La Estrella del Oriente / “Acostúmbrense”
El Mundo / Acostumbrándose a ver militares
El Diario / Sobre una supuesta intromisión política
Los Tiempos / Falta de transparencia en Bolivia
La Prensa y El Deber / Pando, otra vez
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El Nuevo Día / En busca de capitales
La Razón / Transitar La Paz, misión imposible
Opinión / Acerca de la percepción y uso de los tributos
La Estrella del Oriente / “Acostúmbrense”
“Acostúmbrense a ver presencia militar del Estado en regiones anteriormente abandonadas y convertidas en semi republiquetas de personas adineradas”: fue la frase con la que el vicepresidente Álvaro García Linera trató de justificar las detenciones realizadas ayer por la mañana en Pando por un contingente de “militares encapuchados”, que aparentemente representarán de aquí en más la presencia del Estado a la que debemos acostumbrarnos en el oriente de Bolivia.
Los secuestrados fueron sacados de sus casas a las cuatro de la mañana, golpeados y transportados semidesnudos hasta una base militar de la ciudad de La Paz, lo anecdótico del caso es que las personas detenidas llegaron sin las órdenes de apremio, porque según explicación del fiscal asignado, los investigadores que fueron a aprehenderlos se hicieron dejar por el avión.
A su arribo a la ciudad de La Paz, los recibió una turba masistas, que como en anteriores ocasiones fueron contratadas para cumplir el menesteroso oficio de insultar a los aprehendidos: “Cambas a la cárcel, hijos de p…”, decían los racistas odiadores, tal como lo hicieron cuando detuvieron al prefecto Leopoldo Fernández, ocasión en la que se apostaron por semanas frente al penal para lanzar insultos y tratar de dejar por sentado que los aprehendidos son personas que provocan rechazo en Bolivia. Todo un show montado al dedillo, con buitres y hienas incluidas, y a esto Álvaro García Linera le ha llamado presencia del Estado en lugares en el que éste ha tenido una presencia débil; por lo que estamos en condición de retrucarle que esto sólo podría definirse a cabalidad como la presencia de un Estado abusivo y rotundamente racista y odiador de los habitantes de los llanos orientales.
Se pueden percibir en estos nuevos hechos de violencia las innegables huellas de las acciones militares-represivas comandadas por el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, al que algunos ya le dicen Juan “camión” Quintana, haciendo referencia al caso de 33 camiones de contrabando, caso por el que ha sido acusado por el mismo director de aduanas Gral López, quien casualmente había tenido una audiencia de careo con el vicealmirante Bandeiras, quien es el interventor de Pando, acusado del mismo caso de contrabando y que reemplazó al prefecto Leopoldo Fernández, después de haber sido tomado prisionero bajo cargo de haber desencadenado un episodio violento, sin haberle dado la posibilidad de un juicio justo.
Las nuevas detenciones violentas e ilegales ocurridas en Pando, ocurrieron horas después de una reunión para la que el Gobierno había citado a los prefectos de los departamentos autonomistas, quienes no asistieron, lo que nos deja en claro que si hubieran asistido, se hubieran vuelto a tomar la foto con los violentos apresadores de cívicos, concejales y periodistas perseguidos sólo por tener ideas afines a las autonomías departamentales. Los prefectos que no asistieron se libraron esta vez de volver a posar con lo que los eternos Pilatos, que no tienen ningún reparo de usarlos como lavamanos de sus acciones represoras. Ya estaba cantado que los esperaban sólo para volverse a lavar las manos, luego de pisotear y subordinar a ciudadanos luchadores y defensores de las verdaderas autonomías departamentales.
Esto explica la indignación que mostraba en aquella reunión frustrada el vicepresidente García, y nos prueba una vez más que el “dialogo” es sólo un preámbulo de nuevos atropellos y actos de violencia.
Por todo lo antes expuesto, podemos afirmar que los prefectos y autoridades departamentales de los departamentos autonomistas, pecarían de falsa inocencia de ir a dialogar con quienes están listos para masacrar una y otra vez a sus pueblos, razón por la que han constitucionalizado la violencia y el racismo.
Queda también claro, que todo diálogo debe ser hecho bajo la base de condiciones de respeto a sus representados, a saber: Liberar a los presos políticos, cesar en las persecuciones, exigir devolución del IDH, exigir la aceptación de los estatutos que fueron respaldados por altos porcentajes del voto ciudadano y no permitir la toma y avasallamiento de nuestro territorio y nuestra cultura.
