Editoriales y portadas de periódicos

El Deber / La difícil aplicación de la nueva Constitución

El Diario / Votantes por decreto

Los Tiempos / La otra punta de la corrupción



La Prensa / El agua, un derecho para La Paz y El Alto

La Razón / La corrupción dentro del MAS

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El Nuevo Día / La revolución de los mancos

La Estrella del Oriente / Oposición a la carta

El Mundo / Y ahora qué


image El Deber / La difícil aplicación de la nueva Constitución

Ha pasado ya poco más de una semana de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado (NCPE), hecha ésta entre bombos y platillos -y granizo- por el propio Presidente Evo Morales, durante una concentración en su principal bastión, la ciudad de El Alto.

El texto constitucional, confuso, ilegal y a todas luces controvertido, pasó a ser Ley de la República mediante los procedimientos usuales luego del Referéndum del pasado 25 de enero. Lo político quedó así “legalizado”, en lo que ya es una casi habitual manera de actuar por parte del Gobierno. El voto popular, concentrado el “si” en el Altiplano y zonas rurales frente a una importante votación en contra en ciudades y “Media Luna”, convalidó una norma cuyo origen y formación sigue dejando muchas dudas.

En lugar de convertirse en un símbolo del entendimiento nacional, de la concordia y de la unión en la diversidad, la NCPE da la sensación de iniciar más bien un largo camino plagado de conflictos de diversa naturaleza. Lamentable esto, pues el país precisa otra cosa, sobre todo en los actuales momentos -tan delicados- de una crisis de envergadura planetaria.

Hay muchos elementos discutibles en la NCPE y no abundaremos, pero es un hecho que su aplicación tomará mucho tiempo. Forzosamente, tal cosa deberá generar pactos y eventuales modificaciones, si es que realmente se quiere llevar a Bolivia por los caminos de la paz. Imponer la NCPE a como dé lugar, traerá más problemas que soluciones, comenzando con pequeños detalles y terminando con las grandes tareas.

La imposición de la whipala como símbolo nacional podrá haber provocado satisfacción en algunos sectores de la extensa geografía nacional, pero es un hecho que también está generando rechazo en otros ámbitos en donde este emblema de los movimientos indígenas (aunque de neto origen europeo) no tiene asidero. Como este ejemplo, hay muchos más en la superficie, desde el hecho de llamar de aquí en adelante al Jefe del Poder Ejecutivo “Presidente del Estado” en lugar de su habitual e histórica nominación de “Presidente de la República”.

La enorme cantidad de normas que impone la aplicación de la NCPE puede obligar a que la actual administración se decida por el fácil y aberrante expediente de gobernar por decretos. Esto es peligroso y nos puede llevar a seguir por el sendero de la vulneración del estado de derecho, con las consecuencias que ello puede traer.

La NCPE en lugar de unir tiende a dividir, a fragmentar. Hay que hacer esfuerzos para revertir esta dañina tendencia. Si Bolivia es una sola, deben reconocerse sus enormes diferencias geográficas y de costumbres. Acá no se trata de “extirpar la república colonial” para crear ahora un estado de dominación de unos sobre otros. Todos iguales ante la ley, todos guardando respeto a diversas culturas y regiones. Solamente así podremos marchar juntos hacia adelante.

El tema da para mucho más, pero su esencia persiste: la aplicación de la NCPE será muy difícil, sobre todo si no se crean las condiciones necesarias para darle flexibilidad. Nadie debe sentirse excluido de la NCPE ni tampoco dominado por ella. La Constitución Política del Estado debe ser el eje fundamental de las leyes y de los entendimientos, jamás el punto de partida de nuevos conflictos. Negociar y negociar, paciencia y mucha paciencia, es lo que se precisa, aquí y ahora. Ojalá lo entienda así el actual Gobierno.

image El Diario / Votantes por decreto

Aprovechando la reciente promulgación de la Constitución y tal como viene procediendo en otros temas, el Gobierno ha dictado un Decreto Supremo que dispone el voto de los compatriotas en el exterior, contradiciendo su anterior decisión de viabilizar la medida mediante una ley, cuyo proyecto se encuentra a nivel del órgano legislativo. Dicho decreto se apoya en el artículo 27 de la nueva Constitución que reconoce el voto de los residentes en el exterior en elecciones para Presidente y Vicepresidente del Estado “y en las demás señaladas por ley”. Esta última parte del artículo es otro resquicio que el oficialismo deja abierto para futuras maniobras de tipo electoral, porque en puridad el discutido voto de los ausentes del país sólo se hace aceptable para el órgano ejecutivo y no para el resto de autoridades electivas que responden a circunscripciones específicas, con las cuales dichas personas han perdido todo contacto.

