Drogas, alcohol y prostitución en la cárcel de San Antonio

Tráfico de drogas, comercio de bebidas alcohólicas, uso de prestaciones de prostitutas, bandas de extorsionadores, además de toda clase de juegos, comidas y un largo etcétera, hacen de la cárcel un sitio donde los delincuentes no extrañan la libertad. La Policía se hace de la vista gorda.

image Álvaro Sanabria Jordán, alias “El Chalinas”, sale de la cárcel de San Antonio rumbo al hospital Viedma. La noche del jueves también fue llevado, pero no quiso ser atendido. | Dico Soliz

San Antonio, polvorín de drogas, prostitución y de reos avezados



RESPONSABLES | El Comando de la Policía y la Dirección de Régimen Penitenciario evaden responsabilidad

Los Tiempos

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Por: Katiuska Vásquez

Dos bandos de alta peligrosidad disputaban el control de la prisión

La cárcel de San Antonio resultó ser un polvorín de alcohol, droga y prostitución.

El motín carcelario del jueves por la noche reveló que la vetusta prisión es tierra de nadie y que los reclusos más peligrosos libran una lucha encarnizada por la hegemonía, el control económico y el tráfico de drogas sin que la Policía pueda evitar el desenfreno o la convivencia de reos pacíficos con los de alta peligrosidad.

El 5 de marzo por la noche, según fuentes policiales y del mismo penal, que pidieron mantener sus nombres en reserva, al filo de las 23:00 el líder de la prisión, Juan Carlos Aguilar Mérida, alias “El Calulas”, se drogaba con cocaína y bebía alcohol con otros reos, fieles a su supremacía, como Álvaro Sanabria, “El Chalinas”, Fernando Urbano Alcócer “El Salserín” y al menos otros cuatro internos. Con ellos, estaba “La Beniana”, una prostituta conocida por traficar droga en varias cárceles. Hace cuatro días había llegado al penal Eduardo Quinteros, alias “El Yogui”, quien, hace una década los había sometido en El Abra, valiéndose de su puesto de delegado, traficante y extorsionador de víctimas de autos robados, según fuentes policiales.

“El Yogui” mandaba a golpear a “los choritos” (nuevos), que llegaban a El Abra, quienes debían pagar para estar tranquilos. Pero en San Antonio, la situación era otra: “El Calulas” tenía el control de la cárcel y “El Yogui” era el recién llegado.

El bando de “El Calulas” atacó a “El Yogui”, que se negó a pagarle los mil dólares exigidos. Lo golpearon con un bate en la cabeza y lo apuñalaron tres veces, según informe policial.

El jefe de seguridad de la cárcel se percató de la trifulca e intentó contener la agresión aislando a “El Calulas”, pero su guardaespaldas, Michael Favio Romero “El Gran Danés”, convocó a los internos a una fuga masiva, expresó el comandante de la Policía, Carlos Quiroga.

Los guardias de la gobernación se resistían a entrar a las celdas, hasta la llegada de refuerzos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) y de otras unidades. Los reos más radicales pretendían escapar mediante un incendio y destruyendo la puerta.

Responsables

El Comando de la Policía evadió responsabilidad. “Son las autoridades de Régimen Penitenciario los encargados de normar y administrar los recintos carcelarios”, dijo el comandante Carlos Quiroga, a tiempo de explicar que en todos los penales de Cochabamba se permite el ingreso de esposas e hijos, quienes supuestamente introducen el alcohol, drogas y armas blancas.

El director de Régimen Penitenciario, Eduardo Reynolds, dijo que las reyertas y las borracheras ocurren porque “los jueces no analizan la peligrosidad de los reclusos al determinar a qué recinto carcelario enviarlos”. Agregó que la seguridad depende de la Dirección de Seguridad Nacional de Penitenciaría, no así de su dirección, cuyo trabajo está centrado sólo en velar por la economía y la administración de las cárceles.

La Policía conocía

Los riesgos de fuga o motín eran conocidos por el Comando y el Juzgado de Ejecución Penal 2, según informe interno de la Policía enviado a ambas instancias en enero pasado. En el informe, se advierte de posible fuga, enfrentamiento entre internos o enfrentamiento de internos con la Policía. La alarma se basaba en la formación de grupos que querían el control a través de pagos obligatorios, agresiones y venta y consumo de alcohol y drogas.

