Dicen que tiene una personalidad sinuosa y ambiciosa, capaz de hacer cualquier cosa para alcanzar sus objetivos que en su caso no es más que el poder total, detrás del cual está desde el momento mismo que junto a Evo Morales llegó al gobierno.
El vicepresidente García Linera está apostando a un rápido desgaste de Evo Morales, el cual calcula se acelerará con el reciente gasolinazo en un porcentaje que no se había dado jamás en el pasado y que de manera inevitable repercutirá en el precio de los artículos de primera necesidad y del autotransporte.
No pudo pasar inadvertida la especie de alegría con la que el vicepresidente anunció el incremento. Seguramente supone que le llegó su hora pero debiera darse cuenta de que en este caso todos saben que el remedio resultaría peor que la enfermedad y que tanto él como Evo no son más que expresiones de un mismo proyecto delirante y esencialmente antidemocrático en lo político aun cuando en lo económico se sujeten a las normas neoliberales con una convicción que no tendría el más conspicuo “Chicago Boy”.
Es también más que evidente que desde la vicepresidencia. Álvaro García ha montado una estructura de poder paralela que ya se manifiesta en varios ministerios y entidades públicas donde los cargos están siendo copados paulatinamente por gente que le es adicta y que llegado el momento será la plataforma para que se haga del poder.
Todo esto ocurre mientras se deshace en elogios dirigidos a hacia Evo y destaca su crónico insomnio y “preocupación” por el país, aunque a estas alturas pocos incautos creen ese cuento, pues tenemos un Presidente que ni siquiera tiene la moral de mirar de frente al pueblo para anunciar su gasolinazo y en esto hay que reconocer que es el Vice quien pone la cara cuando de malas noticias se trata; el “caudillo” presidente siempre opta por escapar al exterior.
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Todo está “frívolamente calculado”
Todo está dentro de los cálculos del gobierno. Un opositor que se queda en el país siempre resulta más molesto que uno que huye. Es por eso que al gobernador de Tarija, Mario Cossio no le pusieron demasiadas trabas para que pueda llegar al Paraguay.
“A enemigo que huye, puente de plata” dice el refrán, además de que el gobierno siempre podrá utilizar el argumento de que si se fue es porque es culpable. Es evidente que la cacería no se detendrá y que la lista es muy larga. Algún funcionario comentó en una oportunidad que para tener el control absoluto del país debía obligar a salirse del país a por lo menos 3 mil dirigentes políticos, cívicos y aún sindicales.