Si no existen estas bases, el diálogo sería sólo una claudicación y una nueva entrega de sus pueblos, que han emitido cinco veces su opinión en las urnas reafirmando que dicen No a la violencia, a la antidemocracia, al abuso y a la subordinación.
Quintana apareció con su mirada perdida, con los ojos extraviados, como siempre, pretendiendo hablar de ley cuando pesan sobre él serias acusaciones que sigue burlando. También todo esto se matizó con la extraña alegría de la comparsa de los Fandangos, que serán los coronadores de la reina del carnaval del 2010 y las reyertas de la actual reina del carnaval, Maria René Antelo, con su comparsa, que según comentarios no la acompaña a todos los actos a quien se habría declarado también la reina del Si y del No y que ahora se dice emocionada porque se aproxima el corso del carnaval y ella es la reina de la alegría.
¡Vaya que es extraña e incomprensible la superposición de este collage de realidades”
Acostumbrémonos; si todo esto sigue tal cual se ha venido dando, acostémonos a esperar que algo cambie.
El Mundo / Acostumbrándose a ver militares
Cuando escuché esta frase de los labios del Señor Vicepresidente, lo primero que me vino a la mente fue otra frase similar de un coronel militar (sentenciado por narcotráfico y asesinatos) su nombre es Luis Arce Gómez quien en tono amenazador señaló: “Los bolivianos deben andar con el testamento bajo el brazo”, años antes en la dictadura de Banzer éste en una concentración señaló; “Si ven a un comunista captúrenlo y tráiganmelo”, ya nos habíamos olvidado de escuchar frases ofensivas para un estado democrático o que lo parece, en los militares escuchar estupideces no es sorprendente solo basta recordar al Fiscal militar del juicio a Regis Debray en 1967 ante la duda de una periodista expresó: “Acaso soy un homo sapiens para responderle esa pregunta”, de verdad después de escucharlos sabemos que los militares no fueron ningún ejemplo de “homo sapiens”, hoy el señor Álvaro García Lineras se mandó una frase de antología acompañada de comentarios que nos dejan un sabor a duda si los militares son la parte esencial de este proceso como las siguientes: “El Gobierno ya tomó una decisión, hubo una reorganización estratégica de la presencia militar en el país, habrá mucho más presencia militar en aquella región, donde la presencia del Estado es débil, fundamentalmente en regiones fronterizas. Es una decisión que se tomó y eso va a ser así, acostúmbrense a ver presencia militar”.
Existimos millones de ciudadanos que nunca nos acostumbraremos a ver a los militares supeditando a los poderes del estado, sustituyendo la libertad con las bayonetas, la democracia con los trajes de fajina, la crítica y el cuestionamiento con el secuestro de los encapuchados en la madrugada y por último por más compromiso de los militares con el Presidente Morales, la verdad histórica del papel de los militares es negra, manchada de sangre en cuanto régimen estuvieron presentes, solo basta recordar a Barrientos y la masacre de San Juan está vinculada, Ovando con los crímenes selectivos en la venta de armas a Israel, Banzer con las masacres de: Tolata y Epizana, Natusch Busch con la masacre de Todos Santos, García Meza con la masacre de la calle Harrington, y en los gobiernos civiles se dieron a la tarea de amedrentar incluso de violar a la capitana general de las FF.AA. doña Lidia Gueiler cuando fue atacada por un coronel en la casa presidencial, de la misma forma actuaron con Goni, las masacres de abril y octubre fueron eficientes gracias a los militares, incluso con Rodríguez Veltzé la entrega de los misiles chinos fue trabajo de los militares; la respuesta de la oferta del vicepresidente de que nos debemos acostumbrar a los militares es que no esperemos que escuchen que cuando la gente dice no es no.