Otra causa era la prostitución disfrazada como visitas, la presión psicológica al consejo de delegados y robos a los internos por parte del grupo de “El Calulas”.

Pese a todo no se reforzó la seguridad, no se gestionó el traslado de “El Calulas” y otros reos.

LOS MALES DE LA PRISIÓN

Mezcla

No hay clasificación de los internos en la cárcel. Se hallan por igual reincidentes y novatos. Asesinos y ladrones.

Drogas

Los reos que protagonizaron el motín tienen en común ser adictos a las drogas. Gran parte de los internos tienen acceso a drogas somníferas, aerosoles, irritantes, cocaína y marihuana.

Prostitución

El penal recibe prostitución disfrazada de visita, que en algunos casos se quedan a dormir, arguyendo que son novias. Ellas serían también traficantes conocidas por ingresar droga en sus tacones.

Alcohol

Hay un consumo de alcohol. En el último operativo la Policía decomisó 25 litros de esta bebida.

Armas

Los internos cuentan con armas punzantes, cortantes y contundentes, por sus trabajos de cerrajería. Se denuncia además uso de armas de fuego pero no se ha comprobado.

Hacinados

La cárcel de San Antonio tiene 298 reos, algunos con sus familias. Se estima que ha rebasado su capacidad en un 60 por ciento.

Edificio

Los reos están en celdas o en ambientes para tres personas, de una extensión de tres por tres metros cuadrados.

LOS PROTAGONISTAS DEL ENFRENTAMIENTO

Juan Carlos Aguilar Mérida, «El Calulas»

«El Calulas» entró en la delincuencia como jalador de aretes. Luego, se convirtió en accesorista, monrero, autero y nochero. Tiene antecedentes en la Felcc desde 1996 y fue detenido en 2008 por robo agravado. Son parte del grupo de «El Calulas» Lider Castro Cruz (El Pantera), Jhery Caballero «El Caballero» y José Luis Bernal Álvarez «El Loco Bernal».

En el informe de la Policía de enero, se recomendó a la jueza Fresia Orellana Goitia del Juzgado de Ejecución Penal 2 el traslado inmediato de «El Calulas» y sus seguidores, por el riesgo de una fuga.

Eduardo Quintero Camacho «El Yogui»

«El Yogui» es hijo de un conocido receptor de cosas robadas «El Tato». Estuvo en la cárcel de El Abra, por el asesinato de una librecambista en Oruro. Es conocido en el hampa por autero y fue detenido el pasado 2 de marzo por el robo de una motocicleta, por Diprove. Durante su detención en El Abra, fue descubierto introduciendo droga a esa cárcel con ayuda de sus parejas, que introducían la cocaína en sus tacones. Además, extorsionaba a víctimas de autos robados desde la cárcel a través de llamadas telefónicas.

Álvaro Sanabria Jordán «El Chalinas»

«El Chalinas» está detenido en San Antonio por lesiones graves. Sin embargo, en su prontuario, aparece como el principal sospechoso del crimen del líder de la cárcel de El Abra, Ronald Alcaraz, ocurrido el 24 de diciembre de 2007.

En el hampa, es conocido por estar implicado en el robo de carteras y atracos. Como el resto de la banda de «El Calulas» tiene en común la adicción a las drogas. Entre 2004 y 2005 tiene denuncias por robo agravado. La noche del motín se propinó heridas, golpeándose con las cabinas telefónicas.

Nada está prohibido tras las rejas de la cárcel de San Antonio

OPINION

Tráfico de drogas, comercio de bebidas alcohólicas, uso de prestaciones de prostitutas, bandas de extorsionadores, además de toda clase de juegos, comidas y un largo etcétera, hacen de la cárcel un sitio donde los delincuentes no extrañan la libertad. La Policía se hace de la vista gorda.

Salvo salir, casi todo es posible en San Antonio, donde tuvo lugar un intento de linchamiento que develó un mundo ilegal.

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Intentan linchar a extorsionador y destapan corrupción

Dos personas resultaron heridas en un motín e intento de fuga masiva de los internos del penal de San Antonio el pasado jueves en la noche. El hecho develó corrupción en la Policía.

