El Ministerio de Planificación del Desarrollo tiene el estudio de Evaluación ambiental estratégica del TIPNIS sobre el impacto del proyecto vial y concluyó que son negativos para la reserva natural. Constitucionalistas dicen que proyecto vial precisa consulta y critican la posición “cerrada y subjetiva” que adoptó el Gobierno.
Un análisis dice que modelo indígena puede ser destruido
Según una evaluación realizada por la firma Rumbol SRL para el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), una política de integración departamental/nacional, como es la construcción de una carretera, en el largo plazo tendrá un efecto desestructurador del modelo indígena que se asienta en el TIPNIS.
El informe dice que esa política integradora socavará las condiciones ambientales necesarias para el modelo socio-económico de las comunidades, además de ello alterará las condiciones de uso y ocupación del territorio obstaculizando los desplazamientos poblacionales con fines culturales y económicos.
Entre otros aspectos se menciona que la zona de frontera, es decir la que es ocupada por los colonos, tendrá mayor presión para su expansión.
“El modelo indígena en el corto y mediano plazo no tendrá el impacto positivo de una carretera (integración, facilidad de transporte y articulación con otras áreas) porque la carretera pasa muy lejos de esas comunidades”, dice el legajo.
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En otra parte, el documento recomienda que los pueblos de la región del TIPNIS diseñen y definan el modelo de desarrollo que quieren alcanzar.
Además plantea que el Gobierno nacional respete su derecho de autodeterminación y que por ello modifique sus propuestas de desarrollo en función de los paradigmas de desarrollo que tienen esas comunidades.
Ese modelo de desarrollo propio permite mantener sus modelos tradicionales.
Propone también que las autoridades nacionales apoyen y faciliten procesos orientados al fortalecimiento de la capacidad de gestión territorial indígena en la perspectiva de lograr un estatus de autonomías indígenas. Página Siete.
Informe ya alertaba que no se debía tocar núcleo del TIPNIS
Documento oficial del Ministerio de Planificación del Desarrollo.
Dato. La firma Rumbol SRL hizo un análisis sobre el impacto de las políticas, planes, programas del Gobierno y concluyó que son negativos para la reserva natural.
Maquinaria de la brasileña OAS trabaja cerca del TIPNIS.
Página Siete / La Paz – 01/10/2011
Un informe oficial del Ministerio de Planificación del Desarrollo, fechado el 3 de septiembre de 2008, estableció que el tramo II de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos, que atraviesa el TIPNIS, no debe afectar la zona núcleo de ese parque.
Según el documento, remitido por dos analistas de la Dirección de Preinversión y Programación al Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE), la normativa de Áreas Protegidas establece que ese sector no debería intervenirse “de ninguna manera”, por lo que la ruta debe proyectarse hacia zonas de amortiguación.
La carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos tiene un costo total de 415 millones de dólares, de los cuales 332 millones corresponden al financiamiento otorgado por el estatal banco de Brasil, BNDES.
Los indígenas de la zona se oponen a la construcción del tramo II porque consideran que atravesará el corazón del Territorio Indígena y Parque Natural Isiboro Sécure (TIPNIS). En rechazo a la construcción del mismo iniciaron una caminata hacia la ciudad de La Paz.
Según el informe de Evaluación ambiental estratégica del TIPNIS, realizado por la firma Rumbol SRL para el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), el TIPNIS contiene valores ambientales de suma importancia para su propio sistema de paisajes, pero también para el sistema regional y nacional.
El documento señala que cualquiera de las políticas, planes o programas (PPP), sea hidrocarburífero, infraestructura vial o asentamientos humanos, afectarán y tendrán un impacto negativo sobre el parque nacional.
“Se pondrá en riesgo una de las pocas áreas en Latinoamérica que presenta un alto grado de conservación”, sostiene.
El documento establece que esa región es el hábitat clave para la vida de los pueblos yuracaré, t’siman y moxeño trinitario, principalmente porque constituye el último espacio donde pueden desarrollarse como pueblos indígenas, tras su desplazamiento por los colonos, principalmente del Chapare.
En el TIPNIS, dice el documento, conviven dos modelos de desarrollo muy diferentes, uno de ellos el indígena y el otro el sistema de vida colono.
En el caso del modelo indígena, el informe señala que éste se basa en un patrón que combina comunidades estables con movilidad espacial, “son economías familiares que se combinan con la de tipo comunal”. Obtienen dinero en efectivo con la venta de su fuerza de trabajo a los colonos o estancias ganaderas.
En cambio, en el área de colonización hay un desarrollo económico y social impulsado por programas nacionales. Sin embargo, a pesar de esa inversión, la economía de la coca se ha consolidado y tiende a ampliarse hacia esa TCO, hace notar el informe.
Detalles del parque
Ubicación El territorio indígena del TIPNIS está ubicado en el corazón de Bolivia y abarca parte de la cordillera Mosetenes. Esta es la única área de pie de monte que no presenta asentamientos.
Población La reserva natural es el hábitat clave para la vida de los pueblos yuracaré, t’siman y moxeño trinitario, y se constituye en el último espacio donde estos pueblos pueden desarrollarse como tales, tras que fueron desplazados.
Legalidad Desde el 2009 cuenta con su título ejecutorial, es un territorio con un tipo de propiedad comunal.
Dos modelos Actualmente conviven dos modelos de desarrollo: el indígena y el colono, separados por una línea; empero este último tiende a expandirse.
