, que -se debe reiterar- deja un vacío que será muy difícil de llenar.

Ir al Indice

El Deber: Los viajes del Presidente

El presidente Evo Morales está cumpliendo una agenda de viajes fuera de Bolivia que probablemente tengan mucho sentido para su idea de lo que es una inteligente política exterior, pero que dejan muchas dudas sobre los beneficios que el país podrá obtener.

Para comenzar, desde hace más de una semana el Presidente está haciendo un itinerario internacional que parece diseñado para seguir las huellas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en lugar de atender intereses bolivianos.

La imagen que existe en el exterior de que nuestro Presidente recibe muchas influencias de parte del mandatario venezolano se han reforzado esta vez, con el recorrido que está haciendo y que lo llevó a visitar Irán exactamente una semana después de que lo hiciera Chávez.

La diferencia es que nuestro mandatario llegó a Irán cuando su gobernante estaba anunciando que –contra todas las advertencias de la comunidad internacional- comenzará a usar el poder nuclear en una de las regiones más tensas del planeta.

Una semana antes, el presidente de Venezuela había hecho la visita y luego anunció que su país entraría al uso de la energía nuclear para cubrir el déficit energético que tiene, a pesar de ser el primer exportador de petróleo en el continente.

El presidente Morales aprovechó su visita a Irán para anunciar que este país será el socio de Bolivia en el desarrollo del litio contenido en el salar de Uyuni.

Ese país no figura en la lista de los que mostraron interés en participar en el desarrollo del litio boliviano. Empresas de Francia, Japón, Brasil, Corea del Sur, Italia, España figuran en la lista y ninguna de Irán, pero el Presidente lo ha elegido para que sea socio de Bolivia.

Empresas japonesas llegaron a ofrecer que, a cambio de hacerse cargo del litio, aplicarían un plan de desarrollo integral del altiplano. La segunda potencia económica del mundo hizo ese ofrecimiento, pero el presidente Morales decidió que el litio boliviano será desarrollado por Irán, un país sin ninguna experiencia en el tema.

Mientras el presidente hacía este extraño viaje por el exterior, la empresa francesa Bolloré anunciaba que, en vista del desinterés boliviano, ha optado por instalarse en Argentina, donde explotará el litio contenido en un pequeño salar, pero suficiente para sus planes de muchos años.

A cambio del acercamiento con Irán, el presidente Morales sólo ha conseguido que este país, subdesarrollado como Bolivia, conceda créditos para la industria textil y el desarrollo de lecherías. Resulta imposible encontrar antecedentes que muestren las ventajas que tiene ese país en esos dos rubros.

Quizá haya llegado el momento de que la comisión correspondiente del Senado, de la Cámara de Diputados, y el consejo de política exterior, que solía existir, se interesen en estos temas para corregir lo que haya que corregir y sugerir al Presidente decisiones que beneficien al país en esa materia.

Es cierto: el nuevo avión presidencial tiene mucha autonomía de vuelo, pero quizá sea conveniente que en el Gobierno alguien se interese por pedir explicaciones sobre los beneficios reales –ojalá no sean perjuicios- que recibe la nación de esta política exterior que responde a los impulsos personales del Presidente.

Ir al Indice

Cambio: Gracias, querido hermano Néstor

Un día de luto para un país hermano y también para todo un continente. Partió un adalid de la democracia para el pueblo.

Todos y todas sabemos que la muerte llega sin avisar ni considerar la importancia de lo que las personas hacen por el bien de los demás.

Así, cuando menos lo esperábamos, y aunque sabíamos que su corazón estaba débil, llegó la negra parca para arrebatarnos a Néstor cuando todavía deseábamos contar con él para la marcha hacia la definitiva soberanía.

El hombre que llegó de la Patagonia a transformar su país vendido y vilipendiado por dictaduras y gobiernos liberales dejó esta vida en la misma región que lo vio nacer hace sesenta años.

Cuánto debe nuestra democracia a su intervención. Mientras los dictadores castrenses del plan Cóndor nos enviaban sus expertos torturadores para que Banzer y García Meza nos destruyan como personas y como país, Néstor llamaba a Evo Morales para preguntarle qué necesitaba cuando los resabios dictatoriales atentaban contra la democracia y los derechos humanos desde los grupos paramilitares enquistados en la conspiradora ‘media luna’.