“Una cuenta pendiente” entre reos fue avivada por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y drogas al interior del penal de San Antonio. El hecho a su vez derivó en que se destapen hechos de corrupción policial y la presencia de al menos cien niños, niñas y una cantidad no establecida de mujeres en este centro de reclusión, donde viven hacinados 308 reos con y sin sentencia.

Eduardo Quinteros Camacho, “El Yogui” y Álvaro Sanabria Jordán, “El Chalinas”, ex reos del penal de El Abra se encontraron una vez más, pero esta vez en condiciones diferentes, aunque con el mismo objetivo de lograr el control del ingreso de drogas, alcohol y la prostitución, lo que destapó la olla de corrupción y la debilidad del sistema de seguridad y control de la Policía.

Quinteros Camacho fue delegado en el penal de El Abra, donde le denunciaron por extorsionar a los internos y hace cuatro días fue trasladado a la cárcel de San Antonio, donde Sanabria Jordán es ahora delegado.

Los rivales tienen un amplio prontuario policial. Quinteros Camacho cumple su sentencia ejecutoriada de 20 años de prisión por homicidio y es también sospechoso de la muerte del delegado de El Abra, Ronald Alcaraz, el año pasado.

Aunque aún no está claro quién inició el conflicto, el pasado jueves en la noche, lo cierto es que los dos buscaban el control del penal y una venganza por lo que pasó antes en la cárcel de máxima seguridad.

La situación se avivó aún más por el consumo de alcohol y drogas de cuatro presos, además de los destrozos cometidos en este lugar, por lo que la Policía tuvo que gasificar para devolver el orden.

Versión oficial

La versión oficial de la Policía, difundida por el comandante Cnl. Carlos Quiroga, da cuenta que se trata de internos peligrosos, por lo que observó que hayan sido enviados a una cárcel de mínima seguridad.

El conflicto inició a las 23:00 del jueves cuando según el informe policial, Eduardo Quinteros Camacho, “El Yogui”, un interno nuevo en San Antonio, pero conocido en El Abra, se encontró con Álvaro Sanabria Jordán, “El Chalinas”, Michael Fabio Romero, “El gran Danés” y Juan Carlos Aguilar Mérida, “El Calula” y se cobraron el maltrato que recibieron antes.

“Sanabria Jordán dijo tener el control del penal y destrozó las cabinas, mientras que El gran Danés instó a los demás a fugarse y El Calula salió en defensa de su compañero El chalinas”, explicó.

Dijo también que los internos burlaron la seguridad al momento de ingresar bebidas y consumir alcohol.

Por su parte, el director de Régimen Penitenciario, Eduardo Reynolds, indicó que al menos cinco internos indisciplinados intentaron hacer justicia por sus propias manos en contra del interno Sanabria Jordán, que agredía en El Abra a los privados de libertad.

“Los exaccionados que estaban en estado de ebriedad pidieron ahora que les cancele el monto que les pidió en El Abra, lo que originó el conflicto”, sostuvo.

Los internos

Los internos de San Antonio, al referirse al conflicto, denunciaron la forma violenta con la que actuó la Policía, sin respetar la presencia de niños y mujeres al interior, incluso al lanzar los gases lacrimógenos en este ambiente cerrado.

Quiénes tuvieron contacto con este medio advirtieron que “El Yogui” era informante de la Policía, la misma que salió en su defensa al momento en que peleaba con otro reo.

“No quieren que tengamos delegados, ellos (El Chalinas y El Calula) nos hacen respetar en el penal y eso no le gusta a la Policía. El Yogui estaba contratando gente para hacer su negocio como en El Abra y acá la gente es tranquila por eso no lo vamos a permitir, mejor que no vuelva”, advirtieron.

Hasta ayer en la tarde, los familiares de los privados de libertad no pudieron ingresar al interior del penal, donde se realizó una nueva requisa para verificar si existían armas, drogas o alcohol. En medio de incertidumbre y desesperación muchas mujeres reclamaron porque desde dentro del penal les dijeron que habían personas heridas y que la Policía les seguía agrediendo, sin embargo, esto no se pudo confirmar.