Esta generación que desde hace 27 años vive en plena libertad cosechando los frutos de la democracia que sembraron héroes como Marcelo Quiroga, Hernán Siles, Domitila Chungara a la cabeza de cuatro mujeres mineras, los universitarios en la capilla del hospital San Juan de Dios, en el diario católico Presencia y las voces en la calle de miles de ciudadanos anónimos que gritaron democracia, es por respeto a ellos, por los muertos por la libertad, es por ellos que nunca nos acostumbraremos a la presencia militar en las calles, no seremos capaces de contarles a nuestros hijos que los soldaditos sudados en las calles son hijos de nuestros indígenas y que son usados para asustarnos, para amedrentarnos, para someternos y doblegarnos, que no seremos capaces de entregar nuestra libertad, nuestra democracia, nuestra voz para que nos representen porque lo único que buscamos es respeto, justicia, acabar con la corrupción, hacer instituciones que hagan estado y no sean apéndices de los inquilinos eventuales de Palacio de Gobierno, tenemos una cantidad de pendientes buscando un país mejor, que camine con seriedad en su economía jurídica para que la comunidad internacional nos respete, que no nos miren como algo raro que no encaja en el mundo moderno, es por esos motivos que no nos atreveremos nunca a intentar acostumbrarnos a la presencia militar, por respeto a nosotros mismos, por darle dignidad a nuestros hijos.
Lo mejor que pueden hacer es no arriesgar a ninguna aventura estúpida los hombres vestidos de verde que gracias a las bayonetas y la prepotencia pretenden ocupar un espacio que tiene dueño y somos nosotros los ciudadanos.
El Diario / Sobre una supuesta intromisión política
No puede menos que extrañar que en el hospital de Copacabana se hubiera atendido a 14.000 peruanos desde el 2006, mucho más que los bolivianos, dentro del programa de asistencia oftalmológica cubano-venezolano, afluencia de supuestos pacientes que llamó la atención del Congreso del hermano país por lo que llegaron en días pasados cuatro legisladores con objeto de “compilar datos” al respecto, según explicó el embajador del Perú, quien fuera convocado por la Cancillería con fines de información. La administración del nosocomio es financiada por la Alcaldía Municipal de Copacabana, lo que motivó reclamaciones del Alcalde y sus lamentos de que los súbditos peruanos atendidos deberían abonar al menos un sol per cápita, pero que no lo hacían. Sin embargo, horas más tarde y previo “jalón de orejas” del Gobierno se contradijo patéticamente.
El Gobierno nacional mostró en muchos tonos su molestia por la presencia de los indicados parlamentarios y no dudó en acusarla de “intromisión política”. Al margen de esta declaración del Canciller, por su parte el Primer Mandatario dijo que “los bolivianos no envían comisiones al Perú para investigar las bases de Estados Unidos”. Si bien la declaración del titular de Relaciones Exteriores se puede denominar de rutina, no valoró que los visitantes no traían una reclamación a nivel de Gobierno, sino tratar el tema con sus pares bolivianos. En cambio, no parece adecuado que el jefe del Poder Ejecutivo se refiera oficialmente a un tema tan secundario, volviendo a avivar las desinteligencias con el Gobierno peruano, bastante deterioradas por el tema de exportación de productos de la Comunidad Andina de Naciones a la Unión Europea y por ciertos roces verbales. Con las expresiones referentes a presuntas bases norteamericanas se acepta subconscientemente que Bolivia puede, a su vez, acoger cualquier tipo de presencia foránea terrorista o no.
Y esa es precisamente la preocupación de Lima a nivel congresal, la que no carece de antecedentes. En tiempos del auge terrorista de Sendero Luminoso no se desconocía que sus integrantes hallaban refugio en territorio boliviano y que sus heridos gozaban de asistencia médica, por ejemplo, en una congregación religiosa y colegio al mismo tiempo y en una clínica a cargo de una iglesia evangélica, en La Paz. Si a ello se agrega que Ollanta Umala, líder de la izquierda indigenista del Perú, acompañó al presidente Morales a la inauguración del hospital de Copacabana, se hace necesario comprender la preocupación que comentamos. En cambio, nada se dice acerca de que terroristas y guerrilleros del otro lado de la frontera transitan intensamente a través de la misma, y ex miembros de Sendero Luminoso y de otros grupos afines han traído sus métodos de presión sobre la población civil de El Alto, en especial, para enrolarla en marchas y movimientos sociales bajo pena de sufrir represalias, métodos característicos de intimidación ejercitados en el Perú y que ocasionó ingente derramamiento de sangre por ambas partes. Además que conocidos agitadores de esa nacionalidad actúan impunemente contra la gente de prensa y como represores en cuanto acto de oposición tiene lugar.
