Llegó a Río en el puesto 111 del ranking mundial de la ATP y pisará Sao Paulo –su próxima escala desde hoy– ya como 95 de la clasificación.Exóticas y prácticamente olvidadas en el tenis de alto nivel, las banderitas de Bolivia comenzaron a asomarse a un terreno nuevo. Primero con timidez, como si exhibirlas estuviera prohibido. Luego con entusiasmo contenido, hasta que, ya avanzando los días, la euforia del puñado de bolivianos y sus banderas se convirtió en la nota más simpática, pero también en uno de los hechos deportivos más destacados del torneo de tenis de Río de Janeiro.Sí, el mundo sabe ahora que hay un boliviano que juega al tenis. Y lo hace muy bien.Se llama Hugo Dellien, llegó a Río en el puesto 111 del ranking mundial de la ATP y pisará Sao Paulo –su próxima escala desde hoy– ya como 95 de la clasificación. Salió del Beni, de los 150 mil habitantes de Trinidad, y hoy sólo 94 hombres en todo el mundo tienen derecho a decir que manejan la raqueta mejor que él.“Lo mejor que me llevo de este torneo es que desperté algo muy lindo en el país, algo muy lindo en toda la gente”, dijo Dellien a Página Siete instantes después de caer en los cuartos de final del torneo más importante del tenis sudamericano. “Hace mucho tiempo que no veían a un deportista jugando así en un torneo de este nivel, eso es muy importante para el país”. El éxito de Dellien en el Jockey Club de Gavea –uno de los lugares más impactantes de una ciudad ya de por sí impactante– se dividió en dos victorias en la fase de clasificación y otras tantas en el cuadro principal, para ubicarse entre los ocho mejores del torneo. Aunque hubo un día más importante que todos, aquel en el que Dellien le ganó al argentino Guido Andreozzi. Y no por Andreozzi, un jugador correcto y de mejor ranking que el boliviano, sino porque el poner la identificación BOL del lado de los ganadores del día disparó un mar de estadísticas y alguna confusión. Ni hablar de cuando al día siguiente derrotó al español Roberto Carballes para instalarse entre los ocho mejores del Río Open, el torneo más importante de Sudamérica.“¡Mario López!”, dijo en un primer momento la ATP, antes de acertarle al nombre al que todos volvieron en estos días: Mario Martínez. Fuera López o Martínez, la inmensa mayoría del mundo del tenis no sabía de quién se hablaba. El propio Dellien lo explica: “Es muy poca la gente que sabe de tenis, y muy seleccionada en Bolivia… Capaz ahora la prensa se está enterando. Llegaron a escribir que era la primera vez en la historia que un boliviano ganaba un partido en el circuito de la ATP. Y no, no es cierto, Mario llegó incluso a ganar torneos. Fue un tenista muy, muy bueno”.Martínez volvió a las hojas de estadísticas de la ATP porque él había sido, 35 años atrás, el último boliviano en ganar un partido en un torneo de la ATP. En eso ya tomó el relevo Dellien, pero en cuanto a ganar un torneo, Martínez sigue siendo el rey: ganó tres, el último en Palermo 1982, en los Campeonatos Internacionales de Sicilia. Martínez, campeón en Burdeos en 1980 y en Venecia en 1981, derrotó 6-4 y 6-4 al australiano John Alexander en la final, y un dato debería alcanzar para aplacar a aquellos que minimicen aquel éxito: ese torneo siciliano fue ganado en 1979 por el sueco Bjorn Borg, en 1980 por el español Manuel Orantes y en 1981 por el argentino Guillermo Vilas.No fue poco lo que hizo Martínez en aquellos años, como no es poco lo que acaba de concretar Dellien esta semana. “No se sabe mucho de él”, dijo el tenista cuando Página Siete le preguntó por Martínez. “Vivió toda su vida en Estados Unidos. He tenido trato hace un par de años con él, estaba queriendo volver a Bolivia para meterse en el tenis y ayudar. Pero después de eso tuvo un problema judicial en Estados Unidos y ya no supe nada más de él”. Podría pensarse que saltar del Beni al muy exigente circuito profesional de tenis masculino es ya partir en desventaja, pero no necesariamente es así. Mientras muchos de sus colegas sufrían el calor extremo y húmedo de Río, Dellien se movía como si nada. No se va a asustar, precisamente él, de jugar al tenis con calor y humedad.Recuerda los días del Club de Tenis Trinidad como “una guardería”, porque su familia lo dejaba allí a las dos de la tarde y lo recogía a las ocho de la noche. En esas seis horas, Dellien hacía de todo: fútbol, baloncesto, natación… y tenis. Y fue el tenis lo que eligió –“es individual, depende todo de mí”–, por eso dejó Trinidad 13 años para instalarse con su entrenador en Santa Cruz de la Sierra, por eso a los 18 saltó a Buenos Aires.Hoy es entrenado por un argentino, Alejandro Fabbri, emocionado por el progreso que está viendo en el jugador de 25 años. “Lo tomé cuando estaba 300 en el ranking, y ahora está mostrando todo lo que puede dar”.Derecha suelta, revés más que correcto y físico ágil, Dellien debe trabajar aún mucho en su servicio e ir acostumbrándose a la presión de los grandes momentos. Se había propuesto para este año jugar pocos challengers –una serie de torneos que es la segunda división del tenis– y disputar los torneos grandes. Y vaya que lo hará: si 2018 le dejó la amargura de haber estado muy cerca de acceder al cuadro principal del Abierto de Australia y no lograrlo, 2019 le ofrece muy serias posibilidades de entrar en forma directa a Roland Garros. “Rendir en este nivel es una cuestión mental, porque física y tenísticamente estoy preparado. Va a ser mi primer Grand Slam, algo muy especial”, reconoció Dellien, qiuen insiste en que sus triunfos de esta semana exceden al tenis.“Casi todas las cosas que voy haciendo ahora son de hace 35 años. El año pasado gané un challenger y hacía 35 años que no lo hacía un boliviano, me metí top 100 y lo mismo… Obviamente no pasa inadvertido lo que hago, es un orgullo para mí poder volver a poner a Bolivia en los grandes torneos. Despertar ese orgullo de los bolivianos, que hacía tiempo que no veían a un deportista, no solamente en el tenis, sino en el deporte en general, compitiendo bien en el mejor nivel”.
Y entonces vuelven las banderas. Shirley Orozco, cónsul de Bolivia en Río, mostró una partido tras partido, sentada desde el primer y hasta el último punto en la tribuna junto a su esposo. Pero no eran los únicos, hubo un puñado de bolivianos en Río –turistas de paso y estudiantes que viven allí– asombrados ante lo que vivían y celebrados por el resto del público.“Es algo increíble despertar ese orgullo de los bolivianos. Somos tímidos. De la Selección decimos que juega como nunca y pierde como siempre. Somos así… A medida que fui ganando aparecieron las banderas y poleras de Bolivia. Y eso me llena de felicidad, es parte del objetivo que tengo como profesional y persona. Quiero que las empresas empiecen a creer en el deporte y lo masifiquen. Quiero despertar a los bolivianos”.
HOJA DE VIDA
- Nombre Hugo Dellien.
- Lugar y fecha de nacimiento En Trinidad, Beni, el 16 de junio de 1993.
- Carrera Es uno de los mejores tenistas de la historia. Desde 2010 integra el equipo de Copa Davis del país. Comenzó a competir a los ocho años. Desde los 15 se lanzó, con éxito, a competir a nivel internacional.
Fuente: paginasiete.bo
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