Menos de un mes después de la crisis de gabinete Evo Morales vuelve a cambiar de ministros, en lo que constituye una clara señal de inestabilidad gubernamental. Las ministras salientes son Carmen Trujillo de Trabajo y Zulma Yugar de Culturas, que han sido sustituidas por Félix Rojas y Elizabeth Salguero, respectivamente. Además, el vocero presidencial Iván Canelas pasa a desempeñarse al frente del recién creado Ministerio de Comunicación. Los cambios se producen luego de que las ministras presentaran sus cartas de renuncia en el día de hoy, aunque no está del todo claro si éstas fueron pedidas por el presidente o si surgieron a raíz de desavenencias. Al menos en el caso de Trujillo, parecerían haberse dados ciertos roces con el primer mandatario y su sustitución por el hasta ahora viceministro Rojas confirma el carácter precipitado del cambio. Comentando la crisis de gabinete, el diputado del MAS Edwin Tupa habló de la necesidad de solucionar “problemas con las organizaciones sociales” que atribuyó a “la injerencia del imperio”. Para nadie es desconocido que la fisura entre el gobierno y los movimientos sociales se ahonda cada día más, por lo que el evismo necesita de forma desesperada recomponer sus relaciones con distintos sectores. En este sentido, fueron notorias las menciones a sus orígenes sindicales hechas tanto por el flamante ministro Félix Rojas como por Evo Morales, en el marco de los discursos de esta noche en el Palacio Quemado. En el caso de Salguero, su nombramiento como nueva Ministra de Culturas es un premio consuelo, que la ex candidata oficialista a la alcaldía paceña prefirió antes que ser designada como embajadora en un país de Europa del Este.
¿Ministerio para controlar los medios?
La designación de Canelas y la creación del Ministerio de Comunicación obedecen a la necesidad de tratar de revertir la estrepitosa caída de la imagen gubernamental, para lo cual se estaría concentrando el control de todos los medios estatales en una sola mano. No descartemos, además, que la novel cartera tenga también el cometido de instrumentar las distintas medidas de coerción sobre la prensa que se han venido preparando en los últimos tiempos. Un nombre que “sonó” a lo largo de la tarde para abandonar el gabinete fue el de la ministra de desarrollo rural, Nemecia Achacollo, quien sin embargo parece haber logrado algo de tiempo suplementario. Y luego de la bochornosa revelación sobre la venta de azúcar desde la Cancillería, a David Choquehuanca también debería haberle correspondido firmar la respectiva carta de renuncia…