Las relaciones de país a país o dentro de una región pueden ser de amistad y respeto, pero es natural que los gobiernos más que susceptibles sean previsores. Bolivia ha quedado envuelta o atrapada en la órbita política del señor Hugo Chávez, cuyas intenciones de predominio político continental son cada vez más evidentes. Este mandatario se vale de diversos instrumentos para sus fines, como la Alianza Bolivariana para América, ALBA, de la que nuestro país es pieza clave por su ubicación geográfica. No está fuera de lógica que la afluencia de ciudadanos peruanos a Bolivia llame la atención de sus órganos legislativos, según hemos visto.
Los Tiempos / Falta de transparencia en Bolivia
Defender y fortalecer la libertad de prensa es la mejor manera de seguir retrocediendo en el índice de transparencia
Un informe recientemente publicado por la organización International Budget Partnership (IBP), titulado Índice de Presupuesto Abierto 2008, ubica a Bolivia entre los 25 países menos transparentes del mundo y por consiguiente uno de los más vulnerables a las prácticas corruptas en la administración de los recursos públicos.
El estudio que comentamos evalúa la cantidad y el tipo de información que los gobiernos ponen a disposición del público en los documentos presupuestarios. La tarea es asignada en cada país a una institución local que, aplicando los parámetros propuestos por el IBP, analiza los procedimientos que se aplican durante la elaboración, aprobación, ejecución y fiscalización del presupuesto fiscal y la manera como éste es puesto a disposición –u ocultado— a la opinión pública.
En nuestro país, el estudio fue realizado con la participación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) institución que, como es sabido, es muy afín al gobierno del MAS.
Con datos que corresponden a 2007, en la puntuación del Índice de Presupuesto Abierto, el Gobierno de Bolivia figura en el lugar 74 de los 85 países estudiados. Esto indica que se destaca entre los que ofrecen poca información al público sobre el Presupuesto General de la Nación. Acceder a ella es casi imposible por la reserva en la que es manejado el tema, lo que puede dar lugar a esconder malversaciones y hechos de corrupción.
Según indica el informe del Cedla, la transparencia es algo en lo que Bolivia está retrocediendo pues “el último índice registraba al país con un 20 por ciento de transparencia”, con lo cual hay “una caída de 14 puntos”. Y si eso se puede decir con datos de 2007 y se compara con lo que ocurre en la actualidad, resulta obvio que la situación no ha hecho más que empeorar.
Entre los factores que llevan a tal conclusión está la constatación de que resulta muy difícil hacer un seguimiento del gasto, los ingresos y el endeudamiento público, porque “la información que difunde el Gobierno sobre el ejercicio fiscal es muy restringida”. Si a eso se suma el permanente afán gubernamental para coartar la labor periodística, el panorama en nuestro país es sin duda cada vez peor.
La importancia de todo lo señalado adquiere especial relevancia cuando los efectos prácticos de la falta de transparencia se manifiestan a diario a través de los múltiples casos de corrupción que se descubren generalmente por casualidad y por la tenacidad de un periodismo que no se deja someter por las presiones gubernamentales.
Por todo lo anterior, resulta evidente que uno de los mayores retos del presente consiste en defender y fortalecer la libertad de prensa pues esa es la mejor manera de evitar que nuestro país continúe retrocediendo en lo que a transparencia se refiere.
La Prensa y El Deber / Pando, otra vez
El Gobierno de Evo Morales y sus operadores siguen emitiendo unas cada vez más claras señales de que, entre otras cosas, ya no es posible disentir ni oponerse…
Todavía no están cerradas —probablemente no cicatricen nunca— las heridas del hermano departamento de Pando, cuya tierra caliente y viril fue escenario de la que ya fue incorporada en los anales históricos como la “masacre de Porvenir”, que resultó del trágico encadenamiento de furiosas consignas políticas, estimulados enfrentamientos ideológicos y un caudal de rumores malintencionados. Aquel 11 de septiembre de 2008, de dolorosa evocación, nada pudo evitar el fratricida derramamiento de sangre que costó la vida a decenas de bolivianos. Investigaciones a medias e informes sesgados, como los del “trabajo” de la comisión de Unasur, lejos estuvieron de volcar las luces de la verdad para desentrañar la criminal trama y desenmascarar a los responsables.
