LO QUE ME PASA POR PENSAR Y HACER BURRERAS…-«Ya no tenemos dinero efectivo» -me dijo antenoche la asiática, mientras se ponía un beibidol que le quedaría chico a una enana.Ayer madrugué y caminé más de veinte kilómetros, sin contar la vuelta, para llegar a un banco desde La Guardia.Y claro, pa hacer más placentera la caminata, decidí pensar burreras.- «¿Qué pasaría si escribo un libro titulado: «Las Memorias de Mario Hígado?»,»¿Cuántos nombres aparecerían ahí?» -me dije, haciendo cálculo de las ganancias.Caminaba y me reía solito de mi travesura.Delante mío, una dagor hablaba a los gritos en su teléfono.- «¿Cuánto hace que no me das plata pa que coman tus hijos, y encima te enojás por que me tomé seis cervezas con Chipana?» -decía a voz en cuello.Caminaba como Moisés en el desierto, siempre pensando burreras.- «¿Cómo se verá la Presi sin maquillaje, con su color natural de cabello y sin el Photoshop usado en sus fotos de campaña?» -pensaba.Sacudí la cabeza pa disipar la idea, pero la verdaj, pensar burreras alegra el alma.- «¿Será verdad que Linera, orina en sentado como dicen?» -me pregunté.Hasta entonces ya venía por el kilómetro doce y me topé con un motoquero.- «¿Por cuánto me acerca hasta el kilómetro seis?»- Cincuenta bolivianos -dijo sin ponerse rojo. ¡Ni idea!Caminaba y mi camisa ya estaba más sudada que talega e gordo. Pa enterarla, salió el solazo.- «¿Cómo se vería Evo encrespado y teñido rubio?», – «¿Angélica Sosa tendría esos cachetes a los quince?» -pensaba a cada paso.- «¿ Será verdad que a ciertos masistas como Linera, no los atrapan, a pesar de sus delitos y solo por que pusieron mucha plata?» -murmuraba caminando, como si rezara en «lunes santo».Pensé muchas burreras en la dura y sacrificada caminata.Ya casi llegaba al banco en el centro y entre muchas burreras me pregunté:- «Porqué los diputados y senadores reciben su super sueldo sin trabajar y el resto estamos como palo e gallinero?»Me dolían las piernas, sentía ampollas en las patas y la espalda me estallaba cuando llegué al banco y la fila ya daba la vuelta a la manzana.No importa, tendríamos dinero para el resto de la cuarentena, de paso le llevaría flores a la Asiática.Apareció un paco poniendo alcohol en gel a todos, mientras otro revisaba los números de carné.Llegó donde yo estaba, saqué mi billetera vacía, busqué mi carné y entonces me acordé horrorizado:¡Mi carné está en prenda, en el alojamiento «Don Tito»!…Desde el Viernes Santo del año pasado, la tarde que mi asiática estrenó su Victoria Secret y entonces, nosotros, ehhh…- «El burro siempre hace lo mismo dos veces y eso le pasa a los pecadores en Semana Santa» -retumbaban en mi cabeza las palabras de mi abuela Herminia, mientras volvía a casa arrastrando las patas, yesca, sin flores y hecho m…¡En plena cuarentena!EL ESCRIBIDORFuente: El Escribidor