Su app de videoconferencias, pensada para hacer más simples las reuniones, ha experimentado una popularidad desbordante pero también ha generado cierto escepticismo.

l 19 de abril de 2019, Eric Yuan celebraba entre aplausos la salida a bolsa de Zoom, la aplicación que fundó en 2011. Ese día su apuesta, concebida para hacer más fácil el mundo de las videoreuniones empresariales, entraba en el Nasdaq bajo el campanazo del propio Yuan. Lo hacía valorada en 9.200 millones de dólares. Acabó esa jornada valorada en más de 15.900 millones de dólares. Para Yuan, propietario del 20% de las acciones, supuso su entrada instantánea en el mundo de los milmillonarios: la idea por la que llevaba peleando ocho años –ante el escepticismo inicial de casi todos los fondos de capital inversor– le había hecho 2.800 millones de euros más rico.
Cuando los distintos gobiernos comenzaron a ordenar la cuarentena de la población, Zoom pasó de los despachos y las oficinas a los móviles de las familias separadas por el confinamiento: de unos 10 millones de usuarios activos a finales de 2019, a 200 millones de usuarios en marzo de este año. Para hacernos una idea, Instagram tardó tres años en conseguir ese hito, y un año en pasar de 100 a 200 millones. Una popularidad que ni en sueños se imaginaba el veterano de Silicon Valley, hijo de ingenieros de minas en China, al que en los noventa no dejaban entrar en Estados Unidos.
Fue un antiguo jefe suyo, Dan Scheinman, que también se había ido de Cisco, el que le echó una doble mano: con un cheque por 250.000 dólares sin demostración de la idea –»confío en ti», le dijo– y que, con ayuda de su primo Jim, trató de resolver el otro problema de Yuan. El cheque estaba en blanco, porque Yuan solo sabía que producto quería hacer, pero aún no tenía una empresa. Los Scheinman fueron los que le propusieron el nombre de Zoom (junto a otras opciones como Zippo o Poppy). Desde 2013, cuando debutó la primera versión del producto, esa facilidad de uso le permitió hacerse un hueco en el mundo corporativo, y llegar a bolsa con un raro aliciente en una compañía tecnológica: Zoom da beneficios. Es gratuito (de forma limitada) para los usuarios de a pie, pero miles de empresas pagan por sus servicios.
Fuente: revistavanityfair.es
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