No obstante aquellos terribles sucesos a los que siguieron una intervención militar, un estado de sitio departamental, persecuciones, detenciones, golpizas y otros atropellos a los derechos ciudadanos, los pandinos dieron una renovada demostración de su coraje y dignidad cuando frente a las urnas votaron por sus legítimos ideales en el referéndum por la nueva CPE el pasado 25 de enero.
Pero el sino de los hermanos de Pando sigue marcado por la desventura. La situación planteada en Cobija y sus proximidades parece conectada a un tenebroso designio concebido por una mente enferma de odio y revanchismo buscando escarmentar con el mayor rigor posible a los que considera sus desafectos. Y es que en las primeras horas de ayer, fuerzas del orden acompañadas de fiscales llevaron a cabo operativos en Porvenir y Cobija para detener a cerca de una decena de personas, entre autoridades, dirigentes y periodistas, acusados de una supuesta participación en los hechos antes referidos y a los que se sindica de “terrorismo, asociación delictuosa y asesinato”, entre otros delitos. Los detenidos, en medio de la angustia de sus familiares, fueron trasladados a La Paz, donde se les abrirá proceso.
Hace algunos días se supo de un movimiento inusual de militares de “alta graduación” que habían llegado a Cobija supuestamente para echarle el guante a los que se considera opositores políticos del Gobierno.
Con la reposición del clima de tensiones en Pando, con operativos militares montados entre gallos y medianoche, con hogares violentados y ciudadanos detenidos, con gravísimas transgresiones a la normativa constitucional, el Gobierno de Evo Morales sigue emitiendo claras señales de que ya no es posible disentir ni oponerse al régimen actual sin correr riesgos frente a escuadrones de encapuchados y armados hasta los dientes.
No muy tarde, desde que se puso en marcha la “revolución del cambio”, los bolivianos estamos cayendo en cuenta de que gradualmente se nos está revocando el derecho al pataleo; de que vivir y disfrutar a pleno de la democracia en Bolivia ya no es más que una quimera, una frase hecha; de que se está escurriendo como el agua entre los dedos nuestra libertad de pensar y hacer.
El Nuevo Día / En busca de capitales
Después de tres años de gobierno, la gira de cuatro días de Evo Morales por Rusia y Francia debería haber tenido otro enfoque. A estas alturas, el presidente boliviano tendría que estar mostrándole al mundo los primeros resultados positivos de los “grandes cambios” que supuestamente ha incorporado el Primer Mandatario indígena de uno de los países más pobres y corruptos del mundo. Sin embargo, el viaje del jefe de Estado boliviano ha sido un nuevo peregrinaje del mendigo en busca de las dádivas de los más poderosos, con el agravante de que en lugar de un buen prospecto, sólo puede mostrar el gran fracaso de la nacionalización en el sector de los hidrocarburos, ávido de inversiones para no caer en su destrucción total. Tras el periplo ha llegado cargado de buenas intenciones.
Es una pésima señal que Evo Morales se traslade tan lejos para pedir el apoyo de una empresa estatal como Gazprom, cuando ninguna de las compañías que ya operan en el país desde hace años se atreve a aumentar sus inversiones en la industria gasífera boliviana, plagada de riesgos, politizada al extremo y por último, corrompida como nunca antes se había visto.
El MAS había enarbolado la industrialización de los hidrocarburos como meta principal de su gobierno, sin embargo, el presidente todavía no abandona el discurso que coloca como base de la economía nacional la explotación de las materias primas. En los hechos, el paradigma de país primario no ha variado un ápice y en todo caso, el desafío primordial de estos días es cómo mantener siquiera ese estatus, ahora que Bolivia tiene problemas para cumplir con sus mercados de exportación y lograr el abastecimiento de los consumidores locales.
La novedad del viaje ha sido el litio, sobre el cual, el Gobierno ha comenzado a generar un gran entusiasmo, hasta colocarlo en el nivel de la nueva panacea del desarrollo nacional, como lo hizo hace unos años con el gas, que estaba llamado a ser la gran respuesta para superar la pobreza del país. Cuántos debates y discursos acerca de la distribución de esos recursos, el destino que debía dárseles y la orientación que necesitaba la industria, hasta que se llegó a la famosa consigna de “recuperar el gas para los bolivianos”. No hay duda que la premisa se cumplió a cabalidad, pero lo lamentable es que la tendencia es que esas inmensas riquezas por las que peleó y murió mucha gente, se queden indefinidamente bajo tierra.