Cuando las transnacionales del petróleo trataban de chantajear a nuestra soberanía con amenazas de no producir por la recuperación de nuestros recursos por parte del Estado, allí estuvo Néstor tendiendo la mano y ofreciendo recursos para librarnos de esa presión.

Otro capítulo es el de la integración latinoamericana. Mientras el plan Cóndor unía a los dictadores para asesinar y hacer desaparecer a nuestros pueblos, Néstor estuvo en primera línea defendiendo la integración para la soberanía y la independencia de los poderes del capitalismo.

Las fases de Néstor son trascendentales en la construcción de nuestras democracias latinoamericanas. ¿Será por eso que Vargas Llosa lo atacó tanto en su último discurso político?

Su espíritu integrador lo llevó a ser propuesto y proclamado con el aplauso de toda la Unasur como su primer Secretario General. 

Como conductor de Unasur, la muerte lo encontró totalmente preocupado por lo que ocurría en Haití, el país más pobre de nuestro continente, y encima invadido por miles de marines de Estados Unidos.

Recordemos todos y todas que fue el gobernante latinoamericano que logró frenar con su entereza y visión de futuro la estrategia de apropiación imperial denominada ALCA, un tratado de libre comercio que era una política para dar fin con nuestra libertad. Mucho Néstor al decir con meridiana claridad que ese convenio era sinónimo de pérdida de libertad y futuro soberano.

Cuán brillante ha sido tu actuación por la paz de nuestro continente, en esta faceta de tu intervención no tendrás un Nobel, pero tienes el agradecmiento de millones de colombianos, venezolanos y latinoamericanos en general. Cuando se te dio la oportunidad de apoyar la liberación de rehenes por parte de las FARC, allí estuviste. Cuando la parapolítica trataba de generar guerra entre naciones hijas de un mismo libertador, allí estuviste.

Cuando el imperio, que trata de someternos mediante sus soldados y la tecnología de la muerte de sus bases militares, que cual gendarmería ideológica pulula nuestro continente, allí estuviste para condenar tanta infamante injerencia.

En tu país has dado pasos de gigante para recuperarlo y devolverle su lugar.

Hasta tu llegada la pobre Argentina había sido, literalmente, canibalizada por sus dictadores militares, esos soldados que cumplían órdenes sin preguntar si lo que hacían era bueno o malo para la Argentina. Obedientes sicarios de sus superiores.

No contentos con esa destrucción política, económica, social y humana, los liberales, obedientes a las mismas órdenes superiores terminaron destruyendo la economía de la otrora poderosa economía argentina.

Fuiste tú, Néstor, quien junto con Cristina recuperaste la confianza en la Argentina, devolviste el empleo a tus ciudadanos, y los liberaste de la temible espada de verdugo que blande el FMI.

Cuando los liberales perdonaban a los asesinos de tu pueblo, fuiste tú quien devolvió la fe en la justicia tan venida a menos en nuestro continente, donde el crimen de lesa humanidad es perdonado si va en beneficio del capitalismo.

Qué orgullo para las madres y abuelas de la plaza de Mayo el ver a los crueles dictadores sentados una vez más en el banquillo de los acusados. Fuiste tú, Néstor, el que reclamaste justicia sin sombra de venganza.

La negra y traidora parca ha tocado la puerta de tu hogar, de tu nación, de tu continente. Nos llena de dolor y luto, pero no nos quitará el coraje para seguir los pasos que traza Unasur, la organización que moldeaste, para seguir adelante en busca de soberanía.

Un hombre de tu talla, por supuesto que tenía que hacer pareja con una mujer del mismo porte, ahí está Cristina, dolida por tu partida, pero firme en el camino que trazaron y soñaron juntos desde estudiantes.

Allí está tu pueblo que clama desde sus paredes que sigues vivo.

Acá estamos nosotros, firmes para lo que se necesite en ese camino.

Hasta siempre y gracias, querido hermano Néstor.

Cuán brillante ha sido tu actuación por la paz de nuestro continente, en esta faceta de tu intervención no tendrás un Nobel, pero tienes el agradecimiento de millones de colombianos, venezolanos y latinoamericanos en general.

Ir al Indice

La Prensa: Las preocupaciones chilenas

Bolivia no supo o no quiso aprovechar las facilidades del primer convenio sobre Ilo. Hubo indiferencia de los gobiernos y del sector empresarial?