No sin razón, parlamentarios de la oposición opinan que el tema precisa una ley para su vigencia, y no puede ser de otra manera tratándose del voto para las más altas autoridades de un país, nada menos que a emitirse fuera de las fronteras. La reelección del Presidente, según dispone el nuevo texto constitucional, delata los afanes electoralistas del Órgano Ejecutivo y le hace invadir un campo propio del Órgano Legislativo, confirmando los aprestos autoritarios de los que se viene haciendo gala desde el Palacio de Gobierno.

Por otra parte, la precipitación de la medida no repara en los aspectos operativos y logísticos para poner en funcionamiento un procedimiento de enorme vastedad, si se tiene en cuenta que los bolivianos en el exterior sobrepasan los tres millones de personas, guarismo del cual tendría que sufragar por lo menos el 50%. El propio titular de la Corte Nacional Electoral ha mostrado preocupación en los aspectos técnicos que suponen un emprendimiento de tal magnitud, más aún si median tan sólo 10 meses para la próxima elección. Este cuadro emplaza a los cónsules a actuar con transparencia, pues de ellos dependería el empadronamiento y el manejo del evento, pero se trata de funcionarios dependientes y fieles a los dictados del Gobierno.

Todo indica que el MAS ha visto en los residentes fuera de las fronteras, potenciales votos a su favor a partir de que casi en su totalidad es gente que emigró en busca del trabajo que escasea cada vez más en el país, mientras el Gobierno carece de una política de empleo y sus medidas conspiran contra los factores internos y externos que podrían ser fuente de trabajo y bienestar. En otros países es corriente el voto de sus ciudadanos emigrantes, por su escaso número. En cambio, no se debe perder de vista que el nuestro es expulsor neto de hombres y mujeres en edad de trabajo y por consiguiente su voto sería determinante, imponiendo a la población una decisión desvinculada de la realidad nacional, sin que a éstos su voto les resulte perjudicial y, al contrario, hagan repercutir sus consecuencias en quienes transcurren su día a día junto a los problemas del país. Sensiblemente apreciaciones como las anteriores importan poco frente al aferramiento del poder que tanto embarga a los gobernantes.

Los Tiempos / La otra punta de la corrupción

Las consecuencias políticas de la colusión entre burócratas y empresarios son tan funestas como las económicas

Hace un par de días, al comentar el rumbo que tomaban las investigaciones del caso YPFB-Catler-Uniservice, decíamos en este espacio editorial que estábamos ante el peligro de que una de las más claras manifestaciones de la manera como el gobierno del MAS está administrando no sólo la empresa petrolera estatal, sino el país entero, resulte banalizada al atribuirla sólo a la falta de escrúpulos de un individuo y sus colaboradores.

Decíamos también que un factor que no debe ser soslayado “es que éste, como todo caso de corrupción, tiene dos puntas. Los empresarios que corrompen son actores tan protagónicos como los funcionarios corrompidos y resulta imposible desatar la maraña si se cierra los ojos a tan obvia realidad”.

Felizmente este aspecto del entramado de la corrupción ha comenzado a recibir la atención que merece. Es que a medida que se van develando los entretelones del caso salen a la luz las muchas maneras como coinciden y se complementan entre sí los intereses de los administradores de los bienes de Estado con los de algunos empresarios privados que, más allá de factores ideológicos, terminan siendo los más beneficiados con la estatización de la economía y, por consiguiente, sus más firmes aliados.

Las consecuencias económicas de esa colusión están a la vista, por lo que es poco más lo que se puede decir sobre ellas. No son tan obvias, pero no por eso menos importantes las consecuencias políticas, la principal de las cuales es la complicidad con el desmontaje del andamiaje institucional y su sustitución por redes mafiosas que tarde o temprano terminan haciéndose del control de las instancias de poder político.

Cuando eso ocurre, las diferencias ideológicas entre los políticos de oficialismo y la oposición pasan a un segundo plano pues la protección de los intereses de quienes hacen negocios con el Estado y los burócratas que se los conceden pasa a ser la máxima prioridad.