Fieles como somos los bolivianos a contar la plata antes de tiempo, el presidente ha comenzado en Francia a vociferar su discurso nacionalista en relación al litio, mientras que trata de convencer a grandes inversionistas de sumarse a la explotación de este metal, cuya demanda tiende a crecer exponencialmente con el auge de la fabricación de los automóviles eléctricos. Los mismos capitales que no quieren ni acercarse al país para extraer gas, no llegarán tampoco para producir litio, en tanto el Gobierno no sepa equilibrar sus necesidades políticas con las del mercado, que a la larga se traducen en beneficios para la economía nacional. El gran trabajo de ahuyentar ya se hizo, ahora es necesario pensar en cómo diablos se va a hacer para que vuelvan los capitales.
Evo Morales busca inversiones para explotar el litio. Esos capitales no vendrán por las mismas razones que no invierten las petroleras.
La otra epidemia
Apenas unas horas después del triunfo electoral que le permite a Hugo Chávez someterse a la reelección indefinida, la epidemia de la “prorroguitis” llegó al país y ya se han detectado los primeros síntomas. Varios parlamentarios del MAS han anticipado que este tema será analizado una vez se produzca la primera reelección en las elecciones de diciembre, hecho que ellos dan por descontado. El diputado Jorge Silva afirma que la implementación del proyecto político de Evo Morales tomará 15 ó 20 años, por lo que es necesario hablar de buscar un nuevo mandato después del año 2015. El parlamentario está hablando sólo del arranque, menos mal que lo aclara, así podemos entender todos que estos primeros tres años apenas son el inicio del precalentamiento. Ojalá que los Santos y sus compinches dejen algo para cuando empiece el verdadero gobierno perpetuo.
La Razón / Transitar La Paz, misión imposible
Nadie puede dudar de la necesidad de las obras emprendidas, por lo que ameritan comprensión…la intención de las autoridades por descongestionar la ciudad se vuelve un hecho concreto. Ojalá el sacrificio de la gente sea recompensado con una mayor fluidez vehicular.
La ciudad de La Paz, que en las últimas décadas tuvo un crecimiento poblacional desproporcionado respecto de su espacio físico, este 2009 se ha convertido en un laberinto para miles de motorizados que, diariamente, en distintas horas, deben sortear obstáculos indecibles para que sus ocupantes puedan llegar a los hogares o puestos de trabajo.
De por sí, hace tiempo que las calles y avenidas han quedado estrechas para el tránsito vehicular y peatonal; y actualmente, el habitual congestionamiento por las marchas de protesta se ha multiplicado debido a las obras municipales.
Las protestas de la ciudadanía se escuchan de forma intermitente, y con toda razón. Ninguna ciudad que se precie de importante puede darse el lujo de ofrecer las incomodidades que está dando La Paz, sede del Gobierno de Bolivia, a sus habitantes y a sus turistas nacionales y extranjeros.
Prácticamente ninguna hora del día y de la noche es apta para el tránsito fluido por el centro metropolitano. Los perjuicios, como salta a la vista, son grandes y variados, comenzando por los económicos: los choferes resultan ser los más afectados pero no los únicos, ya que toda una cadena de servicios depende de la regularidad en los horarios de circulación de las personas. Y ni qué decir con los conflictos sociales, los distanciamientos en el seno de las familias, que provocan las eternas demoras por los atolladeros, también, de nunca acabar.
¿Cuál es la causa principal de este caos en La Paz? Las obras de la Alcaldía, que obligaron a cerrar avenidas clave para el tránsito regular de los automotores en la ciudad. Es cierto que, para dar un salto hacia el progreso, se deben emprender cambios de magnitud, lo que, en este caso, implica una reestructuración del urbanismo. Pero, faltó sentido de oportunidad, así como concientizar y prevenir a la población.
Estos trabajos pudieron haber tenido una mejor planificación. La inminente efeméride del 16 de julio, que en esta oportunidad servirá para recordar el bicentenario del levantamiento cívico de 1809, motivó a realizar tareas forzadas por la premura del tiempo. ¿Las autoridades recién advirtieron en el calendario que se aproximaba el 2009? A esta altura del año, los paceños deberían estar disfrutando de una ciudad más habitable y cordial con sus visitantes. Gozando, al fin, de avenidas expeditas.