Constitucionalistas dicen que proyecto vial precisa consulta
Critican la posición “cerrada y subjetiva” que adoptó el Gobierno.
Opinión. García Linera aseguró que no se precisa consulta para construir la carretera y argumentó que aquélla sólo es válida cuando se explotan recursos no renovables.
Los tramos I y III de la carretera están en plena ejecución.Archivo
Página Siete / La Paz – 01/10/2011
Abogados constitucionalistas aseguraron que la Carta Magna sí considera la realización de una consulta previa a los pueblos indígenas para que acepten o no la construcción de un proyecto carretero, en este caso del que atraviesa por el TIPNIS.
Asimismo, criticaron la postura “cerrada y subjetiva” que adoptó el Gobierno sobre este procedimiento; el jueves, el vicepresidente Álvaro García Linera señaló que sólo se requiere una consulta cuando se explota hidrocarburos o minerales y no así para ejecutar un obra vial.
El analista Marcelo Varnoux explicó que el artículo 30 de la Carta Magna abre la posibilidad de que los pueblos originarios o directos interesados accedan a este derecho constitucional.
“Fue una interpretación subjetiva del Vicepresidente; el artículo 30 de la Constitución repite lo que indica la Convención 169 de la OIT, que dice que se debe hacer una consulta previa siempre que se hagan medidas legislativas o administrativas que afecten la vida de esos pueblos, y la construcción de la carretera es producto de una ley”, explicó.
Agregó que se trata de un compromiso legislativo que afectará el parque, ya que no sólo se trata de recursos naturales, sino que también comprometerá el entorno cultural del indígena.
Para el especialista Paulino Verástegui, la interpretación de García Linera sobre la consulta previa inscrita en la Constitución es “cerrada y sesgada”.
“El parágrafo segundo, numeral 10, del artículo 30 dice que uno de los derechos de las comunidades indígenas es vivir en un medio ambiente sano; entonces, si el parque TIPNIS está en un territorio indígena debe haber una consulta previa porque la carretera que se pretende construir afectaría todo un ecosistema”, explicó.
Agregó que el artículo 256 de la CPE señala que todos los tratados de derechos humanos están por encima de la Constitución.
“Estos convenios deben aplicarse por encima de la Constitución”, reiteró el analista.
Leonardo Tamburini, director del CEJIS, explicó que el Gobierno intenta restringir los derechos de los indígenas.
Asimismo, detectó contradicciones en el Ejecutivo, ya que García Linera desautorizó a sus ministros, quienes dialogaron con la marcha y siempre ofrecieron consulta libre, previa e informada, como dice la CPE.
“No puede ser que a 42 días de marcha recién se hayan dado cuenta de que la Constitución no decía eso; sin embargo, la Carta Magna prevé que la consulta está prevista para toda norma legislativa o administrativa que afecte los derechos de pueblos indígenas, es decir, una obra carretera u otro proyecto afecta al territorio y ahí se activa la consulta”.
Sin embargo, Tamburini dejó en claro que ahora la marcha no demanda una consulta, sino una ley que garantice que la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos no pase por el corazón del parque Isiboro Sécure.
Algunos detalles
Rechazo Leonardo Tamburini, director del CEJIS, dejó en claro que los indígenas de tierras bajas no están en contra de la construcción de la carretera, sino que rechazan que el trazo pase por medio del área protegida ubicada entre Beni y Cochabamba.
Conferencia García Linera dijo el jueves que con la construcción del tramo II de la carretera que unirá dos departamentos no se pretende explotar recursos naturales, como los hidrocarburos y minerales.
Demanda La marcha de los indígenas de tierras bajas ahora no demanda una consulta previa porque la construcción de la vía está en ejecución; por tanto, solicitan a la Asamblea Legislativa la aprobación de una ley que garantice que la vía no pase por medio del TIPNIS.
OAS cobrará por 132 km construidos
El presidente de la Asociación de Ingenieros Eméritos de Cochabamba, Gonzalo Maldonado, denunció que el estudio financiero aprobado para la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos considera los 306 kilómetros de la vía como nuevos, cuando existen más de cien kilómetros de carretera ya construidos.
Maldonado dijo a Erbol que en los tramos I y III ya existe vía caminera, por lo que el trabajo a realizar demanda menor inversión.
“Desde Villa Tunari hasta Ichoa ya hay camino, seguramente no es el mejor, pero está abierto, no hay que hacer corte y son 50 kilómetros; pero en el cálculo que hace el consultor dice que son 306 kilómetros nuevos y eso no es cierto; lo mismo sucede de San Ignacio hasta Montegrande, también hay un camino que es de tierra (82 kilómetros), lo único que hay que hacer es poner los elementos estructurales y complementarios”, sostuvo.
El experto reveló que “un buen porcentaje de los 306 kilómetros ya están ejecutados y ellos (los de la Administradora Boliviana de Carreteras, ABC) calculan como si fuera virgen, como si no hubiera nada”.
Los tramos con carretera abierta suman 132 kilómetros. “Estos tramos sólo necesitan mejorar la infraestructura, habrá que levantar la plataforma y poner elementos estructurales como subbase, base y pavimento, y los elementos complementarios como alcantarillas, cunetas y puentes, si corresponde”.
De ser así, la OAS estaría cobrando más de 178 millones de dólares por 132 kilómetros de carretera que ya existen, reiteró.