El convenio ampliatorio de Ilo, suscrito entre los presidentes Alan García, de Perú, y Evo Morales, que permite a Bolivia un acceso al océano Pacífico, ha despertado la preocupación en algunos sectores políticos chilenos que ven en ello un riesgo para sus intereses.

Bolivia ya no sólo tendrá una playa de casi cuatro kilómetros para el deleite turístico de quienes ahora van a veranear a Chile, sino una salida portuaria que le permitirá, después de construcciones de infraestructura, realizar por allí sus importaciones y exportaciones, contar con sus propios barcos y con una base naval donde podrá entrenar a marineros y gozar por muchos años de todas las ventajas perdidas en la Guerra del Pacífico.

Obviamente que si Bolivia aprovecha esta concesión tan favorable, trasladará al puerto de Ilo todas sus operaciones comerciales marítimas con el exterior, que hasta ahora las realiza por los puertos chilenos de Arica e Iquique, principalmente. Ello provocaría un fuerte impacto negativo en las economías de las regiones del norte de Chile que son alimentadas, en gran medida, por el comercio boliviano.

Los chilenos, incluyendo el actual presidente Sebastián Piñera, se opusieron públicamente a reparar, aunque sea sólo a través de un angosto corredor, la aspiración boliviana de recuperar una salida soberana, que mitigue en parte el enorme daño que sufre Bolivia desde que nos arrebataron toda nuestra extensa costa sobre el océano Pacífico.

Es probable que aquella preocupación que ahora se apodera de algunos parlamentarios chilenos que hablan de la necesidad de convocar a un plebiscito o referendo, para determinar si el pueblo chileno aprobaría la devolución a Bolivia de una salida soberana al mar, hubiera nacido de la posibilidad de que Bolivia migre su comercio y su turismo a Ilo, donde la playa Boliviamar es mucho más agradable que las de Arica o Iquique.

Bolivia no supo o no quiso aprovechar las facilidades que le brindaba el primer convenio sobre Ilo que se suscribió en 1992. Han pasado ya 18 años en los que ninguna empresa ni industria boliviana se asentó en esa zona. Hubo una indiferencia total de los gobiernos bolivianos y del sector empresarial para profundizar ese acuerdo. Ahora lo hizo el Gobierno de Evo Morales en una actitud que sirvió, además, para sanar heridas causadas por duras críticas personales intercambiadas entre él y su par peruano.

Ha logrado, por primera vez desde la pérdida de la salida al mar, el surgimiento de un debate chileno interno sobre este tema que obliga a los gobiernos de los tres países a estudiar las mejores estrategias para obtener los mejores resultados y pone a Perú y Chile en una especie de competencia para un mayor acercamiento con Bolivia.

Sin embargo, la experiencia ha demostrado que, por ejemplo, en 1976, cuando Bolivia estuvo más próxima de recuperar una salida al mar, Perú se opuso exigiendo el cumplimiento del tratado por el que Chile no puede ceder a terceros países territorios que antes de la Guerra del Pacífico fueron peruanos. Planteó el establecimiento, en Arica, de un enclave administrado por los tres países y ahí murió el proyecto.

Ir al Indice

El Diario: Otra vez Ilo

La firma de un protocolo complementario por los presidentes del Perú y Bolivia en días pasados, sobre la concesión sin soberanía de un litoral marítimo en la región de Ilo, originalmente acordado en 1992 entre los presidentes de entonces Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora, debe llamar la atención seriamente no sólo del Gobierno, sino de los comercializadores bolivianos de exportaciones e importaciones, sectores que hasta ahora no mostraron un mínimo interés en las facilidades brindadas por el Perú en 1992.

Por aquellos años EL DIARIO hizo ver que por lo menos los productos estatales debían iniciar un progresivo período de exportación por Ilo a fin de contrarrestar el monopolio de los puertos chilenos, crear soluciones alternativas y ejercer algún tipo de presión frente al enclaustramiento más que secular que nos impuso Chile, tanto más si su posición al respecto entraña o una negativa rotunda -como ocurre al presente-, o un diálogo meramente dilatorio e improductivo.

No hay duda que la iniciativa peruana concretada hace unos días, se perfila como una contraofensiva dirigida a mitigar los inusitados y gratuitos acercamientos a Chile practicados por los gobiernos de Bolivia desde 2005, en razón de que en el obvio juego geopolítico del Pacífico, el Perú no puede ver con indiferencia el precitado coqueteo, tesitura de la cual Bolivia debería obtener beneficios. No obstante, la evolución positiva en las relaciones boliviano-peruanas, que ojalá pusieran punto final a los conocidos e impolíticos exabruptos vertidos, no debe inquietar al Gobierno de Chile porque, como se ha reiterado, se trata de una antigua relación histórica, a la que Santiago no hizo más que incentivar y reavivar por el conflicto de 1879.