Pero no. A más de medio mes de febrero el desorden impera en diferentes puntos de la urbe y, entretanto, los vehículos deben sortear escombros y salir ilesos de interminables filas. Conductores a prueba de nervios son los de La Paz.
En primer lugar, parecen justas las críticas a la municipalidad por haber dispuesto la ejecución de obras urbanísticas de enorme significación en forma simultánea. Por otro lado, se escuchan voces que, también sin equivocarse, hacen notar que éste es un año electoral y, tal cual ha ocurrido en todos los tiempos, las obras surgen, de repente, antes de una elección.
Nadie puede dudar de la necesidad de las obras emprendidas, por lo que ameritan comprensión. Dada la magnitud, por ejemplo, de los Puentes Trillizos, la intención de las autoridades por descongestionar la ciudad se vuelve un hecho concreto. Ojalá, después de años de reclamos y tedio, el sacrificio de la gente sea recompensado con una mayor fluidez vehicular.
Opinión / Acerca de la percepción y uso de los tributos
Es imprescindible que todos paguen impuestos, es una forma de aportar al bien común; sin embargo, lo más importante es la administración de esos recursos. Cuando alguien malgasta o se apropia ilegalmente, el pueblo tiene derecho a no pagar ningún tributo, y en esa situación ninguna presión fundada sólo en la fuerza tiene sentido. La importancia del tributo radica en su uso eficiente y honesto.
Evidentemente, no hay otra fuente más idónea que los tributos para que el Estado reciba dinero, a fin de realizar las obras de necesidad colectiva, especialmente, en el campo de la educación y de la salud. Los tributos son las aportaciones que hacen las empresas, las familias, y las personas para el desarrollo del país. No hay, en el mundo, ningún Estado que exista sin los aportes equitativos de su población. Se trata de una acción solidaria, en la que todos dan y reciben conforme a su capacidad y a sus necesidades.
En países organizados inteligentemente y administrados por gente honesta y patriota, los impuestos son progresivos, pagan más los que tienen más y en la distribución, automáticamente, los pobres reciben más de lo que dan. En países pobres, atrasados, donde la administración pública está en manos de gente poco evolucionada, los impuestos, casi siempre, son utilizados para beneficiar a los que mandan o a los que tienen mayores posibilidades económicas. Paradójicamente, la pobreza que no sólo es material, resulta ambiente favorable para que los ricos se hagan más ricos.
Los impuestos, además de constituir aportes imprescindibles para financiar lo que la gente necesita cuando vive bajo la jurisdicción del Estado, constituyen un valioso instrumento de redistribución de la riqueza, tal finalidad se cumple tanto en la percepción del tributo como en su utilización final. Aquí en nuestro país, lamentablemente, con períodos cortos de eficiencia y honestidad, los tributos son algo así como la plusvalía que perciben quiénes toman el poder. Es de conocimiento general que las grandes fortunas se hacen en ministerios, prefecturas, alcaldías y empresas dependientes del Estado.
Todos debemos pagar los impuestos que nos corresponden, reiteramos que se trata de un acto solidario para el bien común. Sin embargo, es imprescindible el establecimiento de criterios discriminadores, alguien que gana un salario modesto con mucho esfuerzo no es correcto que pague lo mismo que ciertos comerciantes o especuladores que acrecientan fortunas sospechosas sin ningún esfuerzo. Necesitamos un Estado lúcido, justo, eficiente, que distribuya las cargas inteligentemente, las más pesadas deben ser destinadas a las espaldas más fuertes y más anchas. El salario es un valor que debe ser destinado a cubrir las necesidades fundamentales de la gente.
La firmeza y la corrección deben ser medios para mejorar las recaudaciones de la Renta, pero nunca instrumentos de represión, de venganza o de discriminación. La riqueza de los pueblos deriva del trabajo de sus componentes, el sector público que no comprende ni coopera con tal esfuerzo, acaba convirtiéndose en un obstáculo para el desarrollo. Claro que lo importante de los tributos está en su percepción, pero más que eso en su uso. Nadie paga fácilmente impuestos a burócratas y políticos que malgastan, derrochan o simplemente se apropian del esfuerzo de la gente.