En el caso de nuestro país, esa tácita alianza se está produciendo a lo largo y ancho del aparato estatal. Lo que se ha descubierto en YPFB no es muy diferente de lo que ocurre en municipios, prefecturas y otras empresas públicas, donde a través de la adjudicación de obras y contratos de provisión de bienes y servicios los recursos fiscales son transferidos a empresas privadas mediante procedimientos muy parecidos a los que tanto escándalo han provocado.

Sería muy conveniente, por eso, que se indague cuántos de los parlamentarios de la oposición están directa o indirectamente vinculados con empresas proveedoras de bienes y servicios al Estado. Es muy probable que una investigación sobre el tema dé pautas para comprender muchas de las decisiones políticas adoptadas durante los últimos tiempos.

image La Prensa / El agua, un derecho para La Paz y El Alto

La lenta desaparición de los glaciares, el más dramático es el nevado Chacaltaya, y la falta de lluvias suficientes para llenar las represas plantean un desafío.

El agua es un elemento imprescindible para la vida de los seres humanos. Gracias al cambio climático, pero también a la falta de previsión frente a la explosión de las grandes urbes, el vital líquido se está transformando en un recurso natural cada vez más escaso.

Con casi dos millones de habitantes, La Paz y El Alto afrontan un serio problema de provisión de agua, resultado de la falta de una política clara respecto de cómo garantizar dicho servicio para quienes habitan este suelo.

Desde las políticas de liberación del mercado, que llevaron a dejar la empresa de aguas en manos de privadas con altos costos para la población a través de Aguas del Illimani, hasta la actual entidad estatal Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), la administración del recurso no se ha resuelto de forma satisfactoria para los paceños y alteños que demandan el agua en una proporción de aproximadamente 200.000 litros por día.

Si a esto le sumamos la falta de inversión en represas acordes con una zona metropolitana en crecimiento exponencial, la política sobre el agua puede considerarse otro fracaso de los tantos a los que estamos acostumbrados a ver en Bolivia.

La situación se complica con el cambio climático, una realidad cada vez más alarmante que demanda acciones inteligentes e inmediatas que nos permitan sobrellevar sus efectos. La lenta desaparición de los glaciares, el más dramático es el nevado Chacaltaya, y la falta de lluvias suficientes para llenar las represas plantean un desafío acuciante que exige el debate de políticas colectivas más efectivas.

EPSAS ha demostrado una creciente ineficiencia e incapacidad para afrontar el problema. La vulnerabilidad del sistema, que el año pasado, gracias a la rotura de un conducto principal, llevó a dejar a La Paz sin agua durante varios días, fue la muestra más palpable de que estamos en manos inexpertas para tratar un asunto estratégico.

La Alcaldía paceña propuso la construcción de seis grandes tanques para el almacenamiento de agua a un costo de medio millón de dólares. Al mismo tiempo, demanda que EPSAS se haga cargo de los miles de puntos de fuga del recurso sin control. La empresa dice que está en sus planes pero que requiere recursos para realizar dichas tareas.

¿Faltan recursos? ¿No era La Paz una de las ciudades que más recursos financieros obtenía por la vía de la recaudación de impuestos? ¿Por qué los paceños y alteños merecen esta situación de incertidumbre si ellos cumplen con sus deberes estatales?

Consideramos que el modelo estatal que impulsan el Gobierno y sus aliados debe demostrar que es capaz de administrar recursos. Caso contrario, su discurso crítico hacia las políticas neoliberales no será más que proclamas ideológicas sin sustento. La gente reclama agua, es su derecho fundamental, tal como dice la nueva Constitución Política del Estado. Las autoridades están en la obligación de cumplir con ese mandato.

image La Razón / La corrupción dentro del MAS

Demasiado pronto le han llegado al MAS el oprobio y la vergüenza. El golpe de la corrupción en YPFB, involucrando a uno de sus máximos referentes, ha sido duro para este joven partido en la vida política nacional. Pero también para la mayoría de los bolivianos, que habían confiado en que el MAS se diferenciaría respecto de sus antecesores.

El hecho de que la corrupción haya hecho una víctima más en la política no debe ser motivo de satisfacción para nadie; sólo muestra que la superación de estas lacras sigue estando lejos.

Pese a la reticencia inicial, el presidente Evo Morales se ha mostrado firme ante el comportamiento irregular y deshonroso de uno de los hombres más cercanos de su entorno. Y, ahora, se ufana por eso. Es cierto, no lo ha protegido como sí lo hizo con otros personajes muy próximos a su mandato.

En las actuales circunstancias, en las que la población se muestra decepcionada por los ofrecimientos de un cambio imperceptible, sería beneficioso para el país pensar menos en los golpes de escena y más en soluciones verdaderas, dirigidas al corazón de las estructuras de corrupción en el partido de gobierno.

