La crisis económica pondrá a prueba la talla de Chávez como gobernante

image CARACAS (ENVIADO ESPECIAL LA VANGUARDIA)

El presidente Hugo Chávez tiene el camino despejado para presentarse a una nueva elección. En su discurso de victoria lanzó ya su candidatura para 2012. Sin embargo, su pretensión de perpetuarse en el poder no será fácil de materializar ante la crisis económica que ya golpea a Venezuela, y que pondrá a prueba la continuidad de sus programas sociales y la fortaleza de su “revolución”.

Chávez se apuntó el domingo un gran triunfo al ser aprobada su propuesta de enmienda de la Constitución con más de seis millones de votos (54,36%) con un 94 % de las mesas escrutadas. Los sufragios por el “no” que propugnaba la oposición fueron 5,04 millones (45,63%), con una abstención de 32,95%. La elección volvió a mostrar que Venezuela está dividida en dos partes antagónicas. De hecho, Chávez no lanzó ningún mensaje de verdadera reconciliación.



Con la aprobación de esta enmienda, Venezuela se convierte en el primer país de  América Latina que adopta la reelección sin límite de mandatos. Este fue el segundo intento de Chávez por modificar la Constitución de 1999, que fue promovida por él mismo, que sólo le permitía la reelección inmediata por un período. Su primer intento fue rechazado en 2007. Chávez dice que debe permanecer en el poder al menos hasta el 2019 para consolidar su “revolución” y lo que él llama “socialismo del siglo XXI”.

En medio de gritos de la gente "¡Uh, ah, Chávez no se va!" y con la explosión incesante de cohetes, el presidente venezolano dijo: "Ha sido una gran victoria popular. Es una clara victoria de la revolución. Hemos abierto de par en par las puertas del futuro".

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Desde el llamado Balcón del Pueblo, en el palacio de Miraflores, Chávez proclamó en tono triunfal: "Ustedes han escrito hoy el destino de mi vida, lo asumo con plenitud. Sabía que no me iban a fallar, ahora me toca cumplir a mí. Abrimos las puertas del futuro para transitar el camino del socialismo. Confirmo mi compromiso con el socialismo venezolano, con el compromiso de la revolución y la democracia socialista”, dijo Chávez, mientras la gente gritaba “¡Victoria popular!” “Vamos a construir la Patria socialista”, proclamó.

“Me han acusado de que quiero ser perpetuo. Dios es perpetuo. La Patria es perpetua. Pero para que la Patria sea perpetua tiene que haber un pueblo perpetuo”, dijo en medio de vítores.

La oposición admitió pronto su derrota: "Aceptamos los resultados pero denunciamos el ventajismo y el abuso de poder del gobierno y la criminalización del movimiento estudiantil", dijo el líder universitario David Smolansky. “Fue una campaña donde se enfrentó David contra Goliat y ganó Goliat", declaró Leopoldo López, uno de los políticos opositores más emblemáticos.

Aunque Adán Chávez, gobernador de Barinas y hermano del presidente, dijo ayer que ahora se inicia el tercer ciclo de la revolución, los analistas creen que no existe mucho margen para que el Gobierno profundice medidas económicas radicales. Chávez podrá presentarse por cuarta vez consecutiva como candidato a la presidencia en 2012, pero faltan cuatro años para los comicios, un tiempo muy largo si se toma en cuenta que Venezuela está al borde del colapso económico. El país se encuentra con las arcas vacías, hasta el punto de que la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), generador del 95 % de las divisas que ingresa  el país, lleva ya más de cinco meses sin pagar a sus proveedores. Las penurias financieras, motivadas por el derrumbe del precio del crudo, han atado las manos a Chávez, que está sin recursos para pagar las nacionalizaciones que ejecutó hace meses. Por eso, ahora no puede cumplir el anuncio que hizo en agosto de nacionalizar el Banco de Venezuela, propiedad del español Grupo Santander.

La verdadera prueba de fuego que ahora le espera a Chávez es demostrar con hechos sus promesas de frenar la inflación más alta de América (los precios de los alimentos subieron un 45%), acabar con la creciente escasez de productos básicos, luchar contra la corrupción y combatir al hampa que acorrala a los venezolanos.

Desde el Balcón del Pueblo, Chávez habló por primera vez en diez años de combatir a la delincuencia, pero no anunció ninguna medida práctica. Más incredulidad causó aún su compromiso de luchar contra la corrupción, ya que a su lado tenía a dos de los boliburgueses (los revolucionarios enriquecidos en forma ilícita) que han acumulado mayor fortuna en estos diez años: Rafael Ramírez, ministro de Energía y presidente de PDVSA, y Jorge Rodríguez, ex presidente del Tribunal Electoral y actual alcalde del municipio caraqueño de El Libertador.

El analista Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, señala que Chávez tendrá dificultades para mantener su alta popularidad porque los recursos económicos cada vez disminuyen más: "La impopularidad para Chávez es como la criptonita para Superman: Si se gasta las menguadas reservas que quedan sin tomar en cuenta que la crisis puede ser larga, habrá un colapso muy profundo. Puede que el petróleo suba pero es un riesgo muy grande depender de ello”.

JOAQUIM IBARZ