Son militares, no bolivianos


Richard Arispe Carrasco

El común de la población rechaza el anuncio delpresidente Evo Morales, de impulsar la jubilación forzosa de quienes yacumplieron con la edad para ese propósito, porque las bajas rentas quepercibirá no alcanzarán si se retiran.

Los militares son los únicos que no se quejan de susjubilaciones porque reciben el 100% de su último salario en actividad. Dicendefender la Patria y a su población, hablan de decoro, pero son otro grupo deprivilegiados con aval del gobierno.



El gobierno nacional dice que todos somos iguales ante laley; pero la ley no es para los militares.

La Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas en su artículo 115señala: “El personal militar pasará al Servicio Pasivo con todos los haberes,bonos, beneficios y asignaciones alimentarias, excepto los derechos propios delServicio Activo. Las rentas por seguro de vejez, de ninguna manera deberán serinferiores al haber que perciben los del Servicio Activo. Los incrementos a loshaberes del Servicio Activo serán aplicados en los mismos porcentajes para elpersonal del Servicio Pasivo”.

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Para el resto de los comunes está la Ley 065 de Pensionesentre los requisitos para jubilarse, que la persona podrá pasar a retiroindependientemente de su edad, siempre y cuando no haya realizado aportes alSistema de Reparto y pueda financiar con el saldo acumulado en su cuentapersonal previsional una pensión igual o superior al 60% de su ReferenteSalarial de Vejez. Muchos alcanzan apenas al 30% del salario. Por ello muchosjubilados siguen trabajando porque las rentas no alcanzan. Existe otro gran porcentajede la población que jamás logró aportar y por tanto, pese a las promesas delgobierno de jubilación solidaria digna, no recibirá nada.

¿Por qué los militares pueden recibir todo y miles de bolivianos no recibirán nada? La respuesta es clara, vivimos en un país con intereses políticos y económicos. El MAS y los militares lo saben y por tanto, aplicarán esos intereses sin remordimientos y sin ruborizarse. Ambos precautelan sus propios intereses y como se necesitan mutuamente, no tienen escrúpulos de ponerse poncho y cuidarse las espaldas, mientras el dinero de todos los bolivianos siga llegando en bonos, regalos y dádivas.

Fuente: Facebook Richard Arispe Carrasco