La destitución de Ramírez y la decisión de someterlo a la justicia no ha hecho olvidar que otros colaboradores del Mandatario, como el ministro Juan Ramón Quintana, no han merecido la misma celeridad en casos igualmente famosos de corrupción.

Para que la ciudadanía quede convencida de que el Gobierno tiene de veras la decisión de combatir la corrupción interna, se hace imprescindible revisar todos los casos pendientes. Porque la orden presidencial es que debe haber sanciones “caiga quien caiga”.

Este es un pedido que lo han hecho incluso dirigentes de peso dentro del MAS. Desconocerlo sería obviar el criterio de las bases sociales, a las que supuestamente se deben las autoridades.

Ramírez se perfilaba como el compañero de fórmula de Morales y, si no se descubría su devastadora relación con los O’connor D’arlach y toda la red de corrupción montada alrededor de YPFB, muy probablemente iba a ser el próximo Vicepresidente de la República. A ese punto llegó la crisis de honestidad y transparencia dentro del MAS.

Con la salud del partido de gobierno en estado grave, el actual vicepresidente Álvaro García ha destacado, como un logro, que el MAS “es capaz de cortarse una mano” con tal de impedir que estos elementos de indicios de corrupción corroan nuestro cuerpo”. Lo que no puede perder de vista él, ni tampoco Morales, es que ese cuerpo no está inmunizado con la enfermedad que padece y que, lejos de sanar, aún tiene plagas enquistadas que mejor será extirpar antes de que salgan a la luz.

Entretanto, en el MAS comienzan a despertar las diferencias internas, con al menos tres corrientes que prometen no discurrir en el tiempo sin dejar su huella impresa. Si el Presidente y jefe del partido no desea que el episodio Ramírez termine dañando al que se concibe como el instrumento de la revolución, tendrá que actuar con más inteligencia. ¿Por qué Ramírez no fue expulsado del MAS, como sí ocurrió con su esposa? ¿La ministra Nardi Suxo es acaso independiente como para que su trabajo en contra de la corrupción en las esferas gubernamentales sea realmente creíble? Si el MAS quiere recuperar la confianza de los bolivianos, deberá actuar en consecuencia con su prédica.

image El Nuevo Día / La revolución de los mancos

El vicepresidente Álvaro García Linera asegura que en el Gobierno están dispuestos a cortarse las manos con tal de preservar la integridad del organismo principal, el que, según ha afirmado todavía permanece en absoluta sanidad. Con eso quiso decir que lo de Santos Ramírez fue simplemente un quiste que ya fue extirpado.

Todo el país quisiera que sea así, pues, además de enervar a la gente, la corrupción es precisamente una de las principales causas de la pobreza estructural de Bolivia.

Pero la mala noticia para la ciudadanía es que, sin duda alguna, el cáncer que siempre amenazó al aparato estatal boliviano se ha salido de control y no se va a detener con amenazas de mutilación y todas esas perogrulladas que andan repitiendo algunos miembros del Gobierno a raíz del encarcelamiento del ex presidente de YPFB, quien parece ser simplemente la punta de un iceberg que comenzará a aparecer de a poco y que nos embestirá a todos en el momento menos pensado.

La corrupción se ha instalado en el MAS pese a que el presidente Morales repitió hasta el cansancio eso del “indígena bueno, sano y honesto”. Queda claro que las tentaciones y el amor al dinero no distinguen raza, color ni ideología y que el ejercicio del poder, cuando está libre de controles y alejado de procedimientos legales, es capaz de corromper a cualquiera.

Evo Morales ha incentivado la corrupción con su idea de imponer sus propias “leyes”, con transmitirles a sus seguidores el ánimo de que han llegado al poder para siempre y que ahora les toca a ellos disfrutar de los despojos que han dejado los gobiernos de los blancos. El mismo fue el que calificó de “burocracia” a los sistemas de fiscalización de impone la ley Safco; el fue el que pidió al gobierno de Venezuela entregar los cheques directamente a los alcaldes, sin ningún tipo de filtro legal; el ha firmado los decretos que le permitieron a Santos Ramírez y otros funcionarios jerárquicos de las instituciones estatales hacer compras directas, crear fondos especiales (¿gastos reservados?) y otros atajos para evadir “trámites burocráticos”; su gobierno es el que ha promovido el vaciamiento institucional de la Aduana, Impuestos Internos, el Servicio Nacional de Caminos y un sinfín de entidades y las puso en manos de improvisados, aventureros e ineptos, que se están dejando llevar por la corriente de las viejas estructuras de corrupción; ha sido el MAS el que ha promovido el copamiento de las entidades públicas, donde se está produciendo un arrebato descomunal por copar cargos, mientras la gestión se extravía sin remedio por la senda de la irresponsabilidad y la anomia.

