Daniel A. Pasquier Rivero *
El 12 de marzo, sirve para analizar esta tesis en el contexto situación nacional. Porque aprobar la CPE no ha servido de nada. El gobierno demuestra que no le interesa la legalidad ni el Estado de Derecho, atropella donde le conviene y a quien le estorba siguiendo lo dictado por estrategas políticos que buscan el dominio hegemónico. Sabe que el 61 % a favor del nuevo texto no va a durar, pues salió a luz el fraude utilizado y al final dentro y fuera del país las corrientes democráticas retirarán su apoyo a la imagen creada por esa falsa mayoría. Clonar votantes, habilitar muertos, fundadores de la República haciendo cola para votar, es demasiado. Peor todavía, hay más votantes en el campo cuando la población boliviana hace rato que tiene mayoría urbana. Además, en el mundo rural hay lugares donde no se permite el acceso a opositores, se practica el voto comunitario (la decisión se toma en sindicatos, ayllus, federaciones, etc., se acata o se castiga) controlado; por último, fiscalización cero, resultado cantado.
Rebalsó el vaso. Avasallar el domicilio de un ex vicepresidente de la República, moderado, culto, de fuertes convicciones demócratas, bien relacionado desde hace muchos años a organismos internacionales como la UNESCO, consultoras culturales y políticas, de indiscutible raíz indígena aymara, que ha representado con dignidad al país y a su cultura ancestral en foros nacionales e internacionales, no podía pasar desapercibido. Peor, ultrajar su familia. Pero Evo ha dicho: no voy a permitir oposición de ningún tipo. Adiós democracia. Se cortan cabezas, se planifican masacres y persecusiones para imponer un texto en Sucre, tumbar prefectos legítimos opositores en La Paz, Cochabamba y Pando, descabezar el movimiento cívico en el oriente, ¡es gente dispuesta a todo! y nadie tiene garantía sobre bienes, libertad ni vida. Lo demás, pajaritos preñados.
Comunismo es uno, duro y puro. Sin máscaras el resultado histórico es la ocupación de los palacios del Zar por el bolchevismo, cubrir el blanco de las estepas siberianas con el rojo de la sangre derramada en los Gulags, arrozales regados con las venas de sesenta millones de chinos por la revolución democrática y cultural maoísta. La galería universal de los románticos del cambio revolucionario llena de asesinos confesos, donde tipos como el Che Guevara son pequeños, sólo 400 asesinatos por mano propia, frente a masacres como la de Hungría en 1956, Polonia, Alemania Oriental, Camboya en el período de los Khmer Rojos, la aventura cubana en Angola o los más de 7000 certificados del régimen castrista en la pequeña isla de Cuba. Se entiende que a Evo la cifra de sesenta y tantos en tres años, no le asuste, y está pendiente la contabilidad previa al 2006.
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Mientras, el Oriente se aferra en su lucha a la libertad y la democracia. ¿Tendrá éxito? No es tarea sencilla, pues vienen con armas, encapuchados y hasta con fiscales; los aviones en pista, para lo que sea. Hay que poner en juego inteligencia, convicciones, pero además, coraje, que es mucho más que lo que ponen las gallinas. Lo primero, sin duda, es contar con un frente sin fisuras, donde haya garantía, seguridad, de que las espaldas están guardadas. ¿Goza el movimiento cívico político conformado por los departamentos del oriente y sur del país de esta fortaleza primera? Las dubitaciones, así como las contramarchas en más de una decisión en las jornadas del 2008, hacen pensar que se requiere más trabajo, más consenso, cooperación, apertura, solidaridad y sinceridad. Si a nivel de líderes se intuyen desentendimientos, peor será entre líderes y pueblos. Nadie sigue fantasmas, salvo cuando se pierde el juicio. Presencia, no discurso. La lucha está en los barrios, calles, los lugares de trabajo, chicherías y discotecas, y es allí donde hay que estar, no sólo en El Cristo para los cabildos.
Acordarse de los que están en San Pedro, está bien, pero, hay que sacarlos de allí. Después, toda la institucionalidad cruceña, por el liderazgo que le ha correspondido en esta batalla, a demostrar con obras la solidaridad con las regiones hermanas y autonomistas. La postergación y abandono vividas por Santa Cruz hay que tratar de evitarla en el resto, al menos que nos acompañen en la pobreza, pero que dejen atrás los muros de la miseria. El egoísmo centralista, tan criticado, y con razón, tiene que desterrarse de estas tierras; no hay espacio para proyectos personales ni de grupo. Fortalecer económicamente al Oriente es tarea de personas e instituciones, es la batalla a ganar necesariamente para tener seguridad de victoria en el futuro. Santa Cruz debe convertirse en ejemplo de solidaridad y no la mosca en la leche: agua, luz, teléfonos, caminos, emprendimientos productivos privados, cooperativos y públicos, tienen que florecer en este espacio chaco-amazónico casi con furia, como la rebelión de “los pardos” ante la injusta exclusión, en una versión repetida miles de veces de un modelo de economía productiva. Si hoy Santa Cruz perfila su liderazgo hacia Occidente es porque hasta aquí ha sabido ganarle terreno a la miseria y aún a la pobreza, y es la guerra inteligente que debe ganar en el resto de los departamentos autonomistas.
¿Entrar en la dinámica de una guerra caliente, como la que buscan los teóricos del gobierno? No. A puñetes y, a lo mejor, con hondas y macanas, se podría resolver el pleito con el Occidente indígena comunitarista, pero en esta hipótesis las FFAA tendrían que mantenerse al margen, pues “aceitadas y alineadas” en sus mandos superiores, la Patria no puede confiar en ellas, tan dóciles al control político. La Bolivia libre, democrática, tiene que luchar por recuperar Pando, consolidar Chuquisaca y Cochabamba para el Estado de Derecho, pero urge también una gestión de calidad en lo económico financiero y administrativo, que promueva desarrollo en toda la región. No parece quedar otra alternativa, guerra fría y coexistencia pacífica, para garantizar la victoria de un proyecto nacional.
*CEO del ICEES, Santa Cruz (Bolivia)
**Muro de Berlín: comunismo y democracia
Publicado en www.el-nuevodia.com/20090312