Se puede decir que el mencionado protocolo complementario es un calco del anterior en cuanto a las facilidades contenidas, si bien contempla una ampliación de la región marítima a 3.58 Km2 y, en lo más significativo, admite que la Escuela Naval Militar pueda realizar prácticas en el océano y construir un edificio a propósito. Se dice que la “piedra fundamental” se colocaría en breve, pero no vaya a ocurrir que de aquí a 18 años nada pase, como vino ocurriendo desde 1992, aunque ahora el Perú contribuiría financieramente a la infraestructura del instituto naval.

Las franquicias para una zona franca comercial, industrial y turística han sido ratificadas, pero la respuesta fue también una olímpica indiferencia. En lo portuario, entonces los importadores argumentaban que no existían las condiciones necesarias de atraque, que los costos serían mayores, además de otras dificultades. Si bien éstas eran relativas, en especial los aspectos portuarios ahora ofrecen inmejorables condiciones técnicas, de modo que los pretextos aducidos resultan anulados. Inclusive sería oportuno y rentable que empresarios bolivianos puedan constituir una agencia naviera que impulse el comercio por Ilo, aprovechando el régimen arancelario o aun mejorándolo si fuera necesario, emprendimiento que debería ser coadyuvado por parte del Gobierno.

Como novedad, el Protocolo se extiende en sentido de que el aprovechamiento de los ríos fronterizos de curso sucesivo debe consultar el interés bilateral y no sólo unilateral. Sin duda, previsión tardía en relación con el desvío del río Mauri, cuyas obras y embalses se encuentran en etapas finales, desvío que debería merecer condignas compensaciones en vista del creciente daño ecológico a nuestro territorio. También está visualizada la necesidad de unir a La Paz con Tacna por una vía carretera, ahora en condiciones precarias, pero beneficiosa al contrabando de ida y vuelta tan común en estos días.

Ir al Indice

El Mundo: Regulación

Desde que el MAS ha asumido el Gobierno, ha puesto sobre el tapete de discusión una serie de documentos y ha logrado finalmente cambiar las normas establecidas, si no en forma radical, por lo menos parcialmente. De esa manera hemos aparecido con nueva Constitución, con Ley de Autonomías, Ley Contra la Discriminación y otras que luego de la protesta inicial, finalmente quedaron vigentes, con ligeras modificaciones, en casos muy contados. Mientras los periodistas continúan con sus reclamos ante organismos internacionales, acumulan firmas para promover un referéndum y marchan hacia la sede de gobierno, las autoridades ya han anunciado la Ley de Regulación de Medios que no será otra cosa que la sustitución de la Ley de Imprenta, defendida a sangre y fuego, inclusive ante los gobiernos dictatoriales, pero que ahora parece desvanecerse con esa método de apabullar con propuestas que finalmente no se sabe a cuál atender.

Como decíamos, el problema no es nuevo, desde 1925 – cuando se decretó la Ley de Imprenta – al presente, cada régimen en su momento, se vio afectado por los medios que ponían en evidencia sus desmanes o sus desaciertos y trataron de evitar que ello suceda. Sin que esto represente una sugerencia para el actual gobierno, podemos recordar inclusive que en algún momento revolucionario, se colocaron individuos como censores en las redacciones, para que ellos decidan qué se podía y qué no se podía publicar; para el actual gobierno que tiene todos los poderes en sus manos, le resulta más fácil ofrecer cárceles y utilizarlas sin ningún prejuicio, como sucede con un dirigente cívico beniano que fue trasladado en camilla.

El problema de los medios no es sólo boliviano, en la década de los años 70 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, Unesco, discutió el manejo arbitrario que realizaban las grandes agencias de noticias con relación a la información proveniente del entonces llamado tercer mundo; los países industrializados manejaban la información de tal manera que todo el mundo se enteraba de sus aciertos, mientras los demás eran atrasados o subdesarrollados, por vivir en medio de huelgas, desaciertos, dictaduras y todas las lacras que ellos creaban para luego criticar y que nos han quedado como un estigma.