Existen fuertes indicios de que el arresto de Santos Ramírez es nada más que un acto simbólico, al igual que las palabras de García Linera que habla de mutilaciones y purgas internas, tal como lo hace el Evangelio de San Marcos, cuando dice que “más vale entrar en la vida manco, que con las dos manos en el infierno”. Que el MAS aplique aquellos preceptos bíblicos es muy difícil, mientras tanto, la realidad de corrupción y de connivencia promovida por una visión insensata de la política, seguirá haciendo de las suyas a manos llenas en el sector público.

La corrupción ha sido promovida por el Gobierno desde que eliminó los sistemas de control y perpetró un vaciamiento institucional.

image La Estrella del Oriente / Oposición a la carta

El cartero del presidente Evo Morales debe estar muy ocupado, porque últimamente la oposición ha optado por dirigirse al Mandatario mediante misivas, cartas en las que se le plantean todo tipo de peticiones y sugerencias en el marco de la política que su Gobierno está implementando.

Las cartas han pasado a formar parte de la política boliviana o, según parece, escribir cartas ha pasado a ser una de las estrategias que ha adoptado la oposición en la coyuntura de este trance meteorítico en el que Bolivia se encamina hacia el Socialismo del siglo XXI.

Los que observamos el proceso todavía no sabemos qué efecto pueden tener las cartas de la oposición, porque en el plano de la literatura sabemos que existe el estilo epistolar y que éste ha sido un recurso muy usado por los que se sienten marginados u oprimidos; sujetos literarios entre los que se han ubicado las mujeres, quienes han tenido obstáculo o a quienes les ha costado expresar su sentir frente al mundo y lo han hecho muchas veces mediante cartas o el uso del estilo epistolar.

En el plano de la política que nos toca vivir hoy en día, creemos que el estilo epistolar es un recurso propio de una estrategia pasiva, que hace uso de un recurso indirecto, o que utiliza un atajo para manifestar los desacuerdos, las objeciones y los puntos de vista que no se encuentran y que no pueden hallar un cauce común.

Por supuesto que las cartas no van a solucionar nada, pues no van a ser tomadas en cuenta ni escuchadas por el Ejecutivo y menos por el Presidente, que es el destinatario a quien van dirigidas.

Las cartas suelen tener cabida y pueden provocar algún efecto cuando existe un vínculo, cuando a la escritura antecede un flujo de comunicación y una predisposición para hacer circular ideas que retroalimenten un proceso de entendimiento y de complementación, lo que no es en absoluto el caso que nos atañe.

Las cartas, que deben estar ocupando horas extras sólo al cartero del presidente Morales, muestran más bien el grado de impotencia a la que ha llegado una oposición que a fuerza de amordazarse, de someterse, de autocensurarse, de entregarse, se ha vuelto inoperante. Las cartas, como método político, muestran en este momento el bloqueo de la oposición y la imposibilidad que ésta tiene de encontrar un canal para plantear demandas. El uso de este medio como único recurso, muestra también que la oposición, a fuerza de tanto ceder y de tanto transigir, se ha encerrado a sí misma y ha terminado por cerrarse todos los caminos que le hubieran permitido seguir haciendo un juego político de pesos y contrapesos, con la finalidad de alcanzar el restablecimiento de un cierto nivel de equilibrio en nuestra sociedad.

Todos conocemos también las epístolas del Evangelio, pero éstas son en realidad una forma de protesta y de propuesta fuertemente fundamentada, son un ejemplo de cómo la voz del Pastor, del evangelizador, se levanta desde la fuerza de las palabras, decidida a hacerle frente al poder avasallador y totalitario con la fuerza y el caudal del pensamiento, de las ideas que se convierten en una cascada de palabras dispuestas a fortalecer a los pueblos que están sufriendo opresión. Las epístolas son profundamente contestatarias y profundamente fortalecedoras de la verdad que se espera reparar contra el avance de la miseria humana y de los contramensajes de los que se valen los poderes para desactivar a los pueblos y a las personas.