Una comisión internacional de expertos, encabezada por el ex primer ministro sueco Sean Mc Bride, confirmó las acusaciones e hizo algunas sugerencias. La primera propuesta de solución fue la de intervenir los medios para regular la información y los gobiernos, aquellos de la extrema izquierda que el actual gobierno boliviano intenta evocar y las dictaduras del famoso grupo Cóndor, estuvieron plenamente de acuerdo, ante la protesta de quienes propugnaban la libre empresa.

La alternativa fue la de crear sistemas nacionales de información, integrados por los gobiernos y los empresarios, en muchas partes se aplicó la sugerencia y ambos se encargaron de normar el trabajo de los periodistas, ofreciendo sanciones para ellos, sin que éstos puedan tener opción a justificar su trabajo.

El panorama en la actualidad no ha cambiado mucho, el gobierno ofrece cárcel para los periodistas y amenaza con intervenir los medios que no los frenen en su tarea informativa.

De esa manera, quienes han asumido la delicada tarea de hacer que las personas gocen de su derecho a estar bien informadas, viven bajo la amenaza permanente de ser sancionados, si no satisfacen los intereses de gobernantes y empresarios.

Vale puntualizar que los medios de comunicación sirven también para que todas las personas puedan expresar su opinión a través de ellos y en ese entendido, surgen medios de diferentes tendencias: políticas, religiosas, sociales, gubernistas y opositoras. Dentro del marco de la democracia todo vale y las leyes establecen sanciones para quienes afecten los intereses y la honra de las demás personas. Tratar de legislar sobre lo mismo es una pérdida de tiempo, peor si son leyes que no se han de cumplir, como sucede actualmente, a partir de la Constitución Política; cuando se tiene poder, es cuestión de meterle nomás.

Ir al Indice

Opinión: Las leyes hasta fin de año y la agenda futura

La presente legislatura trabaja con ahínco en la aprobación de leyes y de proyectos de ley. Esta labor se la impone cualquier Gobierno luego de un proceso en el que ha sido aprobada una nueva Constitución Política del Estado, tal cual ha sucedido en el país.

Cuando entra en vigencia una Constitución Política se establecen objetivos. El primero de ellos es que toda Constitución debe durar en el tiempo. Otro es que esa Constitución debe articular el resto del conjunto normativo y fijar las grandes pautas para la legislación y la vida de una comunidad, porque además, una Constitución no puede cambiar todos los días.

De tal modo que si una Constitución tiende a durar, está claro, que su interpretación busca fundamentalmente que la Constitución perviva y que sea respetada. Lo que está ocurriendo actualmente en el país y particularmente en la Asamblea Legislativa Plurinacional es precisamente el establecimiento de aquellas denominadas grandes pautas constitucionales, mediante la aprobación de leyes que estén en concordancia con los lineamientos del texto constitucional y que sean aplicadas en ese sentido, y en la visión del actual Gobierno, para allanar los pasos hacia el proceso de cambio en Bolivia.

La Asamblea, que tiene mayoría oficialista, se ha propuesto sancionar hasta fin de año, las leyes de Educación, Pensiones, Madre Tierra y el Presupuesto del Estado 2011, y como meta hasta el 2015, prepara un conjunto de al menos 140 proyectos de ley para aprobarlos hasta ese año.

En criterio de algunos asambleístas del oficialismo, se aprobarían además de los proyectos mencionados, el de Deslinde Jurisdiccional, Control Social, de la Procuraduría, Transparencia y Acceso a la Información, el Código de Trabajo y el proyecto de Saneamiento de la Propiedad Urbana.

En cada una de estas propuestas legislativas se observan temas de importancia que transformarán el país y afectarán la vida de los habitantes.

En lo inmediato, la Ley de Educación englobará normas que indicarán las pautas de un nuevo proceso educativo nacional bajo los principios de la educación unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad. A qué ciudadano no le interesa saber qué pasará con la educación en el futuro, y del mismo modo en relación a otras leyes que por lo novedosas pueden causar incertidumbre, como la del Control Social y mucho más la de Saneamiento de la Propiedad Urbana.