Si la oposición hiciera epístolas, éstas podrían tener un eco, pero las rogativas y las solicitudes, la misiva tipo cable telegráfico de “me estás aprisionando” o “mis zapatitos me aprietan, mis mediecitas me dan calor…”, no son ni medianamente lo más indicado para un momento político de la magnitud aplanadora como el que estamos enfrentando.

De continuar haciendo uso de estas cartas, lo único que se podría lograr es que el presidente Evo Morales finalmente tenga una oposición a la carta.

image El Mundo / Y ahora qué

Por primera vez en 20 años las elecciones del Comité Pro Santa Cruz pasaron desapercibidas, más importantes hoy fueron hechos cotidianos como la coronación de la reina del carnaval. La violencia desatada por grupos adeptos al ex Ministro de Hidrocarburos claro hoy con la plata que tiene lo puede recibir la banda y los mariachis acompañados de los violentos que agredieron a las autoridades prefecturales, pero se debe destacar que dos grupos importantes iniciaron una campaña de visitas con almuerzo y cenas incluidas por parte de una comparsa que pretende sin justificativo volver a coronar la próxima reina del carnaval, las llamadas, los mail son muestra de que cada miembro de la comparsa que se disputan poner la coronan hacen vigilia, cerco y seguimiento personalizado a los que votarán el día martes su decisión de elegir a la comparsa coronadora, y por último se desarrollaron las elecciones del nuevo presidente moral de los cruceños que -como estaba cantado previamente- salió electo Núñez y su trío está compuesto por dos personas con antecedentes de ser activos miembros de un partido de la derecha ADN y un ex miembro de la PCB, lo que demuestra que los políticos definitivamente perforaron el Comité que estaba libre de esta contaminación, uno de ellos busca un espacio para su rehabilitación y el otro es fruto del Rector de la Universidad Jaldin ( no me equivoqué, el poder universitario está en manos del ex rector y Reymi no sabe o no quiere neutralizarlo) .

El día de ayer tuvo dueño y fue de una mujer, de su majestad María René Antelo que será la que reinará las calles durante cuatro días, en otras épocas el hecho fuera la elección del nuevo líder moral de los cruceños, vuelvo a decir la ausencia de candidatos solventes intelectualmente fue la estocada final que escribió el final de una época donde el civismo encaraba cada una de las demandas de la región, Santa Cruz hoy más que nunca sabe lo que quiere y el camino que lo conducirá, sabe que este proyecto no es de un solo hombre sino de equipo y fortaleza, de no rendirse, de no claudicar, de no sumergirse en el silencio, durante las últimas 5 consultas (elecciones y referéndum) el resultado fue el mismo de aceptar como legitimas nuestras aspiraciones de ser tomados en cuenta y de no hacerlo sabremos asumir el reto, el momento será el oportuno, los pueblos nunca se equivocan y el conflicto que tiene a Bolivia dividida es que existen definitivamente dos visiones distintas, dos pueblos diferentes que coinciden en una bandera que no respeta nadie (para unos la valida es la verde y blanco y para los otros simplemente la whipala) y como dijo Percy en tono irónico lo que le sucede a Bolivia es que ellos (la visión centralista) no nos quieren y nosotros desesperados por despegar como nación aprendimos a no tolerarlos y ello tienen un responsable Carlos Mesa que abrió el potrero y cada grupo tomo vías distintas y no será el discurso ni las posiciones de soberbia del Presidente que nos una, esta será tarea a base de humildad y entrega y aun estamos inmaduros para saber el camino correcto.

Hoy no pasará nada, seguiremos en nuestra búsqueda desesperada de espacio de poder para sobrevivir, por eso todos creen estar habilitados para ser alcaldes, gobernador, diputados y senadores, por nuestro lado, divididos, que en el fondo nos marcará una derrota previsible que nos podrá condenar a perecer o lo que es peor dándole al eventual adversario -que es el MAS- la oportunidad de ganar las próximas elecciones.

Una de las particularidades que nos diferencia de la otra Bolivia es que aquí en uso de la vocación democrática somos capaces de cuestionar y no aceptar que traguemos cualquier pastilla, somos capaces de purgarnos y sacar de escena a los violentos e intolerables y eso debemos asumirlo como parte del debate interno de continuar en el hasta lograr aceptar por todos una respuesta acorde al momento que vivimos, momento que exige sacrificio y entrega por una causa, por una visión, por la vocación de libertad y democracia que buscamos que todos comprendan y participen, la política ahora no es tarea de los privilegiados sino de todos.