Una de las obligaciones que tienen los legisladores es hacer conocer los anteproyectos a la mayoría de los sectores de la población, es decir, que aquel postulado de “socialización” se cumpla de manera extensiva a todos los ciudadanos, a los que están cerca del Gobierno y a otros que también pueden aportar a través de organizaciones colegiadas, vecinales, universidades, y en su caso, plantear modificaciones. No es suficiente y hasta puede ser un riesgo que sectores sociales interesados en determinadas problemáticas o directamente influenciados por ellas, sean los únicos que decidan la suerte de otras miles de personas que quisieran también ser escuchadas.

Uno de los preceptos reconocidos  es que las leyes se formulen pensando en el bien común, que se adapten, es cierto a los nuevos tiempos, pero que no causen contradicciones con las normas superiores constitucionales sobre derechos y libertades individuales. La Constitución señala los grandes contenidos o los grandes objetivos, pero son las leyes las que definen la aplicación, y por ello mismo, tienen que ser conocidas desde su concepción doctrinal y práctica, hasta su aprobación.

Ir al Indice

Clarín, Argentina: Néstor Kirchner, un hombre de la política y el poder

La muerte de Néstor Kirchner produce una enorme consternación humana y una no menos importante incertidumbre sobre la futura escena política.

Kirchner fue, desde su juventud, un hombre dedicado a la política y con vocación de poder. Fue intendente de Río Gallegos, tres veces gobernador de su provincia y, finalmente, Presidente. Ascendió a la primera magistratura en las primeras instancias de la salida de una crisis económica y política, con un escaso porcentaje de votos, ante la defección del candidato y ex presidente Carlos Menem. Pero muy pronto empuñó el timón con mano firme y, en poco tiempo, había conquistado un elevado porcentaje de aprobación en la ciudadanía.

A esto contribuyó que, de la gestión precedente encabezada por Eduardo Duhalde, heredó el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y un programa económico que, con una buena situación externa, estaba recuperando la economía.

En un primer momento, Kirchner lanzó la denominada ?transversalidad? con el propósito de formar una base propia, articulando sectores peronistas con otros extrapartidarios. Sin embargo, la realidad del ejercicio del poder lo fue alejando de ese proyecto para terminar recostado en el peronismo tradicional, en sus fuerzas territoriales y sindicales.

Entre los hitos más destacados de su presidencia se cuentan haber promovido la renovación de la Corte Suprema y la instauración de un sistema de elección de jueces para garantizar la independencia del cuerpo.

Se recuperó, también, la presencia del Estado, deteriorado como consecuencia de políticas pasadas y de la crisis, como instrumento indispensable para las políticas públicas y, siguiendo la línea emprendida en el Gobierno precedente, se renegoció la deuda externa en un proyecto de reintegración a los mercados financieros. Pero, por otra parte, desperdició una oportunidad histórica para cambiar la matriz productiva argentina.

Un capítulo aparte merece el balance sobre la política de derechos humanos, que revitalizó banderas apreciadas por buena parte de la sociedad pero que, progresivamente, fueron utilizadas con fines sectarios y políticos.

A pesar de contar con firmes posibilidades de reelección, cedió la candidatura a su esposa, la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner y se postuló, como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, cargo al que fue electo a pesar de su derrota en las elecciones de 2009. Sin embargo, hombre de fuertes pasiones y constructor incansable de poder, su actividad no se concentró en su banca del Congreso sino en el ámbito del Ejecutivo, donde siguió siendo una figura de enorme incidencia, y en el Partido Justicialista.

En las bambalinas del Gobierno y en el mando del peronismo, impuso su fuerte personalidad y desplegó un estilo confrontativo y de centralización de las decisiones, incompatible con la consulta o la búsqueda de acuerdos. Ese estilo tiñó, con consecuencias nada ponderables, la política nacional y la economía de los últimos años.

Su energía y pasión chocaron, finalmente, con las recomendaciones de moderación que médicos, amigos e, incluso, analistas y actores políticos, le transmitieron insistentemente.

Su desaparición deja un enorme vacío y una gran incertidumbre en el terreno de la política. La Presidenta y la dirigencia política, sindical y social, se enfrentan ahora al desafío de forjar acuerdos y fortalecer las instituciones para administrar el nuevo escenario.

La muerte de Néstor Kirchner produce una enorme consternación humana y una importante incertidumbre sobre la futura escena política. Estuvo dedicado a la política desde su juventud. En su gestión como presidente tuvo aciertos y desaciertos y, terminada la misma, siguió influyendo en el Gobierno. La Presidenta y la dirigencia política, sindical y social tienen el desafío de forjar acuerdos administrar el nuevo escenario.

Ir al Indice